ELEGAR, CAPITAL DEL REINO DE ALSTEN. Ivannia abrió los ojos al escuchar un fuerte estruendo. Un trueno iluminó el cielo, pues mientras dormía, una fuerte tormenta se posó sobre la capital. La mañana que debió haber sido hermosa, era todo lo contrario. Parecía ser de madrugada, pues la luz del sol cubierto por nubes negras, olvidó brindarle calidez a su tierra. Su cabeza estaba afirmada de sus propios brazos, pues se quedó dormida justo en el respaldo de la cama. La espalda le dolió. Necesitaba su suave colchón. Maldita sea. Se incorporó aún aletargada por las horas de sueño. De inmediato recordó donde estaba al ver a Derick profundamente dormido. Lo primero que hizo fue corroborar que no tuviera fiebre y efectivamente, el color rojo de sus mejillas ya no estaba. Quito el último pañ

