Agarre sus cintura y la acerque a mí, mi boca devora su cuello, sus gemidos son constantes, retire poco a poco su ropa, su cuerpo es el mayor monumento que haya visto, ella araña mi espalda que se encuentra sin camisa, que si me siento celoso, es claro que lo estoy. ¿Cómo no estarlo de una mujer que es fuego en toda la extensión de la palabra?
Mis ojos se conectan con los suyos, comienzo a besarla desde los pies, admirarla se me ha hecho mi mayor pasatiempo. Paso mis manos por su cuerpo, su suave piel me atrae como el mayor de los imanes, toda ella se vuelve gelatina, sé donde tocarla para que todo su sistema se altere, una sonrisa de complicidad sale de su bello rostro cuando mi cabeza baja hasta su monte de Venus. Mis manos se convierten en pincel ante tal obra de arte, mi lengua comi
