ELEGAR, CAPITAL DE ALSTEN.
La reina aplaudió cuando el caballero cayó del caballo.
Una lanza le impactó la fuerte armadura pero no logró traspasarlo. Aun así, la fuerza del golpe le llevó al suelo, provocando que el desafortunado hombre terminara con su casco enterrado en la arena. La multitud estalló en aplausos mientras el hijo menor de los Pendragon levantaba su lanza en señal de victoria al ver que su oponente no pudo ponerse en pie. Con una sonrisa triunfante en los labios, se quitó el casco y liberó su cabello rojizo.
Se presentó ante la reina y la reverenció.
Ivannia asintió de forma respetuosa.
Aunque la idea de ir al torneo no le pareció divertida, los días posteriores estuvo de mejor humor. Lo único amargo que tuvo esos días, fue esos tés de sabor asqueroso que debía bebe
