Capitulo 2

3415 Words
Lili. Estoy con los preparativos del cumple de Sofía a full donde falta poquito y Julián parece que no tenia pensado hacerle nada, no me corresponde pero lo quiero hacer así le queda a ella que al menos la niñera se preocupaba de festejar su primer añito de vida. No tengo idea de nada con las manualidades, entonces decidí comprar muchas revistas para hacer lo que tengo planeado hacer y sacar las ideas específicas, Julián se enojó cuando le dije de hacerlo en el patio de la casa, pero lo convencí enseguida, solo que aun no me hago ni la mas mínima idea de como decorar para que sea bien infantil y hermoso. —¿Julián?. —golpeo la puerta de su oficina con suavidad aún cuando está abierta. —Entra. —esta en su escritorio trabajando mientras Sofía esta como loca en el andador—. ¿Qué pasa?. —Ya terminé las tarjetitas y quiero que las escribas porque mi letra es espantosa. —me rio donde Sofia viene frente a mi saltando mientras estira las manos—. Acá traje la lista que me diste... Espera corazón no te pongas loca. —¿No puede ser en otro momento?. —me agacho dándole unos besos y ahí sigue corriendo y chocando con todo. —Como quieras, pero mañana como es domingo quería que aproveches a repartirlas así ya nos sacamos eso de encima y todos saben que ese día es el cumple de la nena y pueden venir. —Para para para. —me siento en una de las sillas que tiene mirando como se apunta y luego las tarjetas—. ¿Las tengo que repartir yo?. —¡Y si! ¿Quién sino?. —Bueno dale. —bufa haciendo que sonría feliz, le doy las tarjetas y la lapicera rosa con brillos—. Ve diciéndome los nombres así lo hacemos mas rápido. —Dale. Pasamos dos largas horas peleando al final, se queja de todo, hasta del color de la lapicera, cuando termina sigo con los demás preparativos sentada en el suelo de su oficina con él ahí así charlamos y los dos controlamos a Sofi. ................. Faltan dos días para el cumple y me estoy volviendo loca, Julián me ayuda en lo que puede, pero es mas lo que reniega que lo que hace porque al tener las manos grandes no logra hacer los detalles de los recortes o pegar algo pequeño en algún dibujo, termina rompiendo las cosas y tirando malas palabras para todos lados de lo inutil que se siente. No le emociona nada que sea todo de Minnie Mouse pero Sofía es fanática obsesiva de ella, le encanta y es su día, se debe hacer lo que a ella le gusta. —Aayyy señor Jesús no doy más... Vamos a dormir mejor. —lo dice mas enojado que cansado. —Si, yo también estoy cansada... Me duele el cuello. —estamos en el suelo del living con terrible despiole, se para y agarra a Sofía que duerme en el sillón toda despatarrada—. Sube rápido gordi. —Si, ahí voy. —junto todo para no levantarnos y ver todo el bochinche que sé que me va a poner de mal humor si lo veo, subo a mi cuarto para dejar todo acomodado, tengo las cosas terminadas por un lado y lo que falta por otro. —¿Qué haces acá?. —me giro asustada viendo que está en la puerta solo en pantalón. —Vine a dejar las cosas, ¿por?. —agachada sigo acomodando las cosas. —Por nada, solo preguntaba. —Listo, ¿vamos?. —Si, vamos. —duermo en su cuarto desde que volví, no hacemos nada de nada, pero si no estoy con él no duerme. —¿Y Sofía?. —su cuna ya no está. —Decidí que vuelva a dormir sola. —se saca el pantalón y me muerdo los labios porque está como quiere. —Entonces yo también puedo volver a mi cuarto. —me mira enseguida dejando lo que hace. —No importa. —alza los hombros sonriendo mientras se para pasando sus pulgares por el elastico del boxer—. Donde duermas duermo yo, no importa la cama. —Ya falta poco para el cumple. —le digo llendo al baño cambiando de tema, tiene la paranoia de que me voy a ir si no duerme conmigo. —No me hagas acordar. —salgo cambiada y me acuesto. —Vas a ver que la vas a pasar bien... No seas así. —Lo dudo. —me abraza haciéndome sentir segura en sus brazos—. Hasta mañana hermosa. —Hasta mañana. ................... 21 de mayo. Llegó el día del cumple, vinieron las chicas temprano para ayudarnos, y se los agradezco de corazón porque no doy más, siento que ya no puedo ni pensar. Lo que me costó mucho fue la torta aunque Julián me ayudó bastante porque aun cuando ponia peros para todo me dijo que hagamos todo casero, hasta la torta. Me voy a cambiar después de que las chicas me convencieron, me pongo un jean ajustado color celeste oscuro y una remera negra, mi pelo lo dejo libre y no me hago nada en la cara, cuando ya estoy lista cambio a la nena con un vestido que Julián puso muchos peros pero lo logré, así que estoy feliz por eso. —¿Listas?. —Si. —bajamos los tres a ver como quedó todo. —¡Mi patio!. —lo dice como si fuera una tragedia. —Es un rato no mas, ya cortala hombre. —Tendría que haber insistido de hacerlo en un salón. —Que dramático, esta hermoso. —Pensé por un momento que me ibas a dar la razón. —¿Ya están peleando?. —me giro y es Ale. —Aaaaa viniste. —lo abrazo y sentimos que carraspean. —Me parece que ya es mucho. —me corre a su lado. —No cambias mas... Traje unas cosas, ¿te ayudo en algo?. —Si, hay que preguntarle a las chicas. —miro buscándolas pero no las veo—. Vamos a la cocina deben estar ahí. —¡Yo voy!. —No te la voy a robar primito tranquilo. Vamos a la cocina y empezamos a preparar toda la comida en las bandejas, todas trajeron para compartir aun sin pedirselo, Julián con la nena en brazos recibe a la gente y emocionado lleva los regalos a la mesa que preparamos, es emocionante que se tomen la molestia de traer un regalito. Acomodamos todo mientras los chicos juegan y atendemos a los invitados, busco con la mirada a Julián y lo veo mirando el pelotero con Sofia en brazos. —¿Porque no la apoyas para que juegue?. —¿Estas loca? Es muy chiquita. —Pero acá no mas. —le digo tocando la orilla para que entienda—. No hace falta que la largues adentro. —Esta bien. —con desconfianza lo hace y la nena ríe feliz. —Aaa corazón. —digo sonriendo y agachándome un poco—. ¿Te diviertes ahí? Siii. —Lili. —me giro al llamado y Martina que viene corriendo con un regalo en la mano. —¿Marti?. —la abrazo enseguida—. No sabia que estabas invitada. —Julián me llevó la tarjetita... Acá traje un regalito, ¡feliz cumple bonita! —le da besos a la nena que le apunta el pelotero. —Gracias. —dice Julián mientras me mira y niega—. No digas nada. —Gracias. Vamos a las mesas y nos sentamos con los demás a descansar un poco y alimentarnos ya que de ayer al mediodía que no comemos nada de tan ocupados que estuvimos, todos preguntan quien es la nena que llegó y feliz les digo que es mi hermana menor. Martina no sé despegó de mi lado y el de Julián, bueno, hasta que se hace amiguitas, ahí ya se vuelve loca corriendo y jugando. A cada rato me paro para atender a los invitados, las chicas ayudan bastante pero es algo que somos los anfitriones no puedo esperar a que alguien se pare y haga lo que yo debo hacer ya que yo tuve la idea de esto. Estamos riendo hasta que llega la mamá de Julián con una chica que parece que no sabe que es un cumple de un bebé por el vestido que trajo, se quedan todos callados mirándola. —¿Quién es?. —le digo a Vale que esta a mi lado. —La hermana de la mamá de Sofía. —¿Y porqué la miran así?. —Desde que trabajas acá, ¿la has visto?. —No. —Exacto... No fue ni cuando la nena nació y aparece ahora, mi cuñada no sé que piensa en traerla. —Tenla un segundo. —Julián me pasa la nena y enojado va donde ellas entrando a la casa. ***** Julián. —¿Pero qué mierda te crees para aparecer acá?. —le digo a Agustina que solo sonríe. —Tu mamá me invitó y aparte es el cumpleaños de mi sobrina, es mi derecho. —Sobrina que no conoces... Es mejor que te vayas, no tienes nada que hacer acá. —Es hija de mi hermana. —dice ofendida. —Julián... Es la tía de la nena. —miro a mi mamá sin creer. —¿Como se te ocurre invitarla? ¿QUÉ TIENES EN LA CABEZA?. —le grito sacado y mi papá que no sabia que habia entrado no dice nada. —Tiene derecho. —¿Derecho a qué? Perdieron ese derecho cuando pidieron plata para no reclamar a mi hija, no tienes nada que hacer acá, YA te vas. —Sólo quiero verla. —A mi hija no vas a ver. —la agarro del brazo y la llevo hasta la puerta casi arrastrándola donde no se quiere ir—. No te quiero ver mas, tenemos un trato no me hagas buscar formas para que te alejes porque te va a ir mal. Cuando me giro Lili está mirando seria, paso por su lado y subo a mi cuarto, me siento en la cama a pensar en lo que me dijo, no quiero que esa gente se acerque a mi hija, no quiero que la envenenen porque esa gente es la peste y voy hacer lo que sea para mantenerlos lejos de mi hija. —¿Julián?. —me tiro para atrás quedando acostado y con un brazo me tapo los ojos. —Ahora no Lili... No quiero escuchar a nadie. —No te vengo a decir nada. —la miro que esta parada a mis pies. —¿A qué viniste entonces?. —siento que sube a la cama y la veo subir gateando arriba mío, pone una pierna y un brazo a cada lado mío, la agarro de las caderas frenandola—. ¿Qué haces?. —Escuché sin querer y solo vine para que sepas que estoy para lo que necesites. —No te creo. —¿Por qué?. —La ultima vez que te necesité te fuiste. —Es diferente. —apoya los codos a los lados de mi cabeza acercándose mas a mi—. Habíamos peleado y si hubiera sabido todo lo que pasó habría venido. —Por mas que no te hayas enterado tendrías que haber venido igual... Te fuiste y me dejaste pensando cualquier cosa. —Perdóname... No pensé nada. —¿No pensaste? Se ve que nunca lo haces. —miro para un costado. —Tienes razón, no lo hago. —me corre la cara y me besa pero se aleja enseguida con una sonrisa gigante. —¿Qué haces?. —No pienso. —baja otra vez rozando mis labios mientras habla—. Mientras no pase lo de la última vez podemos tener un montón de peleas y no te voy a dejar. —Jamás vas a volver a pasar. —la rodeo con fuerza por la cintura—. Tienes que estar tranquila con eso. —Esta bien. —cuando me canso de que rose mis labios empujo su cabeza hacia la mía metiendo mi lengua en su boca—. Mmmgggg. —Aaaa. —guío mis manos a su culo y levanto mis caderas chocando con las de ella—. Aajj Lili. —Mejor volvamos. —¿Por qué?. —digo tirando la cabeza hacia atrás lloriqueando. —Podemos hacer una locura y es el cumple de la nena. —Esta bien, vamos. —le doy un nalgada y se ríe parándose. —Auchhh tonto. Cuando bajamos todos nos preguntan donde estábamos y que haciamos, para cambiar de tema Lili dice que le saquemos unas fotos a la nena con todos los invitados y solita, sale hermosa y sonríe cuando ella le habla, realmente mi hija la ama con locura. —¿Qué hacían con Lili que tardaron tanto?. —dice Exe dándome un codazo—. Tendrían que haber esperado a que nos vayamos, ¿o era urgente?. —Para mi que no se aguantaron. —dice Seba. —Fue un polvaso porque no duró mucho. —dice Manu. —Son unos terribles idiotas, mejor que ni los escuche porque se va a pudrir. —¿Quién no tiene que escuchar y qué?. —los tres se ríen y yo abro grande los ojos. —No, nada... Estos que hablan pavadas. —le digo apuntandolos. —Nunca pensé que te ibas a quedar callado delante de una mujer. —miro muy mal a Seba que es un bocón. —¿Cortamos la torta?. —desesperado intento cambiar de tema porque los mira muy mal. —Vamos... Después me dices de qué hablaban. —Esta bien. —Lleva a la nena a la mesa mientras busco la torta. —Si. —los idiotas se despansan de risa—. Pelotudos. Después de cantar el feliz cumpleaños reparten la torta con mis hermanas, nos sacamos fotos y la miro hablar con algunos invitados que de hecho son todos familia de parte de mi papá y mi amigo de la vida Martin y la nueva amiga de Lili, Brisa, luego nadie mas. ............ Cuando todos se van subo a mi cuarto, está sentada en la orilla de la cama en corpiño, sin zapatillas y el pantalón desabrochado mientras masajea su cuello, cuando se da cuenta de mi presencia se quiere tapar. —No. —estiro mi mano mientras niego—. No te tapes Lili... Por favor. —Me da vergüenza. —se rodea el vientre con los brazos. —No la tienes que tener ya te lo he dicho, ni menos conmigo. —la llevo a la cama sentandola y me agacho delante de ella. —Perdón Julián pero estoy cansada. —No te preocupes. —sonrío poniendo mis manos en su cintura desnuda. —¿Me harías unos masajes por fis?. —¿A dónde?. —muevo las cejas y me pega en el hombro riendo. —En el cuello y hombros que me mata el dolor. —Si, esperame un segundito que voy por cremas. —agarro la crema corporal de ella y vuelvo, me saco la ropa delante de ella que no me saca la mirada, y después me subo a la cama sentándome con las piernas a los lados—. ¿Te puedo sacar el corpiño?. —Me parece que te estas pasando pero si... Desabróchalo. —se lo saco y tiembla. —¿Porqué tiemblas?. —le susurro al oído. —Porque me dio escalofríos. —guio mis manos hacia delante acariciando sus pechos libres de la tela—. Aaa Juli. —Shhh tranquila... Es parte del masaje. —Ya no quiero el masaje. —¿Qué quieres?. —le beso el cuello mientras masajeo sus pechos hermosos. —Que me hagas el amor. —A sus ordenes mi bella dama. Así como estamos la beso y la sigo acariciando, voy bajando mis manos hasta que llego al borde del pantalón, meto la mano despacio y gime cuando toco su intimidad, lo que me da vía libre para seguir y que esté lista para cuando al fin pueda estar dentro de ella y ser uno solo. —Para Julián... Espera un momento. —agarra mi mano haciendo que la saque enseguida. —¿Qué pasa?. —asombrado veo que se para y se saca el pantalón. —No pasa nada. —esta totalmente desnuda y la miro sin creer, me empuja dejándome acostado. —¿Qué pasa ahora?. —me deja confundido porque siempre tímida esperando a que yo haga todo cosa que me gusta más que no hacer nada. —Me estaba doliendo en cuello en la forma en la que estabamos. —me pasa las manos por el estómago hasta llegar al borde del bóxer—. Me iba a agarrar tortícolis si seguía así. —No me di cuenta perdón. —hablo como puedo porque me saca el bóxer y acaricia mi pene—. Aaaaggjjj Diossss. —¿Te gusta?. —No sabes cuanto. —No puedo creer que esto entre en mi. —la empujo dejándola acostada y me subo arriba de ella mientras me río. —Siempre diciendo esas cosas. —la toco poniéndome feliz de que este preparada para recibirme. —Pero es la verdad... Es muy grande y no sé como lo logras. —Eres muy apretada y soy grande, pero te adaptas de maravilla. —beso sus pechos que me encantan, no creí que era un hombre de pechos pero los de Lili me tienen loco. —Nos aguanto mas. —guío mi m*****o a su entrada pero me para empujándome del pecho. —¿Qué pasa ahora?. —digo casi histérico. —El preservativo. —no me había acordado para nada. —No importa, no hay problema. —intento entrar otra vez. —Noooooo. —se revuelve alejandome—. Sin globo no hay fiesta mi amigo. —¿Por qué? Eres mi mujer y no me digas amigo. —No soy tu mujer y no quiero hacerlo si no te cuidas. —No estoy enfermo. —No dije eso... Es que yo no me cuido y no quiero un desliz. —Esta bien, tienes razón. —voy al baño buscando desesperado—. Acá encontré. —¡Que suerte!. —No sabes cuanta porque no soy de tener acá en la casa. —¿Y dónde los tienes?. —estoy arrodillado en medio de sus piernas poniendomelo. —Uno en la billetera pero de costumbre nada mas. —sonriendo me acomodo arriba—. ¿Celosa?. —Me gustaría que seamos exclusivos de lo posible. —Eres mía Lili, no pienso dejar que nadie te toque ni nadie quiera borrarte de mi. Entro en ella y ya no pienso en nada, empujo muy suave como la primera vez, quiero saborearla, quiero recordarla en todo momento. La miro que sonríe y gime cada vez que entro en ella, mueve las caderas generando que la cordura se me vaya a cualquier lado, levanta las piernas poniéndolas en mi espalda baja y así estar mas unidos. —Aaahhh. —gritamos juntos—. Mierda Lili. —Ooggg. —empujo mas rápido y con mas fuerza—. Ya no aguanto massss. —Aaaggggg. —le muerdo el hombro cuando me vengo. —Dios... Como extrañaba esto. —me acaricia la espalda pasando las uñas con suavidad. —Yo más. —la beso y salgo de su interior—. Tiro esta porquería y vengo, no te duermas. —Necesito el baño así que apúrate. —Vamos juntos. —¡Que gracioso!. —No le veo la gracia. —No voy a mear estando tú ahí, así que, tira eso rápido que no doy mas. —Algún día lo vas a hacer estando yo al lado tuyo. —Lo dudo. —cuando termino entra corriendo, al rato viene y se acuesta—. Quedé muerta. —Yo te quiero viva. —la abrazo besando su hombro. —Déjame dormir un poco y después me vuelves a revivir ¿si?. —me río por lo que dice. —Descansa nena... Hasta mañana. —Hasta mañana. —se acomoda en mis brazos gimiendo. —Eres mi mujer, que no se te olvide. —¿Tu eres mi hombre?. —Entero nena... Entero. . .
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