CAPÍTULO TRECE

1598 Words
ELINA   Los rayos de sol que entran por la ventana y caen directamente sobre mi rostro, me despiertan de un profundo sueño en el cual se entremezclaron toda clase de escenarios, desde recuerdos de mi infancia con mi familia adoptiva, hasta momentos dentro de la competencia, pero los mismos se distorsionaban y cambiaban de formas extrañas, incluso en un momento del sueño cuando le arrancaba la pata delantera a uno de los lobos con mis enormes colmillos y la escupía con asco, me daba cuenta al instante de que ese lobo era mi hermano Elijah, y en otros momentos el rostro de mi madre adoptiva aparecía en un cuerpo que no era el de ella y vistiendo ropas elegantes mientras se paseaba por la habitación de mi verdadera madre en el palacio.   Me despierto agitada y con la frente perlada en sudor, solo para darme cuenta con un sobresalto de que no estoy en la cama en la que me dormí ayer al atardecer, esta habitación es mucho más pequeña, pero aún así sigue siendo casi tan grande como la casa en la que vivía con mi familia en la manada Ónix, la decoración aquí no es elegante y hermosa como en la habitación de mi madre, sino que es simple y consistente de colores blancos y cremas, también algunos grises, muy parecida a una habitación de hospital pero más grande.   ¡Mierda! ¿Estoy en el hospital?   ¿Y si la competencia no terminó bien para mí y todo eso del triunfo fue simplemente un sueño inducido por los medicamentos?   Me doy cuenta que aún estoy usando la camisa de Marcus, pero ahora huele diferente, no a mí, ni a mi hermano, sino que tiene un aroma distinto, uno que es intoxicante y que no puedo parar de oler.   Un golpe en la puerta me sobresalta de nuevo y cuando Lily, la chica regordeta de ayer asoma la cabeza por la puerta entre abierta y sonríe hacia mí, me doy cuenta de que nada de lo que pasó ayer fue un sueño y que realmente sí gané la competencia y ahora soy parte de la guardia real del rey Bastian, ¿pero cómo llegué aquí?   Le hago la pregunta en voz alta a Lily y ella parece un poco incómoda, e incluso pareciera estar a punto de cambiar el tema, pero una mirada de mi parte la disuaden de responderme con la verdad, y sé que no es justo que use mi poder de alfa para hacer que ella obedezca mis peticiones, pero realmente tengo curiosidad por saber qué pasó después de que me dormí en la habitación de mi madre.   “El rey Bastian me vió en el primer piso hablando con uno de los guardias y me preguntó si ya había terminado el recorrido por el palacio y que si estabas conforme con tu habitación, así que no tuve más remedio que contarle a él lo que pasó, realmente lo siento, pero cuando él ordena algo es casi imposible para nosotros no obedecerlo,” ella dice con expresión de culpabilidad.   “No te preocupes, no te culpo por decirle, sé que es tu deber hacerlo, pero, no me has respondido cómo llegué aquí,” insisto y ella sacude su cabeza.   “Realmente no lo sé, después de un rato el rey me ordenó traerte ropa limpia y dejarla junto a tu cama, también me dijo que te trajera la cena en caso de que despertaras con hambre en medio de la noche, pero por lo que veo dormiste profundamente todo este tiempo,” ella me responde mirando hacia una bandeja con comida que está en la mesa junto a la cama y que yo había ignorado completamente hasta ahora que siento mi estómago gruñir por el hambre.   “No, no te comas eso, ya debe estar dañado, te traeré el desayuno en un momento, a menos que quieras desayunar con los demás en el comedor,” ella me dice y yo sacudo mi cabeza de inmediato.   “No, prefiero comer aquí,” le respondo y ella me sonríe de forma simpática.   “Te traeré el desayuno en un instante, el baño está tras esa puerta de la izquierda y en el closet hay algo de ropa para que te pongas,” ella me dice antes de tomar la bandeja de comida para llevársela.   “Oh, y otra cosa, el rey ordenó que visites al médico real para que te examine las heridas que te hiciste en la competencia ayer, y me temo que no es algo que esté abierto a discusión, lo siento,” ella añade cuando nota mi cara de desagrado por la noticia.   Así que tan pronto como Lily sale de la habitación, me levanto con un poco de esfuerzo pues aún siento dolor en varias partes del cuerpo, y me dirijo hacia el baño, el cual me sorprende pues es casi tan grande como mi habitación en casa de mis padres, me paro frente al espejo que va desde el suelo hasta el techo en la pared derecha y con cuidado me quito la camisa de Marcus, estremeciéndome un poco por el dolor, especialmente el de mi brazo derecho y mi pierna izquierda, aunque la herida en mi pecho también es bastante grande, sólo que no tan profunda como las otras.   Me observo en el espejo y noto el estado de mi cuerpo, el cual a pesar de estar cubierto de heridas, morados y rasguños, se ve más fuerte que ayer, casi como si hubiese cambiado después de mi transformación completa, toco con cuidado algunas de las heridas y aunque la mayoría no duelen, las más grandes sí duelen bastante, por lo que entro a la ducha teniendo especial cuidado de no poner esas heridas directamente bajo el flujo de agua y siento mis músculos relajarse casi de inmediato con el agua caliente.   Noto con sorpresa que el baño está completamente equipado con todo lo necesario, incluyendo algunos cosméticos bastante costosos, champú, acondicionador, crema hidratante para el rostro y para el cuerpo, jabón para la ducha, e incluso líquido para hacer burbujas en la bañera, nunca imaginé que esto podría ser así, pues debido a los pocos ingresos de mis padres no podíamos tener acceso a este tipo de cosas en nuestra casa, aunque supongo que ser uno de los guardias reales tiene sus ventajas.   Al salir del baño me dirijo al clóset y noto que hay mucha más ropa de la que imaginé, aunque por lo menos la mitad de la ropa parece demasiado pequeña para mí, y debido a que la herida en mi pierna es una de las que más duele, decido ponerme una falda de jean negra, una blusa camiseta blanca que me queda un poco apretada, y unos tenis blancos; afortunadamente también hay ropa interior aquí, pues no llevaba nada debajo de la camisa de Marcus y eso habría sido problemático.   Cuando me estoy secando el cabello, suena un golpe en la puerta y un segundo después se abre para mostrar a una tensa Lily cargando una bandeja con comida, frunzo el ceño al notar su extraña actitud, pero antes de que pueda preguntarle qué le pasa, el aroma que noté en la camisa de Marcus esta mañana me llega como una oleada de brisa fresca y un momento después el rey entra a la habitación acompañado de su Beta, el hijo del anterior Beta y m*****o de la guardia real, quien murió junto al rey Colin en el ataque de los Rogues.   Lily pone la bandeja con manos temblorosas sobre la mesa y sale rápidamente de la habitación, dejándome sola con los dos hombres, quienes me están observando con atención y me siento incómoda de repente.   “Cuando la sirvienta dijo que no bajarías a desayunar con el resto pensé que estabas en muy mal estado, pero veo que me equivoqué,” el rey Bastian me dice con tono de reproche.   “Lo siento, pero quería bañarme para quitarme la sangre y el lodo antes de cualquier cosa,” yo respondo y rápidamente añado: “su majestad,” lo cual causa que el otro hombre suelte una risita divertida y el rey le lanza una mirada de advertencia haciendo que éste se calle de inmediato.   “Está bien, te dejaremos entonces para que desayunes y luego tendrás que ir con el médico que ya te está esperando,” el rey me dice con tono seco y yo asiento, pero antes de que ellos salgan de la habitación la pregunta que me lleva rondando la cabeza desde que me desperté, escapa de mis labios:   “¿Cómo llegué a esta habitación? Juro que me quedé dormida en la habitación de la princesa Maia, pero desperté aquí esta mañana,”   Ambos se detienen de inmediato y el otro hombre le dirige al rey una mirada extraña, antes de que este se voltee y me responda simplemente:   “Le pedí a August que te trajera,” él dice señalando a su Beta y éste frunce ligeramente el ceño antes de asentir hacia mí.   “Oh, ya veo… muchas gracias, August, espero no haber sido una molestia,” le digo con una leve sonrisa y él me dirige una perfecta sonrisa de oreja a oreja.   “No fue nada, yo...” Él empieza a decir con alegría, pero se detiene de inmediato cuando nota la mirada de advertencia del rey, así que se corrige rápidamente y dice: “De nada,” con tono tenso antes de salir apresuradamente de la habitación, dejándome más confundida que esta mañana cuando desperté. 
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