Capítulo 1. A mí y al Pato Lucas

2728 Words
Nunca pensé que la vida después de graduarme de una de las mejores universidades del país y con mejor promedio seria tan difícil, me he dado cuenta de que estamos en un mundo lleno de desigualdad de género en pleno Siglo XXI, si, es verdad puedo sonar malagradecida ya que a ningún recién graduado le brindan una oferta laboral en una de las empresas multinacionales mas famosas del país, pero se nota a leguas que aquí no importa tu inteligencia si eres mujer, porque te reducen a un cargo de secretaria a pesar de tus estudios, no es que ser secretaria sea menos pero no tengo ninguna oportunidad de crecimiento laboral en comparación a mis compañeros que son unos cretinos, y bueno aquí me encuentro en un largo dia de trabajo siguiendo las ordenes de un viejo gordo que nunca para de gritarme, hasta que escucho: -¡Emma ven aca inmediatamente! (este hombre no sabe hacer otra cosa mas que gritar, pieso mientras ruedo lo ojos camino a su oficina y me paro en frente con la sonrisa mas falsa que puedo dar) - ¿Qué desea Señor Ortiz? –Necesito que reserves 2 boletos para Amsterdam lo mas pronto posible, mañana a primera hora seria lo mejor, necesito ir a ua conferencia que dara el Señor Richards y por cierto prepara una maleta porque necesito que vengas conmigo. -¡¿Qué, que?! Dije mas alto de lo esperado y el señor Ortiz me miro con mal gesto, arrugando el entrecejo y diciendo firmemente – Yo no te estoy preguntando si puedes o no puedes ir, te lo estoy ordenando porque soy tu jefe, y si tu quieres conservar tu trabajo de secretaria, vas a hacer lo que te conviene y vas a cerrar tu estúpida boca y a hacer lo que te digo. Sus palabras fueron como un golpe directo al cetro de mi estomago, me dejo sin aire, y solo pude asentir y salir rapidamete de su oficina para que no viera cuan afectada me dejaron sus palabras, porque eso si, podía necesitar el trabajo porque mi familia ecesitaba de mi y au tenia prestamos estudiantiles que pagar, pero jamas y cuando digo jamas es nunca en la vida, dejaría que un hombre me viese llorar, y mucho menos que me haga sentir débil, no después de todo lo que he pasado. Me pongo rápidamente a hacer las reservaciones y llamo a mi madre para avisarle que saldré de viaje, no estuvo muy contenta, puesto que casi nunca los veo porque me la paso trabajando y se que los he tenido un poco abandonados, pero necesito darles el futuro que merecen. Al dia siguiente a primera hora de la mañana tengo todo listo y con pasaporte en mano me dirijo al aeropuerto Barajas Adolfo Suarez de Madrid para partir en un vuelo comercial rumbo a Amsterdam junto a mi jefe, a pesar de haber madrugado, tuve que tomar el metro y luego el autobús y por poco no llego, el viejo esta molesto por mi retraso , su cara me lo dice todo aunque es incapaz de dirigirme la palabra, solo debo tener en mente que voy a trabajar y quizás pueda conocer uno de los países mas hermosos que he visto a través de Google porque solo asi he viajado. El viejo comienza a quejarse de todo, y pasamos las casi 3 horas de vuelo entre sus quejidos, creo que en algún momento la azafata vendrá a arrancarle la cabeza, y no deseo estar en su lugar, pobre de ella, ¿Quién en su sano juicio se queja porque la bebida esta muy fría? Ganas de j***r la vida y la paciencia de los demás, trato de sonreírle a la pobre mujer pidiéndole asi disculpas porque la verdad me muero de vergüenza porque quiera o no saben que ando con el, al fin soy feliz cuando el piloto anuncia que hemos llegado al aeropuerto Schiphol de Amsterdam. Allí nos espera un hombre de traje con el apellido del Señor Ortiz en un cartel, el auto es lujoso y en el camino puedo ver maravillosos lugares como el museo de Van Gogh y el puente Enneüs Heermabrug, hasta que llegamos a un edificio que no se parece en nada a la sede de Madrid, es mucho mas lujoso y ostentoso, claro está que es la sede principal a nivel mundial de Richards y asociados,un conglomerado de empresasque estan distribuidas en las ciudades mas importantes, bajamos del auto y somos recibidos por una rubia de esbeltas curvas en la recepción. mi jefe me deja en el vestíbulo mientras el se dirije a la recepción y se va directamente al asensor sin indicarme que lo siga y sin darme ninguna instrucción, creo que pretende dejarme aqui hasta que le plazca, pasan las horas y estoy tan aburrida, hasta que debo ir al baño, pregunto a la recepcionista donde se ecuentra, y me doy cuenta de que definitivamete aquí todo es un lujo, hasta los baños son lujosos, cuando termino de lavarme las manos mi móvil comieza a sonar y es el viejo fastidioso y contesto rapidamente, porque al fin voy a hacer otra cosa que no sea estar plantada en el vestíbulo como un árbol - Diga señor Ortiz , el se escucha furioso al otro lado de la líneay pienso que podre haber hecho yo para merecer esta tortura -¿Dónde mierda te has metido buena para nada? ¡Sube inmediatamente a las oficinas del piso 15¡. Salgo corriendo y comienzo a presionar como loca el botón que llama al ascensor y a murmurar “de prisa, de prisa, de prisa” hasta que escucho el sonido de este anunciando su llegada y abriendo sus puertas, cuando me dispongo a entrar veo que va saliedo un hombre alto de tez blanca, cabello castaño y con un hermoso traje y unos ojos que parecen el mar mediterraneo, ¡caray! que hombre mas guapo, sin querer me le atravieso en el camino, intento cederle el paso moviéndome a la derecha y el también se mueve hacia ese lado, hago lo propio con el lado izquierdo y el también lo hace, sino estuviese tan apurada hallaría este juego divertido y todo pero exasperada de todo esto le grito -¡¿esto es un Baile o qué? Rodando mis ojos, el hombre se me queda mirando y sonríe con una perfecta sonrisa, el desgraciado hasta unos hermosos hoyuelos se le forman en sus mejillas y me responde - ¿me estas invitando a salir? Porque si es asi de una vez te digo que debe ser a otra cosa que no sea a bailar porque tengo 2 pies izquierdos y pues se mas creativa a la hora de invitar a salir a alguien y mas amable, porque sino no accedere, a nadie se le pide una cita gritandole a la cara y con gestos de amargada. Quede muda por su respuesta y de un empujon lo quito y paso al ascensor marcando el piso 15 pero el muy creido detiene las puertas del ascensor preguntando - ¿es una invitación o no?. A lo que respondo exasperada –¡ni en tus sueños!- en los suyos no, pero en los mios quizás si guapo, pienso internamente y luego me regaño a mi misma por andar pensando en otra cosa que no sea trabajo, ¿qué te pasa Emma, estas loca o que?. El guapeton me sigue dentro del ascensor y me dice -¿Cuál es tu nombre? Asi que decido ignorarlo y sigo mirando al frente como sino fuese conmigo, yo vine aca a trabajar y no a hacer un ligue o a tener algun tipo de romance pasajero como en las películas, yo no soy de esas chicas que viven fantaseando con su “hombre perfecto”, además mañana me voy a Madrid y ni siquiera se cuando vuelva a este hermoso país asi que paso esta vez. El parlanchín sigue hablando y mirándome me dice -¿te comieron la lengua los ratones? A lo que contesto -no tengo tiempo para esto, el sonríe y voltea al panel del asensor para presionar el botón que lo detiene por completo a medio camino, volteo y le grito como loca -¡¿QUÉ DEMONIOS DE PASA? ¿ERES LOCO O TU MAMÁ TE DEJO CAER DE CABEZA CUANDO ERAS PEQUEÑO? siempre le he tenido miedo a los ascensores y a cualquier espacio cerrado y comienzo a inhalar y exalar lentamente, el muy idiota se me quedo mirando y se hecho a reir hasta que habló y dijo -el ascensor no se mueve hasta que me digas tu nombre yo rode los ojos una vez mas defiitivamente este es un dia de mierda, respire profundo para intentar lidiar un poco con este loco que me he topado en el camino, es que esto solo me pasa a mi y al pato lucas pensé. –Por favor, mi jefe me espera y puede ser un verdadero tormento cuando se lo propone,necesito desesperadamente este trabajo y no me puedo dar el lujo de que me echen, además le tengo pánico a los espacios cerrados y siento que ya me falta el aire, de verdad presiona el estúpido botón o comienzo a gritar ahora mismo Dije calmadamente. El me miro fijamente, con una mano en su menton, analiand todo lo que le dije y me dice – 2 cosas. Imagino que mi cara es de cofusion absoluta porque repitió nuevamente –solo te pido 2 cosas. Si quiero llegar al piso 15 con el viejo de mi jefe y mas importante aun, Sali de esta caja peligrosa lo mas rapido posible me va a tocar ceder co este loco porque sino me quedo atrapada e esta caja de metal para siempre. -¿Qué quieres?. –Saber tu nombre, dijo. –mi nombre es Emma Rodriguez el extiende su mano y me dice - Alexander Ortiz al tomar su mano literalmente sentí una corriente eléctrica, una sensación de otro mundo desde el punto en el que nuestras dedos se tocaron hasta la punta de mis pies, si hubiese mas ilumiacion el hubiese notado mi piel erizada, el me da un apretón de manos dejándome anonadada e inundada de un cúmulo de sensaciones que jamás había sentido con nadie, pero ¿qué demonios me pasa? Mi pulso se acelera un poco mas de lo que ya estaba, y no entiendo que pasa conmigo, es que a penas acabo de conocer a este tipo. Él aún estaba pensativo y continúa con esa estúpida sonrisa que trae desde que se me atravesó en el camino hasta que dice, -muy bien Emma Rodriguez, déjame mostrarte la ciudad. Y quedo aun mas impactada al escuchar mi nombre en su atractiva, sexy y fuerte voz, pero ¿Qué me pasa Dios mio? Yo normalmente no soy asi, con mi mejor cara de seria le digo – si te digo que si, ¿me dejaras en paz de una vez por todas? No quiero que me despidan por culpa de un idiota como tu!. No quiero volverle a repetir que me da miedo segui aqui por mucho mas tiempo. Con su estúpida y hermosa sonrisa me dice – te espero en la puerta principal a las 4 en punto, se puntual porque no me gustan los retrasos. y así presiona el botón que activa nuevamente al aparato, suelto el aire que no me había dado cuenta que estaba reteniendo y aliso mi fada tipo lápiz para ir al encuentro con el ogro de mi jefe, pensando que debe estar que hecha chispas y yo necesito conservar mi trabajo, ademas este ¿quién se cree para exigirme puntualidad? JA! Pobre de él si cree que voy a estar allí, mentalmente apuro al ascensor para llegar al encuetro porque este hombre que tengo a mi lado me pone nerviosa, causa sesaciones en mí que jamás sentí en mi vida. Con el pitido tradicional de los ascensores este abre sus puertas y antes de salir se me ocurre preguntarle -¿trabajas aqui? A lo que responde que si que es un mensajero, y pienso que es un mensajero tan bien vestido, imagino que es propio de las personas de aqui vestirse tan bien, luego salgo como alma que lleva al diablo directamente hasta donde dijo mi jefe, aunque tomo el camino equivocado, yo y mi bendito senido de orientaciondi un giro errado me toca devolverme, al fin llego a la sala de juntas, al verme inmediatamente pone mala cara y me pide que nos apartemos un poco para no dar un espectáculo frente a los otros ejecutivos, diciéndome -¿Dónde carajos estabas metida? ¿Por qué tardaste tanto en subir? ¿te traje aquí para ser mi secretaria y es lo menos que estas haciendo, exijo una explicación ya mismo? Dios mío, que ganas de meterle una cachetada, me siento como una niña regañada por su padre, es más, ni mi propio padre jamás me ha hablado asi en la vida y este señor si lo hace todo el tiempo, esoy cansada de esto pero sé que necesito este trabajo así que respiro y le digo –Señor Ortiz, me quede encerrada en el ascensor, miento en cierta parte porque me quede encerrada pero no por una falla mecánica sino por culpa del idiota con sonrisa linda, pero no voy a darle detalles. – ¿Y eso es de mi icumbencia? Dice el viejo decrepito, que pretende el que soy una ¿super heroína para Salir de allí rompiendo paredes demetal o concreto? Soy fuerte, es verdad,para eso voy al gimnasio pero no para tanto; para excusarme una vez mas y tratar de remediar todo le digo – también se me atravesó un idiota en el vestíbulo y no me dejaba subir, un tal Alexander, me dijo que era un repartidor, mensajero o algo así, a él esa quien deberían amonestar no a mí. Odiaba usar la palabra “regañar” porque siento que le daba más poder sobre mi. El me miró con unos ojos cargados de ira y calle inmediatamente antes de seguir metiendo la pata, se fue a sentar a su silla y me indicó una más lejana, me dijo que estábamos a espera del presidente de la empresa, el mandamás por así decirlo, el gran señor Richards, yo no lo conozco, pero si es igual que la mayoría de los hombres que trabajan en la sucursal de Madrid, es otro imbécil mas, uno más del montón, me dispongo a ordenar los documentos para tener todo a la mano, y escucho una algarabía cuando se abre la puerta, todos se pone de pie (tontos lamebotas digo girando mis ojos metalmente) por constumbre y educación me toca a mi hacerlo también y bueno porque no puedo ser la única en quedarme sentada, cuando lo hago, se me olvida que tengo todos los papeles en mis piernas y estos van a dar al piso, claro siempre hay un torpe y esta vez fui yo. Me agacho rápidamente a recogerlo y siento una sombra sobre mí, cuando estoy por recoger el último documento otra mano lo toma y escucho que dicen -yo la ayudo señorita- y me levanto inmediatamente de la impresión golpeandome con la cabeza de la persona que ofreció su ayuda, los dos nos vemos a los ojos, el tocándose la frente donde lo golpee con mi cabeza y yo asombrada, pidiendo disculpas. A lo lejos , escucho que se acerca una persona y volteo y es mi jefe que me dice –¿Tú eres tonta o qué? ¿Cómo se te ocurre golpearlo? Me quedo viéndolo anonadada, lo dice como si fuese mi culpa, claramente todo fue un accidente, la expresión de Alexander es de molestia, no se si por el golpe o por otra cosa, mi jefe vuelve a hablar esta vez dirigiéndose a él -Mil disculpas Señor Richards, ella es mi secretaria, Emma Rodriguez. Y con esas palabras el mundo se me viene abajo, ¿Cómo que señor Richards? O sea, Alexander, el Alexander que causó cosas en mí, al que insulté y grité, el que me invitó a salir y me dijo que era un mensajero, es el mismísimo EVAN RICHARDS, el maldito presidente de esta empresa.
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