Capítulo 21

2586 Words
AITANA El día siguiente, el día en que me uní a Elijah en la gira, no fue como pensaba que sería. Por un lado, no vi a mi nuevo “novio” en todo el día. Luego de todo, nunca había salido con una estrella de rock antes. Mucho menos con una estrella de rock falsa. Me recogieron en mi departamento, me volaron a Montreal con Ximena y Flynn, y me llevaron a un hotel. Me dijeron que Elijah había salido ayer con Ryder, Jeff, el resto de su nueva banda en solitario y el equipo clave. En el hotel, me dieron una tarjeta de acceso para la habitación que compartiría con Elijah. Sus cosas estaban tiradas por una de las camas, pero él no estaba. Y sí, ver todas sus cosas en nuestra habitación me dio un pequeño escalofrío. Pero reprimí esa mierda de inmediato. Ximena me había dicho que él estaría ocupado haciendo entrevistas promocionales, luego la prueba de sonido en el lugar antes del show. Y a pesar de mis mejores esfuerzos por no dejarme atrapar por lo increíblemente raro, emocionante o abrumador de todo esto, esperaba con ansias volver a verlo. Mucho. Quiero decir, estaba bien que me gustara el tipo, ¿verdad? Después de todo, me había hecho tocino y huevos, y en mi libro, eso era la puta A. Y no se podía negar que el hombre era increíblemente atractivo. Cuando me desperté esa mañana, todo se sentía demasiado bueno para ser verdad, y por un instante, mientras parpadeaba saliendo del sueño, tuve un ataque de pánico diminuto de que no era real. Como si todo el fin de semana, todo lo que había pasado desde que Elijah apareció en la puerta de mi hermana, fuera otro maldito sueño. Que me había caído de la patineta, me había dado un golpe brutal en la cabeza y ahora estaba en una cama de hospital, alucinando todo esto. Doscientos mil dólares para pasar seis semanas al lado de un rockero ridículamente guapo. ¿En serio? Pero cuando encontré el mensaje esperando en mi celular, me golpeó de nuevo. Decía: Buen día hermosa. Empaca ligero. Ximena te llevará de compras en Montreal. Eso era todo. Llamé a mis padres desde la habitación del hotel para avisarles que había llegado bien. Les había dicho que trabajaría como “asistente” de Elijah, pero dado que nunca había mostrado interés en la industria musical antes y que ellos me habían visto con él en el video Dirty Like Me, dudaba que me creyeran. Llamé a mi hermana, que definitivamente no me creía, y que cuidaba a Max; escuché a mi perro ladrando feliz de fondo y ya lo extrañaba un montón. Colgué el teléfono sintiéndome extrañamente sola. Me permití unos segundos para quedarme en la habitación del hotel y pasar mis dedos sobre la ropa en la maleta de viaje abierta de Elijah. Pero no iba a ser una rara y fisgonear. No iba a nadar en su piscina sin invitación, por así decirlo. Arranqué una página del cuaderno de bocetos que había traído y dibujé una pequeña caricatura de mí misma, con corazones saliendo de mis ojos mientras miraba una pequeña caricatura de Elijah Colton, sosteniendo una guitarra en el aire. Era un maldito buen dibujo. Lo firmé con las palabras: ¡Aquí estoy! Luego lo dejé sobre la cama para él, en caso de que regresara al hotel antes de que yo lo viera. 🎸🎸🎸🎸🎸🎸 Pasé la tarde con Ximena —y Flynn, por defecto— en la Rue Ste-Catherine. Aunque me parecía increíblemente raro que Flynn nos escoltara a todas partes pero no hablara con nosotras, tenía que admitir que ser cuidada por un tipo duro exmilitar, que parecía James Bond con una chaqueta de motociclista, tenía sus ventajas. Llevaba nuestras maletas, abría puertas y nos manejaba cuando nos cansábamos de caminar. Incluso nos consiguió asientos en un restaurante concurrido para un almuerzo tardío cuando necesitábamos un descanso. Para la tarde, Ximena ya había comprado varios conjuntos nuevos y yo solo había elegido un artículo para mí: un par de jeans de la sección de rebajas. —Es por tu nuevo novio —me dijo—. No seas tímida. Confía en mí, él puede pagarlo. Eso no ayudó. Todavía no estaba muy cómoda sintiéndome como una acompañante, y que me pidieran vestirme diferente a como normalmente lo hacía, lo que al menos se implicaba con esta gira de compras, me daban ganas de rebelarme. Había pensado que ir de compras sería divertido, pero al final, cada vez que probaba algo que Ximena me daba y salía del probador para que ella lo viera, me sentía como una prostituta. —Cariño —dijo Ximena cuando salimos de la enésima tienda con las manos vacías—. Esto no es una crítica. Nadie te está diciendo cómo vestirte. Solo quiero que pienses en la imagen que proyectas. Has visto a Elijah, ¿verdad? ¿En fotos? ¿En el escenario? ¿Y cómo se ve? ¿Qué usa? Está aceitado, con los pantalones desabrochados, la camisa quitada. —Ajá —Sí. Lo había notado. Difícil no hacerlo. —Bueno, no es una coincidencia —dijo, mientras entrábamos en otra boutique increíble—. Mucho trabajo va en esa imagen. Ahora eres su novia. Tu imagen es tan importante como la suya. Para entonces, sabía que Ximena sabía que la relación era falsa, pero era lo suficientemente cool como para no mencionarlo. De hecho, todo sobre Ximena era cool. La chica era hermosa, del tipo que quizá ni notarías a primera vista, pero a la segunda o tercera, quedabas cautivado. Lograba combinar una bufanda gigante con una camiseta asimétrica, jeans boyfriend arremangados y botas de tacón aguja, y caminaba con ellas como si no tuvieran tacones de cuatro pulgadas. Era diminuta, probablemente poco más de cinco pies sin tacones, pero tenía la presencia de alguien que no tolera tonterías. De nadie. Lo cual sin duda era cómo había sobrevivido tanto tiempo co-administrando a la banda más candente de chicos malos del rock ’n’ roll. —Debe ser interesante, ya sabes, ser la única mujer en el equipo —dije mientras revisaba un perchero de leggings bellos pero carísimos—. Quiero decir, además de Elise. Debes ver casi todo. Sí, estaba hurgando, pero era muy consciente de que esta podría ser mi única oportunidad de obtener información de Ximena. Ella y Ryder volaban a Vancouver mañana. Aparentemente tenían las manos llenas gestionando a Dirty, incluso cuando la banda no estaba de gira ni promocionando un nuevo álbum, así que no podían manejar el día a día de la gira de Elijah. Habían contratado a un manager de gira y a un montón de otras personas para eso. —Casi todo —dijo Ximena—. No te veía venir, sin embargo. Miré los perchero de ropa que había entre nosotras. —Supongo que no debería sorprenderme —dijo. Sostuvo un par de jeans rojos ajustados, y aunque no me desagradaban, arrugué la nariz sin querer. No podía evitarlo; tenía aversión a todo este proceso. Los volvió a poner en el perchero y siguió buscando—. A mis ojos, Elijah es el tipo más misterioso del grupo —explicó—. Difícil de descifrar, incluso en los años que lo conozco. —¿Y cuántos años son? —Como seis más o menos. Llegué después de Love Struck, así que me perdí toda la locura del álbum debut. —Se acercó a mí con varios vestidos y comenzó a sostenerlos uno a uno—. Puedo decir esto. No es un mal tipo. Tampoco es un santo. Si tuviera que elegir una palabra para resumir a Elijah Colton, sería… impredecible. —Hizo una señal a una asistente de ventas y le entregó algunos vestidos—. Le encantaría probarse esto —dijo Ximena, lanzándome una mirada. —Y esto —cedí, entregándole una falda a la vendedora. —Tú, por ejemplo —seguí a Ximena mientras continuaba revisando ropa—. Esto de novia por contrato. —Me miró como verificando si estaba bien que lo llamara por su nombre real. Sonreí incómoda. —Nunca lo hubiera esperado —continuó—. Pero así es Elijah. Nunca sabes qué va a hacer después. —Sacó un mini vestido n***o sexy del perchero y me lo sostuvo a distancia—. Pero tenías chispa, tú y Elijah. Ryder y yo lo vimos. Ya sabes, cuando le ofreciste ese pastel de cereza. —Oh. Eso. —Sí, eso —rió Ximena—. Por eso te queríamos para el video. Esa chispa. No sabíamos que prendería en la pantalla como lo hizo, pero maldita sea, estuvo caliente. —Pasó por los vestidos, cargando unos cuantos más en el brazo—. Tienes esta cualidad… ¿cómo lo dijo Zander? “La chica de al lado con la que realmente quiero follar.” —Rodó los ojos un poco. Me sonrojé, sin estar segura de si debía sentirme halagada, pero también reí—. ¿Y él es exactamente lo que parece? Los ojos grises de Ximena se nublaron—. ¿Zander? Oh, es todo lo que ves en los medios y más. —Su tono era ligero, aunque un poco condenatorio, pero era la primera vez que sentí que estaba filtrando sus comentarios—. También es muchas otras cosas, ninguna buena noticia. Es prácticamente una pesadilla para cualquier mujer. —Tomó otro vestido del perchero y se volvió hacia mí—. En serio, lo único útil que puedo decirte sobre Zander Traynor es que mantengas tu distancia. Interesante. Pero no era un problema, ya que él no vendría en esta gira. Ximena dejó su pila de vestidos con la vendedora y siguió buscando. Yo la seguí, logrando elegir un par de jeans estilo rockero, completamente rotos y carísimos. —¿Y los chicos nuevos? —Amigos de Elijah —dijo—, seleccionados de otras bandas. Todos están en un lugar muy diferente al de los chicos de Dirty, creo que por eso los eligió. Todos están casados, por un lado, y Raf tiene dos hijos. La esposa de Letty está embarazada. Así que será un ambiente totalmente diferente al de una gira de Dirty. —¿Que es…? —Locura total —dijo, y se rió—. Por suerte para ti, no tendrás que lidiar con eso. —Exacto —dije—. Porque cuando esta gira termine, yo seré historia. Primer día y ya empezaba a sentir un poco de arrepentimiento por eso, aunque había estado de acuerdo. Demonios, había hecho que él también estuviera de acuerdo. Pero solo quería que las cosas estuvieran claras. No necesitaba que mi yo ingenua pensara que esto era más de lo que era, ni tejer algún tipo de fantasía de que continuaría más allá de la gira. Lo último que necesitaba era otro corazón roto. Estaba aquí para hacer un trabajo, y eso era todo. Dicho esto, intenté poner más empeño en lo de las compras. Ximena solo estaba haciendo su trabajo y se nos estaba acabando el tiempo. Se suponía que debíamos estar en el recinto del concierto en aproximadamente una hora. Y cuando levanté un vestido rosa champaña sexy como el pecado y Ximena dijo: —No. A Elijah no le gusta el rosa —finalmente se me ocurrió una idea. Cuando levanté un suéter y Ximena dijo: —Elijah prefiere el rojo —lo tomé en azul. Cuando levanté una falda y mencionó: —A Elijah le disgusta la tela a cuadros —tomé todo lo a cuadros que pude encontrar. Pronto, tenía un montón de prendas que Ximena había intentado vetar en nombre de las preferencias de Elijah. Fuera de los probadores, me metí el vestido rosa champaña, que era súper sexy, escotado y mostraba kilómetros de pierna, cuando me di cuenta de que ella se había dado cuenta de mi jugada. —Oh, sí —dijo, negando con la cabeza—. A Elijah le odiaría eso. Entrecerré los ojos hacia ella. —¿De qué lado estás? —Del que haga feliz a Elijah. No te gustaría trabajar para ese tipo cuando está de mal humor. Me observé el trasero rosa champaña en el espejo. —Solo ponte el maldito vestido, Aitana —dijo—. Te ves horrible. Sonreí. Sabía que el vestido se veía bien. Me sentía bien. Al diablo con Elijah Colton si le gustaba o no. A pesar de lo que pudiera pensar, no lo estaba usando para él. La última vez que usé un vestido por un hombre fue blanco, y eso no me salió nada bien. No iba a volver a recorrer ese camino —doblarme hacia atrás para ser lo que no soy con tal de complacer a un hombre. Ningún hombre. —Estoy orgullosa de ti —dijo Ximena, mirándome en el espejo—. Siento como si fueras un pajarito bajo mi ala. Ojalá viniera de gira para protegerte. La miré, un poco alarmada. —Estoy bromeando. Pero en serio, es genial que te mantengas por tu cuenta. Muchas chicas sacarían el máximo provecho de esto, haciendo todo lo posible para engancharlo. Pero tú no. Entiendes que esto no es jodida Cenicienta, ¿verdad? El reino no está realmente en juego. —Me pasó un par de botines hasta el tobillo para combinar con el vestido—. Estás viendo esto como un trabajo, y cómo hacerlo bien mientras mantienes quién eres. Me encanta eso de ti. —Gracias —dije. No estaba segura de disfrutar el cumplido. Sí, tenía un trato con Elijah. Pero no se sentía tan genial que alguien que lo conociera bien, alguien que me agradaba y que él obviamente respetaba, me recordara que no era más que la ayuda contratada. Ximena se echó un paso atrás para observarme. —No mires ahora… pero diría que estás lista para la vida en el spotlight. —Genial —dije, aunque la idea aún me revolvía el estómago. Me miró fijamente en el espejo. —Esto jode a la gente, ¿sabes? —Ajá —me giré hacia ella—. Honestamente, estoy bastante nerviosa porque no tengo idea de con qué voy a lidiar. Nunca he hecho algo así antes. —¿Ir de gira o salir con una estrella de rock? —Me pasó mi chaqueta de cuero de la suerte—. ¿O fingir estar enamorada de alguien que no amas? —Todo lo anterior —dije, poniéndome la chaqueta y volviendo a mirar el espejo. La chaqueta se veía totalmente increíble con el vestido sexy y los botines asesinos. Además, me hacía sentir yo misma… solo que mucho más glamurosa. Ximena se paró a mi lado, así que ambas estábamos en el reflejo. —Vas a ser increíble —dijo—. Como lo fuiste en el video. Solo mantente fuera del camino cuando no seas necesaria, y finge a más no poder ser su chica ideal cuando sí lo seas. Miré mi reflejo con escepticismo. Me veía bien. Pero ¿la chica ideal de Elijah Colton? Mierda. —Él te eligió, ¿verdad? —dijo Ximena, notando mi inquietud—. Mi mejor consejo: solo sé tú misma. —Metió la mano bajo el cuello de mi chaqueta para ajustar los hombros del vestido rosa champaña, desplazándolos hacia afuera y profundizando la V del escote—. Mientras uses esto.
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