Corazón de Ana

Que haces aquí ....

Al llega a la habitación de mi madre que ya estaba despierta, estaba sentada en la camilla hablando con su tía.

-Hola mi pequeña como.....que te paso porque estás cojeando?

-mama no te preocupes estoy bien y tú, ya te encuentras mejor...

-si, pequeña no te preocupes..

En ese momento entra el doctor Evans a la habitación..

-Buenos días señoritas como están, vengo a revisar a mi paciente..

-Hola doctor Evans...sonríe Ana

-cada día estás más hermosa Ana, te pareces más a tu madre y tía..

Las tres sonrímos, el doctor Evans ha estado pendiente desde hace cinco años de la salud de mi madre.

----Después de unos minutos-----

-Bien por el momento señora Taylor está bien sin embargo debe tomar reposo, hoy la tendremos en el hospital y mañana le daremos salida.

-Muchas gracias doctor..sonríe Gladys madre de Ana

-Ohh doctor, mamá ya vuelvo voy hablar un momento con el...

Salimos los dos de la habitación para hablar..

-Doctor como ve a mi madre, está bien o la enfermedad se ha complicado.

En ese momento el doctor le coloca su mano en mi hombro.

-Tranquila Ana no te preocupes ella está estable por suerte la enfermedad avanza lento sin, embargo no podemos bajar la guardia.

Se seca unas lágrimas con mis manos y sonríe.

-Gracias doctor Evans por ayudarnos tanto..

El doctor me da unas palmaditas y se va a revisar más pacientes.. avanza la tarde con normalidad sin ninguna novedad, o eso pensaba.

-mama ya vuelvo voy a llamar a mi jefe, si necesitas algo llamas a una enfermera mientras vuelvo.

-de acuerdo pequeña no te preocupes..

En ese momento salgo del hospital para ir a llamar a su jefe, al salir del hospital veo un auto lujoso parqueado al frente con varios escoltas, no le presto mucha importancia.

-Hola señor Ron, llamaba para avisarte que mi madre ya está estable, el día de mañana le darán salida...

-oh que bueno Ana, mañana te pondré en el turno de la tarde..

-de acuerdo señor Ron nos vemos mañana.

Me sentía contenta de tener un jefe tan bueno que la entendiera..

Al volver a la habitación de mi madre ve dos hombres vestidos de n***o al lado de la entrada, del cual se me hace raro..

-Disculpe señorita a dónde cree que se dirige...

-voy a entrar mi madre está adentro soy su hija.

El hombre me mira fríamente, pero lo miro con gentileza.

-de acuerdo puede pasar.

En ese momento ingreso y dejo caer una bolsa dónde llevaba unas frutas para mi madre.

-y tu que rayos haces aquí!!!!

Me molesta al ver a la persona que está al lado de mi madre.Esta personas se levanta para saludarme

-Hola hija Qué bueno verte de nuevo Cómo has crecido.

-tú no tienes derecho a estar aquí y tampoco llamarme hija

-vine a visitar a tu madre no puedo venir a verla

-ja! No me hagas reír nos abandonaste hace años y ahora vienes a buscar a mi madre.

-qué vienes a verificar si ya está muerta.

-Ana!!! ya basta deja de hablarle así a tu padre

-pero mamá por favor, tú sabes que él no debería estar aquí yo no tengo padre!!!.

Estaba molesta por ver al hombre que nos había abandonado, sali furiosa de la habitación Pero mi padre va detrás de mi.

-espera Ana necesitamos hablar por favor escúchame!!!

Me toma del brazo para que no siga huyendo de él para que podamos hablar.

-suéltame!!!! no tenemos nada que hablar yo no tengo padre y usted es un desconocido para mí.

-Ana por favor sé que estás molesta pero por favor necesitamos hablar sobre tu madre.

-tú no tienes nada que ver con ella ni conmigo,desde que nos abandonaste,desde que ella enfermó yo soy la única que la ha cuidado.

él y yo solamente nos mirábamos, ambos teníamos el mismo color de ojos un azul hermoso pero ahora era un azul oscuro de la furia que sentia, por un momento no sabía qué más decir.

-Ana por favor escúchame es algo que te beneficiará a ti y a tu madre podemos ayudarla para que no sufra tanto.

Dejo de pelear, me suelto de mala gana, acepto ir a hablar, con el hombre que alguna vez llame padre, vamos la cafetería del hospital para poder hablar tranquilos.

-Adelante te escucho, Qué es lo que tienes que decir.

Mi padre empieza a mirar el café que tenía en la mano no sabía cómo empezar a decirme la verdad del por nos las había abandonado.

-mira hija sé que no tengo tu perdón, de haberlas abandonado hace muchos años pero debes entender porque lo hice.

-primero que nada no soy su hija y segundo no nunca voy a entender porque nos abandonó.

No sabía cómo lidiar con mi enojo ya que así sería más difícil.

-Adelante te escucho, si no tienes nada entonces me voy.

Empiezo a levantarme de la mesa pero mi padre me toma de la mano y le pide que no me vaya.