ELEGAR Un solo movimiento podía definirlo todo. Mads habia estado a su lado durante muchos años, pero una sola acción la hizo dudar de que la lealtad que como líder de la guardia profesó en un juramento era real. El hombre caminaba en silencio, creando una especie de compas ante los pasos de la reina y los propios, mientras ella, tomaba toda la atención en este eco. Podía sentirse culpable de no confiar del todo, pero como reina podía darse el lujo de ser reprochada por desconfiada, pero no podía permitirse parecer estúpida. —¿Quién mantienen el control de las mazmorras? —Los hombres de la guardia. —¿Estás seguro que es seguro? —Mis hombres de alta confianza la custodian—respondió haciendo que la monarca frenara de golpe su andar. Si esos hombres eran aquellos que poseían su con

