Claudia se sentía muy extraña, aquel hombre, le desnudaba la vida, sin ninguna dificultad; la hacía sentir confiada. Habían cosas que tenía guardadas en su corazón y que a nadie le había interesado conocer, y de repente él había aparecido y se interesaba en despertarla de ese adormecimiento en el que había vivido, olvidándose de sí misma; le estaba despertando deseos de vivir, de amar y sentirse amada, ahora él, le estaba mostrando otra manera de ver la vida y le estaba haciendo sentir el deseo de darse una oportunidad. Habían bastado unas conmovedoras poesías, para sentir ganas de soñar y no solamente soñar, sino el de desear ser parte del sueño de aquel hombre, con quien disfrutaba oyéndolo hablar, la hipnotizaba y la hacía decir cosas que nunca había imaginado que se las diría a ning
