ELEGAR
—Papá, tienes que escucharme ¡Van a matarnos! —exclamó un hombre pegado a las rejas de la mazmorra, con los ojos llorosos mientras suplicaba a su progenitor que hiciera algo. No habia mucho que un hombre encarcelado pudiera hacer, más que esperar el juicio, la muerte rápida o la muerte humillante, como la horca.
Sallow no estaba de humor para ver a su familia llorar.
No sentía culpa, tampoco remordimiento.
Ese era el camino que creo, al rodearse de tantos infelices que ahora le daban la espalda y lo ponían en el ojo del huracán como si fuera carne de cañón. El no habia hecho nada en contra de la reina. Aceptaba que sus reuniones con los demás hombres, buscaban desprestigiarla, pues no confiaba en el reinado de una mujer, pero eso no quería decir que cayera tan bajo, como unirse
