Escuchar la voz matutina de Xavier hizo que Jessica se sintiera débil en las rodillas. Puso sus manos en el lavabo delante de ella para evitar caerse. Si volvía a caerse, Xavier haría más problema que ayer. Se mostraba duro, pero estaba claro que era un hombre amable de corazón. - —¿Qué estás haciendo?— Preguntó nuevamente, metiendo la mano en su cabello para acomodarlo. - —Quiero visitar a Dawson, así que quería refrescarme—, respondió Jessica, volteándose hacia el espejo. Si seguía mirándolo, podría quedarse embobada todo el día. - —¿Tan temprano?— preguntó él. No podía creer que alguien que apenas podía caminar el día anterior ahora quisiera andar por todo el hospital. - —Ven aquí—, dijo él, tirando de sus manos y llevándola consigo. No iba a permitir que anduviera por ahí a menos

