Amaia Parece no darle importancia a lo que acaba de decir, pero yo sí. Lo observo cortar su filete, pero no puedo quitarme de la cabeza la idea de que, si algo ocurriera entre nosotros, Fred podría necesitar un guardia de seguridad. La idea me molesta mucho. —¿Qué pasa? —pregunta Tristán, dejando el tenedor. —Sé que estamos comiendo y la conversación suele ser ligera, pero lo que acabas de decir me hizo pensar. —¿Lo que dije? —Frunce el rostro, tratando de descifrar a qué me refiero—. ¿Sobre Elías? Me recuesto en la silla, poniendo un poco de distancia entre nosotros. —Seguimos hablando y viéndonos. Y no puedo imaginar que eso pare pronto. —Dios, espero que no. Mis mejillas se sonrojan, trato de no derretirme y mantenerme enfocada. —Entonces, ¿qué, Tristán? ¿Qué significaría eso

