En los túneles

4920 Words
Creo que viajar en bicicleta era mejor que caminar o correr pero igual cansaba, llevaba las piernas prensadas, me daba más fatiga en los lugares donde tenía que subir alguna cuesta. Durante el recorrido en bicicleta, vimos hermosos parajes, animales variados y un clima perfecto. Nos detuvimos varias veces a tomar agua, a orinar y a estirar las piernas. A veces hablábamos de llegar a nuestro mundo y darnos un baño con agua caliente y dormir por dos semanas viendo series de Unión Corea. Pero nuestras realidad era otra, debíamos salvar al mundo. Pensando en tantas cosas, ví algo realmente mágico, más allá en unas verdes montañas apareció un arcoiris lleno de colores. Jamás había visto uno en la vida real, los había visto en internet o la tele o en libros pero en la realidad no.  _ ¡Miren! Un arcoiris_ Grité y todos voltearon a verlo, todavía seguíamos manejando. _ ¡Guao! ¡Es hermoso! _ Significa buena suerte verlos_ Explicó Sam. _ El primer arcoiris apareció cuando Dios salvó a todos los que iban en el arca de Noé. _ ¿De qué hablas?_ Pregunté curioso para que Max prosiguiera.  _ ¿No saben la historia del arca de Noé?_ Nos Preguntó. _ De Dios no sabemos nada, Max_ Respondió Emma. _ Solo sabemos de la guerra que se generaron cuando dejaron de usar la religión en nuestro mundo. _ Les contaré la historia_ Seguíamos manejando por aquellos parajes de ensueño lleno de flores extrañas pero con agradable olor, raras aves y abejas comían su néctar. Max continuó_ Hace muchos años, cuando el humano tenía poco de andar por la tierra, comenzaron a contruir enormes edificios, y se volvieron salvajes, carnívoros. Los hijos de Dios en el cielo, o sea los Angeles bajaron a la tierra y tuvieron relaciones con las mujeres y estás dieron a luz humanos gigantes que eran muy agresivos y asesinos, la tierra se llenó de tanta maldad que se olvidaron de Dios, tanto fue así que Dios sintió pena por haber creado al humano. Pero en tanta maldad había un hombre que era justo y bueno, al parecer era el único que todavía confiaba en Dios, por eso Dios un día se le apareció a este hombre y le dijo que construyera un arca enorme, como un barco gigante, una cosa así no se había creado nunca, pero Noé debía hacerlo con la ayuda de sus tres hijos las esposas de estos y su mujer. Era un trabajo arduo y que llevaba días, pero Noé hizo caso y lo realizó.  _ ¿Por qué mando hacer el arca?_ Preguntó Sam. _ No interrumpas, Sam, deja que Max eche la historia_ Lo regañó Emma.  _ Al Dios ver tanta maldad en la tierra, decidió destruir a todo hombre en ella, y a todo animal que habitara el planeta. El arca era para que Noé y su familia se guardaran ahí mientras Dios destruía todo. La orden de Dios fue, que iba a destruir a toda ser humano y animal, por eso Noé debía meter en el arca a una pareja de cada especie animal, no a todos lo animales, sino a una pareja por especie. Eso hizo Noé y su familia, la gente se burló de él por todo lo que hacía, le llamaron loco. Dios había dicho que iba a llover por cuarenta días y cuarenta noches. Obviamente, para esos tiempos, la lluvia era muy escasas sobre todo en esas zonas cercanas al desierto. Entonces, un día Dios le dijo a Noé que cerrara el arca con ellos dentro, y al poco tiempo, comenzó a llover, no era una lluvia como las que conocemos, eran torrenciales, llovió como nunca antes, todos los que se habían quedado afuera murieron, hasta los animales y las plantas. Al pasar los cuarenta días y las cuarenta noches, el agua comenzó a descender hasta que apareció tierra firme, Noé y su familia salieron y liberaron a los animales, entonces, Dios hizo aparecer un arcoiris como ese que vemos y dijo que nunca más destruiría a la humanidad mediante un diluvio mundial. El arcoiris les recordaba a las generaciones venidera ese día y la promesa de Dios.  _ Que interesante historia_ Dijo Emma.  _ Pronto pasaremos por algo así, debemos subir al arca antes de ser destruidos. _ No quiero ni imaginarme como será ese día. Verlos a todos convertidos en zombis y monstruos por todas partes debe ser espantoso. _ Yo trato de no pensar mucho en eso Sam.  Detrás de unos árboles vimos lo que sería un gran aeropuerto, con algunas aviones, su torre de control yacía en el suelo, los árboles salían de la pista de aterrizaje, lianas, enredaderas, y otras plantas cubrían casi por completo a los aviones.  _ El aeropuerto que dijo Kasandra_ Recordó Sam.  _ Y detrás de él las montañas dónde están los túneles. _ Si seguimos así, estaremos en media hora allá.  _ ¿Rodeamos el aeropuerto o seguimos recto?_ Preguntó Max. _ Creo que sería mejor seguir recto, sería más rápido. _ No se diga más.  Pusimos las bicicletas en marcha. El interior de las aviones parecerían ser la habitación de algunas criaturas, ví algo de movimiento adentro como si algo nos observara desde lo oscuro. Ví también que varias ventanas de las aviones habían sido selladas por una especie de metal, eso tuvo que hacerlo alguien inteligente.  _ Es cierto lo que se dice por ahí. Es difícil que en Agua Grande se guarden secretos. La voz nos detuvo en el acto, venía de alguien que bajaba las escaleras de una de esas aviones. Pude verlo bien bajo la luz del Sol de la tarde. Era un humanoide n***o como la noche, era alto y musculoso, tenía una especie de lanza en su mano, no tenía pelos en ninguna parte visible, sus ojos eran verdes como el pasto, tenían cuatro piernas, como se veía como una especie de crustáceo, y dos manos. Daba algo de miedo pero al mismo tiempo se veía amigable. _ No queremos problemas, vamos a las montañas_ Habló Max quizá conociendo un poco sobre esta especie. _ No estoy causando problemas, solo me sorprendo al verlos pasar por mis tierras.  _ Íbamos a rodear el lugar pero la noche se avecina y necesitamos pasar los túneles. _ En los túneles siempre es oscuro pequeño rey_ Se dirigió a mí_ Historias terribles se cuentan acerca de esos túneles. Bárbaros se ocultan ahí, nadie sabe qué o quiénes son, porque nadie los ha visto. Pero también se dices que es la única salida de este lugar. Muchos he visto pasar por aquí con ganas de adrenalina y nunca regresan.  _ Nosotros sí vamos a salir. Estamos preparados_ Esta vez la criatura se nos acercó, era muy alta.  _ No lo creo, mi señor. A menos que yo le revele el secreto para salir. _ Si sabes el secreto, ¿por qué no has salido?_ Preguntó Emma. _ Nunca he querido salir de aquí, para qué?, las historias que cuentan de lo que pasa del otro lado del muro son más aterradoras que estas. Ustedes deben saberlas, viven del otro lado.  _ ¿Qué debemos hacer para que nos orientes?  _ Los de adentro son varias comunidades de criaturas del mal, le temen a la luz y al fuego, dicen que si los ven a los ojos se convertirán en roca, y si se dejan tocar por ellos serán envenenado. Como son muchos ahí, serán muchos desafíos. Los puedo acompañar un poco más cerca de los túneles, así los guiaré.  _ Está bien.  La criatura gentil, comenzó a caminar junto a nosotros, nosotros seguíamos en la bicicleta, pero para la criatura era muy fácil seguirnos el paso.  _ Me llamo Chrome, yo mismo cambié mi nombre.  _ ¿Vives solo por aquí?  _ A veces vienen unos amigos del este a visitarme pero es a veces que lo hacen. La gran mayoría del tiempo estoy solo por aquí, sin hacer nada. Por eso estoy tan gordo, deseara tener un gimnasio dónde acepten a una criatura como yo con patas de cangrejo_ El hombre dió un risoton que Emma tembló en la bicicleta_ Pero la comida por aquí es gratis.  _ Hay muchas comunidades que seguro te aceptaran sin vacilar. _ Naaah, vivir solo es lo máximo. Sin leyes, sin que nadie te diga: "apestas debes bañarte". Aquí hago lo que quiera.  _ Algo más que debamos saber de los túneles. _ Sí, claro. Al entrar, los túneles se dividirán en varios, son tantos túneles de concreto que se perderían rápido, pero hay un túnel en particular que tiene una franja con pintura de color amarilla, esa deben de seguirla, ese es el túnel que los sacará de ahí.  _ Cuánto tiempo para salir? _ Como toda la noche, mañana en la mañana estarán afuera, si logran sobrevivir.  _ ¿En qué nos metimos, Robert?  _ Ya no podemos hacer más que continuar Emma. _ Perdón es que estoy aterrada.  _ Tengan, es mi gas mortal, huele a demonios pero dormiría a esas criaturas en el acto.  _ Gracias_ Eran unas pelotitas pequeñas que agarré y me colgué con su bolsita en mi hombro.  Llegamos a una pequeña cima donde podíamos ver lo entrada del túnel, tan oscuro y misteriosa, fuera del túnel se formaba un pequeño desierto de arena dorada, no se veía ni una criatura vegetariana pasar cerca. Un poco más allá se veía caer el muro protector rojizo.  _ Es una de las escenas más tranquila que he visto desde que estoy aquí pero es la más terrorífica_ Se estremeció Sam.  _ Seguiremos a pies desde aquí. Max que dice eso y escuchamos un motor sonar muy cerca de nuestras cabezas, era dos naves de las de Katamoto que estaban llegando, sin pensar en nada más comenzaron a disparar. Los primeros disparos los recibió Chrome, este cayó muerto en el suelo.  _ ¡Son los de Katamoto!  Las naves disparaban, logré ver no eran balas, eran calmantes o algo así porque la cápsula tenía un líquido amarillo dentro, y nuestro amigo los recibió y de inmediato cayó al suelo, espero que no sea muerto.  Ví que de las naves saltaban varios militares con armas, y en unas motos de esas de nuestro mundo, las que flotaban en el aire. Nosotros volvimos a subir en las bicicletas y nos lanzamos colina abajo para llegar a las arenas del desierto, al llegar a la arena, las bicicletas dejaron de andar, tendríamos que tener motores en las piernas para cruzar el desierto en bicicleta. Así que no nos quedó de otra que correr, y hasta correr se nos hacía complicado. Pero nuestra suerte cambió. De debajo de la arena salió una criatura como del tamaño de un oso polar, pero tenía la apariencia del ácaro que causaba la sarna, en pocas palabras, tenía forma de ácaro pero del tamaño de un oso polar. Luego salieron varias y saltaron sobre los soldado que manejaba las motos, estas cayeron en la arena. Mientras los hombre eran devorados por varias de estas criaturas que comenzaron a saltar como delfines, nosotros corrimos a las moto accidentada y subimos, Max no sabía manejarlas pero Emma y yo sí, de hecho, ella era una experta. Aceleró y subió más alto para no ser alcanzado, las criaturas saltaban para intentar agarrarnos, las naves de Katamoto comenzaron a perseguirnos y seguían disparando. Ya los túneles estaban cerca a nosotros. Y sin pensar en entrar o no, entramos. Max apretaba a Emma casi a partirla. Las naves nos seguían, la entra del túnel era ancho por lo que las pequeñas naves y las motos podían volar adentro sin problemas. Encendimos las luces y seguíamos. Este túnel era recto y en el piso se veían uno rieles oxidados, también habían parte de un tren viejo. _ Recuerdo haber estado aquí_ Hablaba Max.  Esquivamos una curva peligrosa donde se estrelló una de las naves creando una explosión adentro que casi rompe mis tímpano. Habían unas cuevas por todo el alto borde del techo del túnel y debido a la explosión despertó a algo. Eran como cientos de murciélago gigantes, tal vez del tamaño de un carro familiar, realizaban chillido metálicos, sus bocas se veían forradas de dientes. Ahora también nos perseguían. Los de Katamoto cambiaron de blanco y ya no nos disparaban a nosotros si no a ellos, varios caían al suelo matándose contra los muros, ya las criaturas nos alcanzaban pero Max y Sam quienes eran los que llevaban las manos libres, sacaron las armas y comenzaron a disparar, los animales caían en decenas; muertos. Obviamente que mientras más avanzábamos, más ruido hacíamos y más criaturas se unían a la persecución, está vez eran como gorilas blancos con unas alas como de murciélagos blancas también, varios de estos saltaron sobre la nave y la derribaron haciendo que esta chocara con los muros, creando otra explosión. De repente frente a nosotros, ek túnel se acaba y se dividía en otros más, debíamos buscar el que tenía la franja amarilla, pero la luz era escasa y el tiempo también, no podíamos detenernos a ver cuál era el túnel correcto. _ ¡Creo que es el que está en el lado derecho! ¡El primero del lado derecho! Sin pensarlo le hicimos caso a la vista de Emma y entramos, pero nos conseguimos con líneas que cruzaban el túnel por todos lados, líneas como tejidas por una enorme araña, al principio las esquivamos bien pero a medida que avanzábamos las líneas se hacían más y más tupidas impidiendo nuestro paso, chocamos con ellas, yo di varias volteretas en el aire, perdí de vista a Sam, seguro que si caí de esa altura me partiría todos los huesos. Pero choqué, con una de estas líneas y quedé pegado como mosca. Pude ver para abajo y a Emma le había ocurrido lo mismo, Sam y Max estaban un poco más arriba pero también pegados, las criaturas que nos seguirán algunas entraron y quedaron atrapados otro, al parecer ya conocían el peligro y frenaron el vuelo, regresando a sus cuevas.  _ ¿Qué rayos es todo esto? _ No puedo moverme. Tiene como un pegamento. _ Es como tela de arañas. Traten de no moverse.  _ Hay que buscar la manera de despegarnos, no quiero averiguar qué cosa puso esto aquí.  _ ¿Qué sugieres, Max? _ La daga de la Esperanza, seguro que ayudará, pero no puedo alcanzarla_ Hice movimientos pero no podía despegar mi mano de la tela de araña o lo que fuera aquella.  Una cosa comenzó a salir de unos agujeros pegados en las paredes del muro, era evidente que aquello era el causante de haber hecho eso. Era algo tímido porque salía con moderación, en efecto, era como araña, sus patas eran ocho pero muy largas, tenía un cuerpo algo humanoide con dos manos largas también, tenía dos ojos negros y grandes.  Salió balbuceando cosas y comenzó a meter a unos murciélagos que ya estaba pegados ahí, les dobló el cuello para asegurarse que estaban muertos, los despegó de la tela y los introdujo en la cueva. _ ¿Vieron eso?_ Pregunté. _ Creo que puede hablar. _ No lo ví, solo lo puedo escuchar_ Decía Sam. La criatura volvió a salir pero está vez se dirigía a mi. _ Peor a esto, es nada. No sé porqué tanto alboroto_ Cuando me vió abrió más sus ojos y dijo_ ¡Qué cosa tan extraña! Jamás la había visto por aquí. Los murciélagos siempre caen pero nunca había visto algo tan parecido a mi. _ Creo que podemos ser amigos_ Le dije. La cosa dió un chillido de espanto y salió corriendo para su cueva. _ Pero... _ Hola. No te lastimaremos, solo queremos bajar de tus cuerdas y seguir nuestro camino. Se asomó tímidamente a la salida de su cueva y dijo: _ ¿Irán a dónde? _ Vamos a salir de aquí. Queremos salir del escudo. _ Nadie jamás a salido. Más allá hay más peligro... ¿Quiénes son y porqué hablan? _ Somos seres humanos, por eso hablamos. _ Creo que hablar es lo único que conservo de mi vieja vida.  _ ¿Eras un humano? _ Creo que sí, ya no recuerdo mucho, solo sé que un día era humano y al otro esto. Llevo mucho tiempo viendo aquí.  _ ¿Nos puedes ayudar a salir de aquí? _ No los puedo ayudar a salir pero si podría llevarlo hasta cierto lugar, pero no en este momento, los cazadores están por salir, tienen un horario. Le temen a mis cuerdas, pero si tuvieran la oportunidad de matarme lo harían. No me han hecho nada porque mis cuerdas están aquí en lo alto y no entorpecen su caminar por los túneles.  Salió a nosotros y comenzó a despegarnos, llevándonos a su cueva, primero a mi, luego a Emma, después a Max y por último a Sam. Ya en la cueva nos dijo: _ Síganme y disculpen el desorden, de saber que tenía visita me hubiese puesto a recoger_ Cerro una puerta de acero que están cerca de la entrada. La criatura era algo nerviosa, parecía una persona de la tercera edad, pero se veían joven, aunque es la primera que veo así que no sé cómo luce una araña mutante joven o vieja.  Nos llevó al interior de la cueva, habían una especie de sala con una pequeña lámpara de aceite que apenas iluminaba la estancia. Unos muebles viejos, una mesa llena de libros, habían otras puertas que llevaban me imagino a los cuartos. Para ser una araña mutante todavía conservaba mucho de lo humano. Había mucho desorden por el suelo, sobre todo restos secos de los cuerpos succionados de los murciélagos. Nos mandó sentar mientras él recogía el desorden. _ Ya hasta perdí el sentido de la limpieza. Cuando uno pasa tanto tiempo solo, pierde su humanidad... Pueden ponerse cómodos y pasar la noche aquí, Aunque aquí siempre es de noche. Pero tengo un reloj que me mantiene cuerdo, me dice cuando es de día y cuando no._ Señaló un viejo reloj de pared_ ¿Cómo es posible que humanos estén por aquí? ¿No se convirtieron aquella noche? _ La verdad venimos de afuera del muro_ Dije. La criatura se interesó más he hizo más preguntas. _ ¿Cómo es posible? Pensé que todo estaba destruido. Después que pasó lo que pasó con nosotros, años después cuando empecé a adaptarme a este cuerpo me vine para acá, fui la primera persona que llegó a este sitio, construí todo esto y me conozco a la perfección estos túneles. Intenté salir varias veces pero la luz del Sol me lastimaba, y por las noche podría ser presa fácil de los cazadores. Con el tiempo comprendí que, un bicho como yo no sería bien recibido en el mundo humano, pero escuché explosiones del otro lado del muro, deduje que afuera todo había sido destruido como aquí. _ Realmente no, hubieron muchos batallas por cosas sociales. Pero aún hay seres humanos y muchos la verdad, en cada rincón.  _ Que interesante... Pueden quitarse esos morrales, ya dije, no les haré daño. Pueden confiar en mi. Le hicimos caso, nos quitamos los morrales y relajando la espalda.  _ En un media hora, saldrán los cazadores, ellos se comen todo, por este túnel vienen del interior donde tienen sus moradas, salen a afuera y matan a todo lo que se mueve. Hay unos que son como gusanos gigantes y babosos. A veces solo me pongo a verlos pasar, ninguno choca con mis telas porque están en lo alto y ellos pasan caminando. Además, algunos de ellos se aprovechan de las sobras que yo desperdicio al atrapar a los murciélagos. Me parece que hoy estarán muy entretenidos al ver el desastre que ustedes dejaron con sus naves. Seguro yo también saldré, habrán cosas en esas naves que me servirán para mi refugio... No sé, combustible, algunas baterías, o algunas mantas, o quisiera una manta, aquí hace tanto frío e irónicamente soy de sangre fría, ni sé si tengo sangre. Di una risita.  _ No les ofrezco comida porque no la comerían, ni agua porque no la beberían, solo un lugar para descansar porque no podrán andar por ahí solos a estas horas.  _ Te lo agradecemos mucho. Creo que dormir nos caerá bien. Aquí tenemos agua y comida. _ Pueden quedarse aquí o los llevaré a uno de los cuartos, es más espacioso y pueden dormir los cuatro cómodamente.  _ Claro, cuando veníamos conseguimos unos sacos para dormir. _ Van muy bien preparados. Este viaje es uno que llevan planeado, ¿Verdad? _ Sí. Caímos aquí por accidente, estuvimos en las comunidades de los Cherezadis y los Gilbinder, ellos nos dieron cosas para abastecernos.  _ No los conozco, nunca he salido de aquí, pero si he escuchado de ellos. También que hay humanos destruyendo todo en el norte. ¿Son parte de ellos? _ Algo. Estábamos con ellos, pero su líder solo quiere destruir y decidimos separarnos, vamos a nuestro mundo a denunciar sus crímenes.  _ Eso es bueno, que se apliquen las leyes, Cristóbal Colón ya conquistó estás tierras hace muchos años y destruyó la paz de los primeros que habían aquí, no se debe repetir eso... Vengan, los llevaré al cuarto para que vayan montando su tarantín. Yo debo salir por lo que le dije. Ya el frío está comenzando_ Se abrazó con sus manos y salió. Escuchamos cuando abrió la puerta principal y luego la cerró al salir. _ Por lo menos no tiene ganas de carne humana_ Dijo Sam. _ Es increíble que se haya quedado solo todos estos años y aquí, yo ya estuviera loco. Por lo menos podemos confiar en él. Comenzamos a sacar los sacos de dormir y las mantas, arreglamos algunas cosas y nos pusimos a comer sentados sobre los sacos.  _ Bueno, ya estamos aquí. Mañana nuestro compañero nos llevará a la entrada, no pensé que sería tan fácil. Me siento realizado_ Dijo Max tumbandose en el saco.  _ Yo diría eso cuando esté fuera de aquí abrazando a mi familia. _ Por lo menos tienes a quien abrazar, nunca supe de mi hermana. Desde que llegué a este lugar he tratado de saber de ella pero fue inútil, los Cherezadis dijeron a ver visto caer la nave pero no vieron sobrevivientes. _ Em, si viste los cuerpos que tenían los Hunter aquella vez que nos atraparon, había mucha gente que seguro eran de esa nave, en mi pesadilla yo vi que eso pasó, ví cuando la nave se estrelló, y esa gente era de ahí; de la nave. Seguro tu hermana estaba ahí.  _ Pero tenía un poquito de esperanza, Robert. _ Creo que no es tiempo de ponernos triste, ya estamos aquí, muy cerca de nuestro objetivo. Si quieres abrazos, yo podría dártelo_ Dijo Max saltando sobre Emma, pero ella lo empujó y comenzamos a reír. _ Guarden silencio, seguro que los cazadores podrían escuchar si pasan cerca de aquí. _ Tienes razón... Esperamos a nuestro amigo o nos dormimos. _ Si quieren duerman ustedes, yo lo esperaré. No tengo mucho sueño y nuestro hombre araña tiene muchos libros afuera que me gustaría ojear. _ Está bien. Mis amigos se metieron en sus sacos. Yo solo saqué un abrigo y me lo puse para apaciguar un poco el frío. Salí a la estancia y comencé a ver los libros, eran libros viejos con señal de que habían sido leídos millones de veces. "El Principito", "Narnia", "Harry Potter", "El náufrago", "Doña Barbara", y otro cientos de títulos se veían en las viejas portadas. Tomé uno para leer; yo no tenía los lentes arcoiris, entonces, escuché ruidos que venían de afuera, eran gritos que se escuchaban y retumbaban por todo los túneles aunque adentro se amortiguaban un poco los sonidos. Me levanté, abrí en silencio la puerta y me asomé, abajo, por donde pasaban los rieles iban en tropel decenas de animales salvajes de todos las formas, grandes, chicos, gordos, flacos, negros, blancos, era una diversidad de criaturas que si se entera que están aquí seguro que nos montarían cacería. En ese observar ví a esa criatura espantosa que había visto cuando se desplomaron los edificios, no puedo asegurar que sea la misma, pero era de la misma especie. Daba tanto miedo era como sacada de las pesadillas del artista Dante. En eso creo que sintió que yo lo veía y llevó su mirada arriba, adonde yo estaba pero logré esconderme rápido, creo... Lo cierto fue que la criatura siguió su camino. Me introduje de nuevo a la casa de la araña, tomé asiento, busqué el libro y comencé a leerlo.  _ "Capítulo 1. Lucy se mete en el armario. Había una vez cuatro niños que se llamaban Peter, Susan, Edmund y Lucy y está historia cuenta algo que les sucedió cuando los enviaron lejos de Londres durante la guerra debido a los ataques aéreos.  Los llevaron a la casa de un anciano profesor que vivía en el centro del país, a más de quince kilómetros de la estación de ferrocarril más cercana y a tres kilómetros de la oficina de correos más próxima. No tenía esposa, y vivía en una casa muy grande con su ama de llaves llamada señora Macready y tres sirvientas ( Se llamaban Ivy, Margaret y Betty, pero no son muy relevantes para el relato) El profesor era un hombre muy viejo (...) ... Y ese fue el final definitivo de la aventura en el armario. No obstante, si el profesor estaba en lo cierto, aquello tan solo había sido el principio de las aventuras en Narnia". Terminé de leer todo el libro en menos de dos horas. Tenía tiempo sin leer y leer un libro tan bueno y que jamás había leído fue emocionante, me alejaba la mente de la realidad en que estaba. Me gustó mucho la verdad. _ "Las crónicas de Narnia. El León, la bruja y el armario" de C.S Lewis, excelente escritor, fue y seguirá siendo uno de mis favoritos a parte de Harry Potter de J.K Rowling. Me los sé de memoria. Aventuras, magia, valor, confianza y amor se plasman en las páginas de ellos_ Eran las palabras del hombre araña, venía llegando con una carga de cosas que había sacado del restos de las naves. Salí a ayudarlo. _ Tardé porque aún tenían fuego por doquier. Pero logré sacar combustible y otros cacharros, seguro me mantendrán la mente cuerda por otros años más.  _ ¿Cómo te llamas?  _ Yo... Bueno, me llamo Kenser o eso creo_ Decía acomodando y observado lo que traía_ Es raro decirle mi nombre a alguien después de tanto tiempo. _ Antes de todo esto, ¿Que hacías Kenser? _ Escribía. Todo eso que ves en ese ricón lo escribí yo, manuscritos y más manuscritos. Llegué a publicar dos o tres libros, ya ni recuerdo, pero sucedió lo que sucedió y si pensaba volverme famoso pues no fue así, mira donde estoy, como un ermitaño, Diego me lo dijo una vez: "el pequeño ermitaño".  _ ¿Quién es Diego? _ Fue mi amigo. El único creo. Pero le perdí el rastro después de la conversión. Ahí está una foto de él, la cuido más para que no se dañe, y la foto de al lado son mi familia.  Fui a verlos. _ Diego era guapo. _ Oh sí, tenía unos ojos de ensueño y su cabello... Creo que estaba enamorado de ese tal Diego. Increíble! _ ¿Y qué pasó con tu familia? _ Cuando llegó la ayuda humanitaria, lograron subir en un avión con rumbo a Estados Unidos, yo me quedé para el vuelo siguiente, ya íbamos volando pero derribaron a l avión y caímos, ya luego me reuní con varios muchachos entre ellos Diego, ya lo conocía antes de toda la crisis, su familia salió pero él, al igual que yo quedamos atrapados bajo este escudo. Entonces llegó Argelia según para ayudarnos; esos malditos, Diego y yo tomamos el empleo de ayudar a contruir las casas donde viviríamos y a construir su edificios, hasta que llegó la conversión, Diego se convirtió en una especie de ave blanco, hasta así se veía hermoso. Pero perdimos rastro y nunca más supe de él. Pero de todo esto me satisface que mi familia logró salir. _ Me alegro por ti familia. Y me parece que si Diego está vivo, debe estar en alguna tribu de los Cherezadis. _ ¿Quiénes?  _ Los Cherezadis son humanoides blancos mitad aves con alas y todo. Sé de ellos porque estuvimos por ahí.  _ Te imaginas que esté vivo.  _ Pero te digo, de todas las criaturas por donde hemos estado, los Cherezadis no recuerdan nada después de la conversión lo que da a entender que Diego no se debe acordar de ti. _ Que malo eso... Pero cuéntame, ¿Cómo es afuera, en tu mundo que yo creía destruido? _ Claro, te contaré. Ahí pasé casi toda la noche contándole a Kenser, cómo era mi mundo y cómo era todo lo que vimos aquí, en su mundo, le dije de lo que nos proponíamos hacer para ayudar y de que él podía ir con nosotros cuando tengamos las naves y derribemos el muro.  Poco a poco se fue durmiendo. Fui por una manta y se la eché arriba para que no tuviera frío. Entonces yo también me fui a dormir.
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