ZENURBIA —¿Sallow? —¿Pendragon?—replicó Ivannia. Derick negó. Pendragon no podía ser el traidor. La reina estaba sentada en el sofá del estudio, observando a su marido que no dejaba de escribir. Ella dictaba y él redactaba con rapidez, hasta que tocaron el tema de lo ocurrido. Tenía mucha curiosidad de conocer la identidad del hombre que le habia intentando matar y que se pavoneaba en su corte. Su marido no pareció contento con que culparan a su más cercano aliado y levantó las cejas negándose a hacer contacto visual con ella, desacreditando por completo su propuesta. Sumergió la pluma en el tintero. —Pendragon tiene mucho que perder si yo caigo. —¿Por qué? —Porque mi familia le dio el poder y están atados a viejas deudas. Si la corona cae, los Edevane caemos y a la par, todos

