Preparar la boda les había tomado tres meses y sería una fiesta a lo grande, pues no solo sería la boda a la iglesia, sino que también el aniversario de su primer matrimonio y el bautizo de los gemelos. Los preparativos habían sido una locura, pero las únicas emocionadas por la boda eran Sandra, que estaba definitivamente muy metida en su papel, y Matilda, quien amaba la idea de que sus dos niños se acompañaran para toda la vida, sobre todo ahora que eran padres. La mujer creía que había sido el destino quien los había reunido y, tal vez había sido así, pero no lo había hecho con los fines románticos que ella imaginaba. Sin embargo, la relación entre Bastián y Thamara seguro funcionaría, porque estaba basada en la confianza y el respeto mutuo y, definitivamente, eso era mucho más perd

