Un chico llamado Max

1593 Words
Salió a unas habitaciones, se iba quitando sus implementos que tenía colocados en su cuerpo. Todos impeccionábamos atentos aquella bonita y linda casa, ya estábamos sentados. Nos parecía muy diferente a todo lo que habíamos visto afuera, aquí el aire era limpio, el ambiente era agradable, no como la desesperación que vivimos afuera junto a los monstruos, que por cierto, el chico llamó "Hunter", un título muy adecuado para ellos. Oímos en una de las habitaciones una regadera, así supimos que el hombre se estaba bañando. _ ¿Te duele?_ Le preguntó Emma a Turrot. _ Tu que crees_ Respondió el hombre con cara de un dolor jamás vivido, sudaba por todos sus poros. Sam, se levantó del sofá y comenzó a ver todo. _ Un oasis en medio de ruinas. ¿Estaba esto en tus sueños? _ No. Puede que sea algo bueno. Escuchamos que la regadera paró, lo que deducimos que el hombre ya no se bañaba. _ Este hombre tiene que venir de afuera, nadie puede sobrevivir aquí adentro con esos monstruos sueltos_ Habló Emma. _ Y eso que solo vieron tres_ Escuchamos hablar al muchacho que nos rescató. Él venía con un pantalón azul, una franela gris, y unos zapatos negros. Era un joven adulto muy hermoso puedo decir, la piel amarilla, cabello rubio liso y largo pero con un moño recogido en la coronilla de su cabeza. Ojos azules, cejas castañas, labios y dientes perfectos, nariz delgada y mediana, cara perfilada, de cuerpo alto y delgado, con musculatura definida. Él continúo hablando: _ El venenoso Slaver; muy contagioso, todo ser vivo que lo toca se convierte en él, es su manera de multiplicarse ya que no tienen sexo. Vieron a los Tenacious, humanoides que viven en cuevas escarbadas por sus fuertes garras, son bastantes agresivos si no lo iluminas con cualquier cosa que imita luz, y por último los Hunter, cazadores inteligentes y feroces, muy agresivos y con una obsesión asquerosa por la sangre, parte de energía la obtienen del petróleo, un líquido que se encuentra en el interior de la tierra. Son tres de cincuenta especie de carnívoros, uno más feroz que el otro. Podría decirles que los Earthworm-fire encabezan la lista de carnívoros. Ya estaba junto a nosotros, entonces saludó: _ Mucho gusto. Me llamo Maxwell Smart, pero pueden decirme Max. _ Mmm... Te, te presento a mis amigos. Sam, Emma y Turrot. Yo soy Robert. _ ¿Cómo es posible que pudieron penetrar el escudo? Nadie puede tocarlo sin ser calcinado por él. _ Ehh. ¿Podrías ayudarlo a él primero? Su brazo fue partido en tres partes, si no se trata rápido habrá que cortarlo, soy médico y eso no se ve bien_ Habló Sam viendo de cerca la herida de Turrot. _ Oh claro. Disculpen. El chico se acercó a Turrot, y con cuidado le tomó el brazo entre sus manos, todos veíamos aquello. Entonces con suavidad comenzó a pasar sus palmas de manos por el brazo de Turrot y continuo hablando: _ Lo que escucharán será un poco desagradable pero tranquilos, a Turrot no le dolerá. Cómo mágicamente, el brazo de Turrot se estaba uniendo de nuevo; ligamentos, tendones, venas, músculo y hueso, todo se pegaba, podíamos ver el hecho y oír como todo se unía. Después de que el brazo estaba listo, como nuevo, el tatuaje que tenía Turrot en su brazo se veía más colorido. Todos estábamos boquiabierta, sin palabras. Sam dijo a penas: _ Imposible. El hombre llamado Maxwell Smart, se acercó a mí y puso su mano en mi pecho, me vió a los ojos y me dijo: _ De no haber llegado, estuvieras muerto... Eres muy diferente a tus amigos. Me veía muy raro, yo no podía mantener la mirada como él lo hacía conmigo. _ ¿Cómo lo haces?_ Preguntó Sam. El chico lo ignoró y siguió viéndome. Yo sentí un alivio en mi cuerpo, no sentía ni el más mínimo dolor. _ ¿Q-qué me hiciste? _ Estás sano ahora. Vi las caras de mis amigos, eran de sorpresa. Corrí a un espejo y me ví. Los moretones, los golpes, todo había desaparecido con tan solo él tocarme. _ P-pero... ¿Cómo lo hiciste? _ Es una larga historia que les contaré, pero no en este momento. Vayan a bañarse. Cambien de ropa, mientras yo preparo comida, deben de estar hambrientos_ salió a la cocina a hacer lo dicho_ Y pueden entrar en la habitación del fondo. Antes de ustedes me conseguí con unos de sus amigos, ya está curado, está dormido, tiene un nombre muy extraño: Kioto. Salimos corriendo a donde el hombre había dicho que estaba nuestro amigo, queríamos verlo. La última vez que lo ví, Kioto estaba bastante mal; era un zombi. Llegamos a la habitación predicha, Sam abrió la puerta y ahí estaba dormido Kioto. El pelirrojo saltó sobre él en la cama, Kioto despertó exaltado, pero al vernos, solo abrazó a Sam y comenzó a llorar. Pedía disculpas como si lo ocurrido hubiera sido él quien lo causó, aunque claro, él lo decía era porque casi mata a Sam y luego a mí, y porque se comió a quien sabe cuantos. _ Ya cálmate, no fue tu culpa. Lo bueno es que ya estamos juntos. _ El hombre... Max, él me curó con tan solo tocarme, yo sé que estaba en la nave y cuando reaccioné, él estaba a mi lado, y luego la nave se estrelló. _ ¿Dices que el tal Max estaba en la nave antes de estrellarnos? _ Sí Turrot. Al parecer él entró cuando penetraron los monstruos, entró sin ser visto. Luego me trajo hasta aquí y se fue, supongo que a buscarlos. _ Turrot traía el brazo partido en tres partes y Robert tenía moretones, fracturas y un monstruo casi le parte el cuello, y este hombre lo único que hizo fue tocarlos y listo, eso fue todo, se sanaron frente a nuestros ojos_ Decía Sam_ No existe explicación para ese acontecimiento. _ Sigue siendo uno de estos monstruos, la diferencia es que este no es feo y en vez de arruinar, repara, es como el antídoto a las imperfecciones_ Habló Emma. Se escuchó la voz del chico desde la cocina decir: _ Dense prisa muchachos, la comida ya casi está lista. _ Y creo que puede leer la mente_ Dice esta vez Kioto en silencio_ Hagan lo que les dijo, yo iré con él a la cocina. Entré en un baño cerca del cuarto donde antes estaba Kioto. Noté que cada habitación contaba con un baño. Me desvestí y comencé a ducharme, el agua estaba tibia y relajante. Después de bañarme salí y me puse frente a un espejo de cuerpo completo a observar que no tenía ni un rasguño, ninguna imperfección. Mi cabeza se hacía miles de preguntas respecto a aquel chico. Sus ojos no salían de mi mente, era como si quería decirme algo, o como si lo conociera de algún lugar, fue una extraña conexión. De pronto en el ropero había ropa de mi talla, era otra cosa extraña. Me vestí, fue cuando entró en mi una nostalgia, quería llorar y llorar, solo recordar por todo lo que había pasado esa noche era suficiente para llorar por mil años. Me faltaba ponerme la camisa, me recosté de la pared, me deslicé por ella y me senté en el piso, comencé a llorar como nunca había llorado, apretaba la camisa; que la tenía en mis manos, contra mis ojos, trataba de ahogar mi llanto para no ser escuchado afuera. No sé si todos tienen los mismos sentimientos que los míos, pero, no me parece raro llorar, murió tanta gente inocente por seguir los sueños de un caprichoso millonario, aquí estoy, sólo, sin mis madres ni mi hermano, en un mundo desconocido, perseguido por monstruos, rodeado de extraños, y ahora este chico... Que chico tan perfecto, pero que extraño es, y es tan raro, en mi mundo sería el último rubio, pues, ya no existían personas con ese color de piel amarilla y ese cabello como el sol, sería como Sam. De pronto sentí como si alguien estuviera frente a mí estirando su mano para levantarme, yo hice para estrecharla y dije: _ Que pena, me conseguiste llorando. Cuando quité la camisa de mi cara no había nadie, y hubiera jurado que era Max, el chico raro. Me sorprendí mucho, por eso me levanté, fui de nuevo al baño y lavé mis lágrimas, me ví por última vez en el espejo y salí. Ya mis amigos se acomodaban en las sillas alrededor del comedor. El chico llamado Max servía la comida, todo vegetariano, como comíamos en mi mundo. Debido a la extinción de los animales desde el año 2090, los humanos optaron por comer vegetales y variados insectos, así como deliciosas frutas que se cultivaban en el fondo de los pocos y moribundos océanos. Comenzamos a comer. El hombre también comía, todo era un silencio, podría decir que se oía cuando masticabamos la comida. Yo personalmente quería hacer muchas preguntas al individuo así que comencé. _ ¿Cómo es posible todo esto? ¿Hay más como tú? _ Tengo tus respuestas amigo, pero es mejor comer y luego dormir, mañana responderé a sus inquietudes, cuando estemos más relajados, no olviden que yo también tengo preguntas que hacerle. Me decepcioné un poco. Pero el chico tenía razón, todos estábamos confundidos, cansados, como para oír una lista larga de sucesos. Desde comer, todos nos fuimos a dormir. Sospecho que mañana será un día inquietante.
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