Por Emma. Cuanto más lo pienso, menos me perdono haber sido débil y haber caído en los brazos de Pupy. Sus brazos son… No quiero reconocer que alguna vez imaginé como sería hacer el amor con él. No voy a confesar que desde que me besó a primera vez, fueron muchas las noches que recordé esos besos. No tiene nada de malo recordar un beso. Solía tranquilizarme. Lo que sentía era más que recordar, era ansiar, anhelar… apetecer… Me quedé dormida sin saber que iba a ser de mi destino en Textil Norte. Me desperté con una sensación terrible. Lo último que quería era que el imbécil de Pupy se jactara de haberme seducido. Que pensara que había ganado. Que me había vencido. ¿Me despedirá? Eso no me preocupaba tanto, el despido en sí no me preocupaba, aunque sería humillante que me echar

