Denise escuchó perfectamente lo que había dicho Daniel, pero quiso dar la apariencia de que no le había dado importancia al asunto, solo dijo: — ¡Ah vaya! Si me lo permites, necesito que terminemos ésta conversación, podemos ir e integrarnos a los demás. — ¡Claro, no hay problemas! Ella se levantó con parsimonia caminando delante de él, Daniel solo movió la cabeza de un lado a otro pensando: «nunca, Denise va a cambiar su manera de ser». En el salón Jonathan se encontraba leyendo un libro, Maitane no se veía por ningún lado al igual que los niños. —¿Se puede saber dónde anda mi hijo? — preguntó la mujer con aires de mandona Con amabilidad el padre de Maitane respondió: — Está con mi hija. Ésta dio media vuelta y se dirigió donde creía se encontraba su hijo. Jonathan aprovechó

