Marcela recogió la charola que tenía un plato de caldo de pollo que preparó Eloísa y que seguro ayudaría a Max a sentirse mejor. Él había enfermado de un resfriado y le dio el día para que se recuperara. Apenas regresaba de las grabaciones y aprovechó para hacerle compañía por lo menos un rato. Al acercarse a su puerta vio que la tenía medio abierta, él necesitaba prestar más atención a esos detalles. Gracias al murmullo que escuchó se asomó y comprobó que se encontraba en una videollamada. —Oh, pobre de ti. Si estuviera contigo te mimaría hasta que estuvieras bien. ¿Ya tomaste medicina? —dijo una voz femenina que supuso que era de su novia. —Ya. Fui al médico en la mañana. Estoy descansando. No te preocupes, mi amor. Sabes que me enfermo con los cambios de clima —respondió Max. Su voz

