Los padres de Antonella recibieron la invitación con entusiasmo y les permitieron llevarse el coche que la joven usaba. Era su hija más pequeña y la que les quedaba en casa, así que trataban de darle todas las comodidades que estuvieran a su alcance. Max fue a recogerla y le llevó un gran ramo de rosas rosas, movido más por la culpa de lo que hizo en Canadá que por cortesía. El viaje duraba aproximadamente cuatro horas y se quedarían solo tres días porque ella tenía que presentarse en la productora. Tenerla a su lado lo reconfortaba, su conversación era siempre amena y lo divertía con su ternura y ocurrencias, pero pronto descubrió que no sentía lo mismo que experimentaba viajando con Marcela. Entre ellos no existía esa gran tensión s****l que sí tenía con su jefa. Lo que sentía por Anton

