LAKA LESNA. —Querido, creo que debes calmarte—exclamó Ivannia aunque por dentro sentía que no podía respirar y no tenía nada que ver con el agarre en el cuello. Justo ahora podía ser capaz de lanzarse por la ventana del miedo y entonces las palabras de Darko Edevane cobraron sentido. Aceptar las consecuencias de sus actos. Lo enojó a límites insuperables. Pudo haber hecho cualquier otra cosa pero decidió romper su ego de hombre con una nueva humillación por la que valía la pena arriesgarse. Darle todo era ponerse una soga en el cuello y mostrarse débil, era darle la posibilidad de volverla polvo. Eso era lo que quería ver, quería ver el Derick real y esos ojos azules brillantes eran los más hermosos que había visto, pero a la vez los más peligrosos. Si hacía lo que su cuerpo le dic

