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CLAUS Deseaba tanto dejarlo abandonado en Rito Bar, ¿Cómo se atrevía a dejarme así de caliente? Se suponía que yo lo dejaría a él caliente, esa era mi intención desde el principio. Mordí mis labios con rabia, me coloqué mi vestido para poder deslizarme al asiento del copiloto y echar a andar el carro, sus ronquidos resonaban así que coloqué la canción de Imagine Dragons con Birds a todo volumen para intentar calmar mi ira. Manejé hasta la urbanización de Calvin y cuando estacioné afuera de su casa tuve que revisarle los bolsillos, rogué para que no hubiera dejado las llaves en su carro, solté un suspiro de alivio, las traía con él. Abrí la puerta y luego arrastré a Calvin dentro de la casa arrojándolo en el mueble. —Maldición —susurré—, sí que pesas. Cuando me separé, él me agarró de la muñeca y me jaló tan fuerte que ocasionó que cayera contra él. —Quédate esta noche —murmuró con los ojos cerrados—, Claus no quiero despertar y que tu hayas sido un sueño... Mi corazón se hinchó al escucharlo decir esas palabras, él sabía que estaba con él, podía saber que era importante para que recordara mi nombre en ese estado en el que se encontraba. Pero puse el muro en mi corazón, no volvería a caer en sus dulces palabras vacías de mierda. Sus brazos me envolvieron apretujándome como si fuera un enorme peluche, decidí esperar a que se volviera a dormir para poder irme, sin embargo, antes de darme cuenta, yo me quedé dormida. CALVIN Mi cabeza tenía una terrible jaqueca, podía recordar estar con Claus, bailar, luego estar en el carro, besarla, oh mierda... me senté en el mueble restregando mis ojos con mis manos sin poder creerlo, me había venido como todo un adolescente inexperto antes de ni siquiera haberle quitado las bragas, ¿Pero qué carajos pasaba conmigo? Nunca me había pasado algo así, nunca. Aunque tampoco nunca desee tanto a una mujer, prácticamente fantasee con ella toda la noche, la esperé tanto que no pude aguantar, joder, usualmente todas me deseaban a mí. Busqué con la mirada alrededor de la sala, ¿Dónde estaba? ¿Se había ido? ¿Fue un cruel sueño? Me levanté caminando hacia el baño, y abrí la puerta, me quedé pasmado cuando casi choqué contra Claus, mierda, esto se sintió como un deja vú cuando nos reencontramos después de tanto tiempo. Estaba aquí, seguía aquí. Ella se echó hacia atrás, parecía que se había dado una ducha porque su cabello estaba mojado y no traía maquillaje, tuve que volver a darle un repaso a su cuerpo, tenía una de mis camisas, y le quedaba malditamente bien, parecía que no se había puesto sostén, ¿tendría bragas? maldición, el cosquilleo en mi entrepierna. Cálmate Calvin, no debe ser sano desearla tanto y no poder aguantar como todo un tonto. — ¿Cómo te sientes? —dijo Claus, sus mejillas sonrojadas por completo y su mirada un poco tímida. Sus labios, sus jodidos labios sonrosados y húmedos, deseaba mordérselos. Tranquilízate. —Bien, voy a darme una ducha —dije sacándome la camisa por la cabeza, ella paseó sus ojos por mi torso y su rostro se volvió por completo rojo, era lo que quería lograr, me encantaba acalorarla. Deséame como yo te deseo a ti. —Yo voy a irme —dijo evitando mi mirada—, te devolveré la camisa después. Te la regalo, quisiera verte así todas las malditas mañanas cuando amanezcas junto a mí después de hacerte mía. — ¿No quieres bañarte conmigo? —propuse soltando el botón de mi pantalón, su respiración se aceleraba, podía sentir incluso como ella  temblaba y comencé a fantasear con su piel caliente junto a la mía. Relamí mis labios, debía calmarme, iba a ocasionarme un orgasmo con tan solo verla. —No, ¿recuerdas que estas con Rachel? —Dijo—, no pasó nada entre nosotros ni pasará. No estaba con Rachel, o por lo menos no exclusivamente. No la quiero a ella, te quiero a ti. Ahora. —Eso no decías anoche —me deslicé el pantalón por mis piernas y dejé que cayera al suelo, sus ojos pararon por un momento en mi indisimulada erección y pareció un poco incómoda mientras paseaba la mirada hacia cualquier punto de la pared detrás de mí. —Estábamos borrachos —dijo—, y no recuerdo más que tú llegando al orgasmo solo. Auch. Sentí el calor subir por mi rostro, nunca me había pasado una vergüenza así, creo que la única vez que me había venido en mis pantalones fue cuando precisamente ella lo provocó hace muchos años atrás y fue apropósito. —Le echaré la culpa al alcohol —dije—, puedo recompensarte. Di un paso hacia ella, Claus alzó una ceja pareciendo suspicaz, se acercó a mí colocando una mano sobre mi pecho y sonrió de esa manera que la hacía ver malditamente angelical. —¿Cómo me recompensarías? Me quedé sin respiración y relamí mis labios al ver como sus ojos tenía ese extraño brillo hipnotizante, mi corazón comenzó a desenfrenarse, no esperé a que me dijera algo como eso y me gustaba ese juego travieso. —Regalándote un orgasmo —dije estirando una mano para tocar su cintura, sin embargo ella negó con la cabeza dando un paso hacia atrás, pareciendo ligeramente fastidiada. —¿Uno solo? Que decepcionante. —Dijo y agregó tóxicamente: — Como las otras veces que estuve contigo. Fruncí el ceño sin poder procesar lo que me dijo enseguida, pero cuando lo hice solté una carcajada sin humor. —¿Decepcionante? Recuerdo que tú siempre querías más de mí —envolví su cintura con mi mano y la jalé para acercarla contra mi pecho— y recuerdo cada gemido donde gritabas mi nombre. Por un momento me pareció que sus ojos brillaron en el recuerdo, pero se esfumó igual de rápido como apareció, ella me empujó zafándose de mi agarre y comenzó a prácticamente correr hacia la sala para decir: — Báñate de una vez y déjame en paz. Me encogí de hombros con una ligera sonrisa, por más que ella huyera, sabía que seguía sintiendo algo por mí, solo era cuestión de tiempo para que volviera a caer. Pero por ahora necesitaba una ducha fría. CLAUS. Joder, mi venganza hacia Calvin tenía un obstáculo que no había analizado hasta ahora; Rachel, mi mejor amiga, casi mi hermana, ella estaba acostándose con Calvin, era su chico como ella lo dijo varias veces, Rachel me iba a odiar si se llegaba a enterar que me besé con su chico. Maldición. Sentí de repente que me había convertido en una Trami... y vaya que tenía mucho tiempo sin pensar en ella, creo que estar con Calvin me llevaba al pasado. Tomé las llaves de mi auto de la mesa y mi vestido para poder irme. Creo que después de todo, no podría vengarme, no quería acabar mi amistad con Rachel, ella era muy importante para mí. Incluso ahora yo estaba saliendo con Denver, ¿Pero qué me había pasado anoche? Yo no estaba tan borracha para no saber lo que hacía, ahora era una adulta, una ingeniera, debía actuar con madurez.  Eres una estúpida Claus, una completa estúpida. Me sobresalté al escuchar el timbre justo cuando abrí la puerta para salir y me encontré de frente con Rachel. Mierda.
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