Capitulo 2

2908 Words
Asqueado entre a la casa de mi familia, si algo que odiaba eran las personas, y aun mas si habían muchas, hablando de bobadas que a mi no me interesan en lo absoluto, o queriendo opinar sobre mi vida como si les perteneciera o tuvieran algún derecho sobre ella, por eso mismo odio las reuniones familiares, y aquí es donde ustedes se preguntan ¿y porque vas? simple, aun soy menor de edad y mis padres me obligan a asistir Me senté en la mesa, escuchando como los adultos charlaban de diferentes temas, cosa que a mi me aburren o simplemente no me interesa, los otros que nos encontrábamos sentados en la mesa estábamos de adorno, insisto en que estas reuniones no tendrían que ser familiares, solo tendrían que asistir los adultos, y así liberarnos de las tortuosas horas de aburrimiento y soportando comentarios molestos -Demian, ¿Cómo te esta yendo en el instituto? ¿ya sabes que estudiaras el próximo año?- pregunto una de mis tías, deje de comer para mirarla  -en el instituto me esta yendo bien o eso creo, no e repetido de curso y eso es un avance- conteste burlón, mis padres me miraron fulminantes- y en cuanto a lo que estudiaré el próximo año, no tengo la menor idea, quizás y muero mañana- me burle de manera sínica, sabia bien que mis padres me miraban de manera amenazante, mi tía me miro con los ojos como platos- pero bueno, ya dejemos de hablar de mi, se vuelve tedioso, dime tía Rosalie ¿para cuando el cuarto marido? -¡Demian!- exclamo enfadada mi madre -déjalo Clarisa, mis hijos son igual Mi madre me lanzo una mirada furiosa, y yo oculte una sonrisa, feliz de haber logrado mi cometido. Una de mis cosas favoritas en el mundo es hacer enfadar a la gente, es divertido el ver como puedes hacerlos enojar con un simple comentario, como por unos segundos se sacan la careta para mostrar su verdadera cara, y luego volver a ser los mismos falsos  La cena paso lentamente y a antes de la medianoche ya nos encontrábamos en casa, como cada vez que me aburría, saque mis auriculares y me puse a escuchar música. En esta última semana casi no había cruzado palabra con Abilene, en clases ella solo se dedicaba a escribir en sus apuntes y era mucho decir que me saludaba, desde la última conversación que tuvimos, ninguno había vuelto a decir palabra, el ambiente se había vuelto tenso e incomodo. Aunque aun le doy vueltas a sus palabras, no e logrado entender a que venían Algo que repelo es la incomodidad, por eso no me gustan las personas, porque con cualquier conversación el ambiente se comienza a tornar incomodo, bueno igual estoy a mano con las personas, ellas tampoco me toleran, asique se podría decir que es algo mutuo. De igual forma sigo sin entender la sociedad, que porque dices algunas verdades te tachan de mala personas, y por decir comentarios que sabes que complacerá a la otra persona ya eres buena persona. Ni que yo tuviera que complacer a las otras personas, ¡bah! Que estupidez ¿Saben? A mí no me suele dar curiosidad conocer una persona, porque por lo general las alejo de  mí, por el simple echo de que no las soporto, pero por alguna extraña razón Abilene me da curiosidad Camine por el borde del puente que está en el río Charles, era un lugar tranquilo, las personas no solían pasar por aquí y por esa razón era mí lugar favorito, lo único que pasa por aquí son los autos. El aire era fresco pero sin llegar a ser frío, era más bien esa brisa que despeina tu cabello y golpea de manera leve tu rostro ~•~•~ Entre al salón de clases, y lo primero que vi fue a Abilene sentada en nuestro pupitre escuchando música y haciendo garabatos en su cuaderno, la observé desde la puerta —¿Sabes que te ves como todo un acosador mirándome desde la puerta?— hablo Abilene aún con la vista en su cuaderno, levanté mis cejas sorprendido Chasquee la lengua- no te sientas tan importante rubia- le reste importancia, me acerque y deje mi mochila en el pupitre Se saco los auriculares y me miro- ¿Por qué llegaste tan temprano hoy?- pregunto con el ceño fruncido, me cruce de brazos y me recosté en el respaldo de la silla -es que tenia ganas de verte- le conteste sarcástico, ella se encogió de hombro restándole importancia- ¿y tu porque siempre llegas tan temprano? -Las personas suelen irritarme, y si llego temprano, disfruto del silencio por un rato, hasta que lleguen a perturbar mi tranquilidad - respondió  y volvió la vista a su cuaderno- aun no me has respondido  -te lo diré, pero que no se te haga costumbre que responda tus preguntas- advertí con aire despreocupado- hoy mi madre me levanto mas temprano para avisarme que saldrán de viaje con mi padre, luego ya no me pude dormir, y pensé porque no deleitar a mis compañeros con mi presencia  -te han dicho que tienes un ego muy grande -no, siéntete afortunada eres la primera que me lo dice  Levanto una ceja- ¿enserio? -no  Ambos mantuvimos silencio, y luego de unos minutos nuestros compañeros comenzaron a llegar, y minutos después el profesor Ruth. La clase continuo normal, pero no fue hasta mitad de hora que el altavoz sonó -Abilene Smirnof preséntese en la oficina del director- mi compañera de pupitre levanto la mirada, para luego juntar sus cosas de manera rápida e irse del salón  Lo que resto del día no la volví a ver, la rubia había desaparecido luego de su visita a la oficina del director, cosa que me resulto extraño. Trate de restarle importancia al asunto y seguí con mi día de manera normal  Era medianoche cuando una idea cruzo mi mente, a paso rápido me levante y me vestí con ropa deportiva. Comencé a correr hacia el lugar donde la otra noche había encontrado a Abilene, resulta que la rubia me daba curiosidad y quería respuestas. La noche era fría y yo solo corrí tratando de ver si encontraba a Abilene, y para mi suerte la encontré a unos metros de mi -¡Rubia!- la llame, ella se freno y giro sobre su eje, al verme sonrió  -Demian... ¿Qué haces aquí? -solo pensaba- comencé a caminar hacia donde se encontraba, su pecho subía y bajaba por la falta de aire- una carrera ¿Qué dices? -listo para perder- sonrió con sorna  Comenzamos a correr unos cuantos kilómetros, hasta que ambos frenamos en la sima de la carretera, que daba una hermosa vista, podías ver toda la ciudad desde aquí, Abilene me miro y soltó una risita, se acerco al borde del lugar sentándose, dejando caer sus piernas al abismo, permanecimos en un silencio cómodo, ambos con la vista en el horizonte, la observe por el rabillo del ojo, estaba relajada y con una pequeña sonrisa en sus labios  Me preguntaba que pasaba por su mente, que era lo que escondía, estar con ella a mi lado era cómodo no necesitabas la gran cosa para hablar con ella, era fácil de establecer una conversación y eso me gustaba, por primera vez en mucho tiempo no me irritaba la presencia de alguien a mi lado -¿que escondes?- me atreví a preguntar, tomándola por sorpresa se giro hacia mi y me dio una sonrisa cargada de nostalgia- ¿te has sentido como una casa de cartas?- respondió con otra pregunta, esta vez ella me tomo por sorpresa -¿que? -Para armar una casa de cartas, se necesita paciencia y un gran esfuerzo para que no se derrumbe, pero aun así no cuentas con que con una simple brisa la puede derrumbar- volvió su vista al frente, la mire con el ceño fruncido sin entender a que venía eso -pero... la puedes volver armar -si, pero en algún momento la paciencia se te acabara y no la querrás volver armar- contesto con simpleza, ninguno de los dos volvió a emitir palabra por un largo rato  -¿Por qué destruimos todo lo que tocamos?- me pregunto haciéndome volver a la realidad y tomándome desprevenido -no lo se, supongo que es nuestra naturaleza- conteste aun con mi vista al frente- ¿crees que ocultar algo para no lastimar a alguien que quieres, sirve de algo? -al principio puede ser que le estés evitando dolor, pero al final le causas el mismo o incluso el doble de dolor, porque esa persona lo puede sentir como una traición de tu parte, pero también depende de la situación- respondió pero lo decía cargada de tristeza  -gracias Y así nos quedamos toda la noche, en silencio o hablando de cualquier cosa, nos quedamos hasta que la puesta del sol apareció. Esa noche en vez de sacarme las dudas me genero aun mas, Abilene Smirnoff era un misterio digno de Indiana Jones, pero yo quería ser quien lo descubriera Oficialmente Abilene Smirnoff era un enigma ~°~°~ Era lunes por la tarde cuando llegue a casa y mis padres me esperaban con caras de pocos amigos, fruncí el ceño ¿Qué habrá pasado? —siéntate hijo, debemos hablar- demandó mí madre, asentí y me senté frente a ellos -¿Que sucede? -Tu madre y yo nos vamos a divorciar- respondió mí padre Me quedé pasmado con aquella frase, ¿Se iban a separar? ¿En qué momento paso esto? Sabía que su relación no iba del todo bien, pero no pensé que fuera tanto Nuevamente me había equivocado -¿Que? -tu padre y yo intentamos que esto funcionará pero, lo nuestro es insostenible- afirmó mí madre -yo...yo necesito estar solo Dicho esto subí a mí habitación, ¿En qué momento había pasado todo? Me encontraba perdido, como si mí mente se hubiese adormecido y al despertar, tener que enfrentar algo que no llegaba a entender del todo ¿Qué pasaría ahora? No me sentía triste o molesto, sino más bien perdido, como si me hubiese perdido todo una vida, ¿Lo entendía? Claro que si, yo era fiel de que si las cosas no te hacían bien, había que terminarlas por las buenas antes que llegue a más. Nunca pensé tener que vivir el divorcio de mis padres Sentado en las gradas observe a las personas pasar, a unos pocos metros de aquí una pareja estaban de melosos, hice una mueca de asco ante aquello -cada día pienso que, en verdad eres un acosador- se mofo la rubia, tomándome por sorpresa La mire divertido- ¿Cómo sabes que estoy acosando? ¿al menos que tu me acoses a mi? -touche- sonrió acercándose para sentarse a mi lado- y así fue como... el acosador fue acosado -¿estas admitiendo que me acosas rubia? -¿y tu estas admitiendo que eso te gustaría?- levanto una ceja divertida, solté una pequeña carcajada -¿cuando dejaras de responder con otra pregunta? -¿y tu cuando dejaras de preguntar?- contesto sonriendo -nunca -bueno... ahí tienes mi respuesta Colgó la mochila en su hombro y se levanto de las gradas, y comenzó a caminar  -¿a donde vas?- le pregunte antes que se fuera Miro sobre su hombro y respondió- toca con el profesor Brown, y no quiero llegar tarde a clases Ya me había olvidado que nos tocaba con Brown, en cierta manera lo agradecía era una de las pocas clases que coincido con Abilene, aunque estar sentado al lado de la rubia no era la gran cosa, se pasaba toda la clase tomando apuntes o prestando suma atención a lo que el profesor decía, aunque eso no me detenía para molestarla, era verdaderamente divertido hacerla enojar, sus mejillas se tenían de carmis, al igual que sus orejas, sus labios se fruncían formando una linea recta,  y su entrecejo se fruncían al igual que sus labios Me levante de las gradas y camine hacia ella- vamos- ella asintió y siguió caminando, pero esta vez conmigo a su lado Las clases con el profesor Brown se hicieron eternas y para mi mala suerte a media clase volvieron a llamar a Abilene, por lo que tuvo que abandonar el salón, esto me generaba cada vez mas dudas y no estaba obteniendo respuestas, o quizás si me las había dado pero yo no lo comprendía  Si algo había descubierto de Abilene es que era un rompecabezas de mil piezas, tardabas mucho en descubrir aunque sea una simple parte, aunque aun así no la terminabas de entender del todo Entre a mi casa y como si al levantarme supiera que este no iba a ser mi día, todos mis primos estaban en el salón, charlaban y tomaban cerveza -Hola primo- Me saludo Dan, los salude con la cabeza -¿que hacen aquí?- pregunte dejando mi mochila en el sofá -tu madre nos invito y dijo que nos sintiéramos como en casa- contesto Logan -y se lo tomaron a pecho Ellos asintieron, solté un suspiro cansado, yo que tenía pensado llegar a mi casa y estar tranquilo, pera ya ven no todo se puede en la vida, me senté en el sofá y tome un trago de cerveza -¿que te cuentas primito? ¿alguna chica?- pregunto Aiden -no te interesa- respondí cortante  Soltó una risa- eso es un si -eso es un no te metas en mi vida- gruñí -pero que gruñón, tranquilo, ya se porque nunca has tenido una novia- se burlo, apreté mi mandíbula -por lo menos a mi no me pusieron el cuerno, con mi mejor amigo- espete, el se levanto enojado y se acerco, Dan se puso en el medio  -Ya, cálmensen- dispuso, blanquee los ojos  Aiden se volvió a sentar enfadado, tome un trago de mi cerveza y sonreí burlón, Logan carraspeo  -¿que tal si vamos a dar una vuelta? -por mi esta bien- respondieron y luego me miraron a mi Me encogí de hombros- Me da igual -no se diga mas entonces Al ponernos todos de acuerdos fuimos a una fiesta que iba a ver por aquí cerca, sinceramente no te muchas ganas de ir, pero con tal de que me dejasen en paz La fiesta estaba situada un poco mas lejos de lo que esperaba, casi en el centro de Boston, era una casa grande y estaba repleto de personas, la gran mayoría con vasos rojos en sus manos, otros fumando, y otros bailando. Entramos a la dichosa fiesta y buscamos algo para beber, la mejor decisión fue una cerveza, nos quedamos en el patio trasero de la casa, mientras hablábamos. Aun no se si para bien o para mal, a lo lejos encontré a Babi hablando con un grupo de personas, sonreía y asentía por algo que le habían dicho, en su mano yacía un vaso rojo del cual de vez en cuando le daba un trago. Me quede observándola como un tonto a la distancia, al levantar la vista ella conecto su mirada con la mía, sonrió y dijo algo, para luego caminar hacia donde yo me encontraba -ya vuelvo- le avise a Dan, este asintió Camine en dirección a Babi, se veía hermosa, si de por si se veía guapa con unos jeans, su blusa una talla mas grande, y su moño mal echo. Así, me dejaba sin palabras, llevaba un vestido azul, que resaltaba su figura, y unas botas negras con unos centímetros de tacón, y su cabello rubio suelto -Rubia... -Demian... -no pensé que eras una chica de fiestas- comente  Se encogió de hombros- No lo soy, pero a veces es bueno salir un rato -Concuerdo contigo- asentí- aunque para ser sincero no tenia ganas de venir  -¿y por que viniste?- pregunto curiosa Me encogí de hombros restándole importancia, soltó una risita y negó divertida -¿sabes? -mm... -no quiero estar en esta fiesta y por lo que veo tu tampoco ¿Qué dices si nos vamos a dar una vuelta?- me pregunto con una sonrisa juguetona  -¿a donde quieres ir?- pregunte en modo de respuesta, ella soltó una pequeña carcajada  -sin rumbo alguno Sonreí- me parece una idea genial Tomo mi mano y tiro de ella, salimos de esa fiesta y comenzamos a caminar por las calles de Boston, lo único que la alumbraba eran las farolas, Babi me miro por el rabillo del ojo y sonrió. Se acerco a una casa y me miro divertida, cuando capte lo que quería hacer negué, ella asintió y acerco su dedo al timbre de la casa, lo presiono y este sonó, las luces de la casa se comenzaron a prender -¡Corre, Demian!- exclamo entre risas, tomando nuevamente mi mano y corriendo entre risas, luego de correr dos cuadras nos frenamos en una esquina, la rubia a mi lado comenzó a reír como desquiciada, y yo no pude evitar unirme a su loca risa -¡Estas loca!- hable entre risas, ella asintió -si- afirmo y se acerco unos pasos- ¿pero sabes algo?- la mire esperando a que siga con lo que iba a decir- tu estas mas loco por seguirme- Sonrió divertida y dejo un beso en mi mejilla -nuevamente concuerdo contigo- menee la cabeza, esta soltó una risita y volvió a tomar mi mano tarándome de ella 

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