La cena fue un banquete ligero pero llenó tanto que Xavier no admitiría en voz alta con su propia boca, Jessica era en realidad una muy buena cocinera. Las comidas se mezclaban entre sí y el sabor era exquisito que casi la felicitó, pero estaba lejos de su naturaleza. El silencio en la mesa era ensordecedor. Jessica intentó iniciar una conversación dos veces, pero él la cortó con sus respuestas de una sola palabra, así que ella tuvo que rendirse. —Gracias por la comida—, dijo Jessica, limpiándose la boca con la servilleta. No era una gran comedora, pero lo era cuando era necesario. Esta comida como la primera con él permanecería para siempre con ella porque era una persona sentimental. —También gracias a ti—, dijo él. Jessica le agradeció no porque fuera responsable de preparar la co

