—Rompimos —dijo con calma Xavi, tomando un sorbo de su café. Cata casi se ahoga después de su revelación. —¿Qué? —preguntó ella, un poco de la crema batida de su frappuccino en su nariz. No podía creer lo que acababa de escuchar. Xavi se rió entre dientes y se inclinó sobre la mesa para limpiarle la nariz. Cata sintió otro tirón en su corazón. Durante los últimos días, había estado contemplando si olvidarse de sus sentimientos por Xavi, pero son momentos como este los que le dificultan tanto seguir adelante. —Rompimos —repetío Xavi—. Trina y yo. —P-pero ¿por qué? —Cata tartamudeó—. Pensé que les iba bien a ustedes dos. —Yo también lo pensé —dijo Xavi—. Pero vi sus verdaderos colores. La visité anoche para sorprenderla, pero encontré a otro chico en su cama. Realmente pensé que ella

