El Rey Alfa y su Protectora Predestinada

CAPÍTULO CUATRO

ELINA

El festival de la luna de sangre empieza como es usual, con la inauguración por parte del monarca de las festividades en los terrenos del palacio, una especie de bazar en el cual cada manada presenta distintas carpas en las cuales comercian productos que se cultivan o fabrican en los terrenos de cada una y también hay juegos de todo tipo, pequeñas competencias y justas que se llevan a cabo entre miembros de las distintas manadas, y aunque idealmente este tipo de pequeñas competencias deberían ser amistosas, por lo general derivan en peleas que después tienen que separar como puedan antes de que los involucrados quieran empezar a transformarse, ya que una vez lo hacen, es su lobo quien toma las riendas y ellos no son nada prudentes.

Es por ello que la gran carpa perteneciente a la enfermería, está ubicada en la parte frontal de los terrenos para que todos puedan encontrarla con facilidad, y aunque hace siete años en el último festival de la luna de sangre yo no hacía parte aún del personal médico, este año sí tengo que estar junto con mi madre y miembros de otras manadas, en su mayoría mujeres, atentos a curar y asistir a cualquier herido que se pueda presentar, los cuales al final de los quince días que dura el festival, se convierten en docenas de personas heridas, algunos de los cuales se curan casi por completo antes de la clausura del festival, ello debido a que nuestra especie se cura mucho más rápido que otras especies.

Mi madre nota lo inquieta que he estado desde esta mañana, pero está tan ocupada que no tiene tiempo de decirme nada, aunque sé que en la noche probablemente me acosará con preguntas de todo tipo, como suele hacer cuando nota que algo extraño sucede conmigo, y sé que es probable que esté preocupada porque esta sea la primera vez que participo en el festival, ya que en los dos anteriores y debido a la presencia del difunto rey Colin Vark, mis padres preferían dejarme en casa para evitar que él pudiera tener uno de sus muy famosos ataques de ira espontáneos y decidiera terminar lo que empezó hace tres festivales de luna de sangre, cuando aprovechó que el reino entero estaba ya ebrio de las festividades e irrumpió con todos sus mejores guerreros y acribilló a mi familia entera.

No sólo este año mi cumpleaños sucederá el último día del festival, pues esa fue la fecha en que mis padres fueron asesinados y yo nací en brazos del guardia real de los Vark, sino que además coincidirá con el gran banquete de clausura de las festividades, por lo que será difícil para mi familia abstenerse de asistir e intentar celebrar mi cumpleaños, aunque ellos saben que no es una fecha particularmente alegre para mí porque coincide con el aniversario de la caída de mi reino y la muerte de mi familia, y aún así cada año ellos intentan celebrarlo de una forma u otra, tratando siempre de respetar mi estado de ánimo.

Al finalizar la primera semana del festival es cuando se lleva a cabo la competencia de la luna de sangre, en la cual participan todos aquellos que quieran subir de rango de una forma u otra, para aquellos que quieran subir de categoría, pasar de ser un beta a ser un alfa, algo que no pasa con frecuencia, o pasar de ser un omega a ser un gamma o incluso un beta, algo que es básicamente imposible, también hay quienes participan para unirse a la fuerza de élite del reino, y este año la competencia es diferente, pues ya que habrá un nuevo rey por lo que él necesitará su guardia personal en excelente forma, y la guardia del rey usualmente se compone de los siete mejores guerreros del reino, pero debido a que un m*****o de la guardia del antiguo rey falleció junto con él en el ataque de los Rogues del año pasado, el ganador de la competencia de este año pasará a ser automáticamente el m*****o número siete de la guardia del rey Bastian Vark.

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Cuando llega el final de la semana y la competencia principal se acerca de forma vertiginosa, mis nervios están a flor de piel y ya me es casi imposible ocultárselo a mi familia, siento como intercambian miradas en la cena, los escucho murmurar en las mañanas antes de salir de casa, veo sus miradas de preocupación constantemente acechándome durante el día, y sé que ellos piensan que el sólo hecho de estar en el festival por primera vez en mi vida me está afectando de alguna manera, pero no sospechan que la razón detrás de ansiedad es que el día en que todo el reino volverá a escuchar el nombre Bloodmoon está cada vez más cerca y eso me aterra, pero al mismo tiempo me llena de emoción.

Alfa Roger ha estado entrenando conmigo por las noches después del festival, y aunque no le he dicho a él las verdaderas razones por las cuales le pongo tanto empeño a mi entrenamiento, sé que él sospecha que no sólo estoy haciéndolo para aprender a defenderme de los Rogues, pero es lo suficientemente sabio para no hacerme preguntas, él simplemente ha ido aumentando la intensidad del entrenamiento a medida que ve mi progreso y en las últimas semanas ya logramos mi transformación completa a lobo, pero no hemos logrado que dure más de unos minutos y eso lo ha frustrado bastante.

“Tienes que dejar de pensar tanto en ello, Ellie, entre más vueltas le des en tu cabeza, menos tiempo serás capaz de quedarte en tu forma de lobo, debes dejar que tus instintos se apoderen por completo de ti, deja que la rabia, el miedo y la felicidad tomen control de tu mente y de tu cuerpo, deja que tu loba tome la delantera, sé que la puedes sentir en el fondo de tu mente, cada vez que sientes las emociones más fuertes de lo usual, es tu loba queriendo salir a la superficie, y tienes que aprender a soltar y dejarla salir cuando es necesario,” él me dijo frustrado, el día antes de que empezara el festival.

Desde ese momento he intentado practicar también por mi cuenta pero no he logrado avanzar mucho más de lo que he avanzado con la guía de Roger, y eso es lo que ha provocado la mayor parte de mi ansiedad, tengo que lograr un buen lugar en la competencia para convertirme en guerrera élite o de lo contrario lo único que lograré es hacer el ridículo frente a todo el reino y dejar el nombre de mi familia aún más mancillado de lo que ya ha estado en las últimas dos décadas.