CAPÍTULO ONCE

1615 Words
BASTIAN   Cuando las puertas del palacio se abren y la chica Bloodmoon entra al salón del trono, me sorprendo de inmediato con su apariencia, ella está descalza, con su cabello desordenado, con heridas en sus brazos y piernas, su cuerpo está lleno de sangre y barro, pero para mi sorpresa, lo que más llama mi atención es lo que trae puesto: una camisa perfectamente limpia e intacta que le queda demasiado grande, la cual cubre por completo su torso y baja hasta la mitad de sus muslos, la camisa es tan grande que es apenas lógico suponer que le pertenece a un hombre, y a uno de gran tamaño, lo cual hace que me sienta incómodo de inmediato y me sorprendo a mí mismo preguntándome a quién pertenecerá esa prenda y por qué ella la lleva puesta.   Pero no es sino hasta que ella ha avanzado a casi la mitad del enorme salón del trono, que soy capaz de oler su aroma por primera vez en meses; pues recuerdo muy bien el primer día que pude sentir su esencia en el aire del bosque, fue el día en que el grupo de Rogues atacó una de las fronteras del reino y varios de nuestros guerreros resultaron gravemente heridos, por lo que decidí ir yo mismo a la zona para verificar los daños y los posibles fallos en nuestra defensa, fue allí cuando la brisa sopló trayendo su aroma y dejándome aturdido por un breve momento, y aunque al principio traté de ignorarlo y seguir con mis rondas, el mismo se fue haciendo más fuerte y me encontré a mí mismo transformándome en un segundo y corriendo en mi forma de lobo hacia ese dulce olor, en el momento en que escuché un grito ahogado proveniente de esa misma dirección.   Cuando llegué a ella y le quité el rogue de encima, su aroma me invadió por completo y casi me hace olvidar por qué estaba allí, podía olerla a ella en el rogue que yacía muerto a su lado, y también podía oler en ella el repugnante hedor del rogue entremezclado con su dulce aroma; después de ese día me descubrí a mí mismo queriendo olerla nuevamente, pero constantemente debía recordarme que era estúpido y que aunque ella oliera increíblemente bien y fuera mucho más bonita de lo que imaginaba, era básicamente mi enemiga, nacida en medio de la guerra entre nuestras familias y cualquier contacto con ella sería simplemente tiempo malgastado.   Y ahora que la tengo frente a mí, no puedo evitar que se me note la molestia y la decepción que me causa el no poder apreciar su aroma como he querido hacerlo desde hace meses, porque está entremezclado con el aroma de los lobos a los que derrotó hoy, pero, sobre todo, con el aroma del dueño de esa camisa el cual es tan fuerte y molesto que casi quisiera arrancársela y quemarla para que desaparezca y sólo quede el de ella.   La voz tensa de mi madre me saca de mis pensamientos, pues ella acaba de preguntarle a la chica en tono acusador: “¿Qué es lo que quieres?”   “¿Disculpe?” la chica responde confundida.   “Disculpe, SU ALTEZA,” Grayson, el jefe de la guardia real la corrige de inmediato con un tono severo.   “¿Disculpe, su alteza?” la chica repite en tono monótono y claramente no muy feliz de ser corregida de forma tan brusca, su sangre de alfa es evidente en la forma en que ella habla, mira y en general en el aura de superioridad que emana de su ser.   “¿Qué es lo que pretendes? ¿por qué estás aquí?” mi madre le pregunta nuevamente, levantando levemente la voz.   “Porque usted me mandó a llamar… su alteza,” la chica responde, confundida nuevamente, y sin olvidarse de añadir el título.   “¿Te estás burlando de mí o simplemente eres tonta?” mi madre le reclama con expresión molesta.   “Madre…” le susurro en tono de advertencia y ella trata de recomponerse, pero sigue pareciendo bastante molesta.   “Realmente no entiendo su pregunta, alteza,” la chica le responde con tono cortés.   “¿Por qué entraste a la competencia? ¿qué es lo que pretendías con ello?” mi madre le repite.   “Yo sólo quería demostrarles a ellos que soy mucho más que un nombre caído en desgracia,” ella responde simplemente y la sinceridad de sus palabras es más que evidente, aun así mi madre no está satisfecha con la respuesta.   “¿Demostrarle a quién? ¿Por qué tendrías que demostrar algo?” mi madre la inquiere de nuevo.   “A todas las personas del reino que me tratan mal y me miran como si fuera basura humana, y sí tenía que demostrar que soy mucho más que la última sobreviviente de los Bloodmoon, porque lo soy, soy mucho más que eso, y no es justo que se me trate así cuando yo no tuve absolutamente nada que ver en lo que sea que hayan hecho mis antepasados, ni siquiera había nacido cuando todo sucedió, no se le puede echar a alguien la culpa de los errores de toda su familia, ¿no le parece, alteza?” la chica responde con voz firme, y noto como un sentimiento de incomodidad empieza a asentarse en todas las personas presentes.   “¿Qué quieres decir con eso?” mi madre la increpa, notando el tono irónico que la chica usó en su última frase.   “Quiero decir, que la familia Vark también cometió errores, también hizo cosas malas, pero no por eso yo puedo culpar al rey por los errores de sus antepasados, porque sería simplemente injusto hacerlo,” ella responde con el ceño ligeramente fruncido.   “Pero mira que eres insolente, ¿te atreves a pararte frente a nosotros y decirnos que nuestra familia es mala?” mi madre le recrimina y la chica sacude su cabeza.   “No, alteza, no estoy diciendo que su familia sea mala, simplemente que también cometió errores en el pasado,” la chica responde con calma.   “¿Qué errores?” le pregunto, ya sin poder contener mi curiosidad.   “Para empezar, los Vark en cabeza del difunto rey Collin, rompieron la tregua que se había pactado entre los dos bandos para poder celebrar el festival de la luna de sangre y atacaron a todas las personas del reino Bloodmoon de noche y cuando ya estaban ebrios o dormidos, asesinaron a cada uno de las personas leales a mi abuelo, sin importar si eran mujeres, ancianos o niños, asesinaron a mi madre embarazada a sangre fría cuando estaba tratando de huir y también a la esposa de mi tío y a sus pequeños hijos, y todo eso lo hicieron sin necesidad, pues ninguna de esas personas podía defenderse de los brutales ataques, pero las asesinaron, y aun así no los culpo a ustedes porque no tuvieron parte en ello, así como tampoco se me debería culpar a mí por los crímenes que se le atribuyen a mi abuelo,” la chica dice con voz agitada y es evidente en su rostro que está tratando de contener su rabia y su frustración por la suerte terrible que sufrió su familia y su reino.   Mi madre se queda en silencio por un minuto largo, su molestia parece haberse desvanecido y creo atisbar algo de culpa cruzar su rostro, lo sé porque es lo mismo que estoy sintiendo en este momento, pues durante años me cuestioné los métodos de mi abuelo, y me estremecí con los relatos de la guerra, con todas las muertes innecesarias de personas inocentes, con la forma en que actuó nuestra gente, sin nada de escrúpulos a la hora de prácticamente borrar de la faz de la tierra al reino de los Bloodmoon, y sé que mi padre se sentía igual, pues él nunca estuvo de acuerdo con ello y de hecho se abstuvo de participar en el asalto del festival de la luna de sangre, y sé que uno de sus más grandes arrepentimientos fue no haber detenido a mi abuelo antes de cometer esa barbarie.   “¿Cómo podemos estar seguros de que tu lealtad residirá con el rey y que no dejarás que los rencores del pasado entre nuestras familias nublen tu juicio y te hagan traicionarnos?” mi madre le pregunta y la chica inclina su cabeza hacia un lado, pensando en su respuesta.   “No pueden, no hay forma en que puedan estar seguros de ello…” ella empieza a decir y cuando mi madre la intenta interrumpir, ella se apresura a añadir: “Así como yo tampoco puedo estar segura de que ustedes no me harán lo mismo que a mi familia, así que supongo que debemos simplemente confiar el uno en el otro y pensar en que esta es una alianza que nos beneficia a todos,” ella responde y mi madre frunce el ceño, confundida.   “¿Que nos beneficia a todos?” mi madre repite.   “Sí, estando en la guardia real me aseguro de que nadie más me moleste a mí o a mi familia adoptiva, y conmigo a su lado ustedes se aseguran de que tendrán a una guerrera alfa con linaje real que puede ayudarlos a defender al rey contra el gran número de enemigos que el difunto rey acumuló durante su vida y que de seguro estarán planeando vengarse ahora que el falleció… ¿Lo ve, su alteza? todos ganamos,” la chica le responde con confianza y una sonrisa se extiende por mi rostro.   Ella definitivamente es alguien especial.
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