Alessandro se miraba agotado, el pobre tenía más ojeras que un panda y esto siendo amable porque en ciertas ocasiones se quedaba dormido mientras hablaba.
— Imagino que sí — dije riendo — iré a verlos luego para así aliviarte un poco la carga, son niños maravillosos, pero con una pila que no se acaba nunca.
— Sería de mucha ayuda, Diego y Alessandro no dejan de preguntar por ti, estoy seguro de que si Gia hablará, también se sumaría a sus hermanos.
Entre los diseños de Alessandro miré una hoja con dibujos infantiles, pero no eran casas y esas cosas que los niños dibujan, sino que se trataba de ropa.
— ¿Y esto? — pregunté sonriendo mientras tomaba el papel — ¿Quiénes lo hicieron? Son diseños bastante curiosos.
— Mis sobrinos, dijeron que querían ayudar a su tío Alessandro con su trabaj
