Los mellizos de Atlas

Habitación..

Llegué al hospital con una sensación de urgencia y preocupación. Sabía que Atlas estaba mal, y que necesitaba ayuda lo antes posible. Me apresuré a entrar en el hospital, y me dirigí directamente a la sala de emergencias.

Allí encontré a Cristian cubriendo su rostro con una expresión de dolor y angustia. Me acerqué a él y le puse una mano en el hombro.

—¿Cómo está? —pregunté en voz baja.

Cristian se volvió hacia mí, y vi que sus ojos estaban llenos de lágrimas.

—No sé —dijo con voz temblorosa—. Está muy mal, Kristen. La herida es profunda y ha perdido mucha sangre.

Me acerqué a la cama de Atlas y la miré. Estaba pálida y débil, y su respiración era superficial. Me sentí un nudo en la garganta al verla así.

—No te preocupes, Cristian —dije—. La vamos a salvar. Vamos a hacer todo lo posible para que se recupere.

Cristian asintió, pero seguía cubriendo su rostro. Sabía que estaba sufriendo, y que la situación era muy difícil para él.

Los médicos y enfermeras se apresuraron a atender a Atlas, y yo me quedé al lado de Cristian, tratando de consolarlo.

—Todo va a estar bien —le dije—. Vamos a cuidar de ella, y vamos a hacer que se recupere. Ella se va a recupera.

Cristian se volvió hacia mí, y vi que sus ojos estaban llenos de dolor y desesperación.

—Tienes que salvarla, Kristen —dijo—. No puedo perderla. No puedo perder a nadie más.

Me sentí un nudo en la garganta al escuchar las palabras de mi hermano. Sabía que estaba sufriendo mucho, y que la situación era muy difícil para él.

—Iré a hablar con los médicos —dije—. Veré qué podemos hacer para ayudarla.

Cristian asintió, y yo me fui a hablar con los médicos. Sabía que teníamos que actuar rápido para salvar a mi niña.

Cristian se acercó a Atlas y tomó su mano, cerrando sus ojos y enlazando a alguien que muy poco llamaba, su padre Carl. Le explicó todo lo que había pasado, y Carl solo dijo

—Estaremos ahí—

Kristen entró rápido en la habitación y le preguntó a Cristian si fue él quien los llamó. Cristian asintió, y Kristen empezó a organizar todo porque la familia iba a ir toda a la manada para ver y conocer a Atlas.

–Vamos a necesitar un lugar seguro para que se recupere— dijo Kristen. —Y debemos asegurarnos de que todos estén preparados para su llegada—

Cristian asintió, y juntos empezaron a hacer los preparativos para la llegada de la familia. Sabían que era importante que Atlas se sintiera segura y protegida, especialmente después de todo lo que había pasado.

Mientras tanto, Carl y la familia estaban en camino hacia la manada de sus hijos. Estaban ansiosos por conocer a Atlas y por asegurarse de que estuviera bien. Sabían que era una situación delicada, pero estaban dispuestos a hacer todo lo posible para apoyar a Cristian, Kristen y a su Atlas.

La familia llegó a la manada y se dirigió directamente al lugar donde estaba Atlas. nadie los recibió solo estaba y las máquinas de Atlas. Todos se quedaron en silencio al verla, y se pudo sentir la emoción en el aire.

—Atlas– susurro Carl, acercándose a la cama de Atlas.

—Es hermosa— dijo Sofhi

—Amo a mi cuñada— dijo Aitana

—¿Por que esta sola?— intervino Verónica

—Vas a estar mejor— Carly tomó la mano de Atlas y los mellizos también

Después de un rato apareció Kristen y Cristian, se quedaron paralizados al ver a todos en la habitación.

—¿Como esta?— preguntó Cristian

—Está estable— respondió Vero. —Pero necesita descansar y recuperarse— intervino Saul

La familia asintió, y se quedaron al lado de Atlas, rodeándola de amor y apoyo. Sabían que era importante que se sintiera querida y protegida, y estaban dispuestos a hacer todo lo posible para que así fuera.

—Ya regreso— dijo Cristian saliendo

La habitación estaba llena de personas que amaban a Atlas y a Cristian. Carly sonreía junto a Verónica, mientras que Otelo estaba al lado de los mellizos, que sostenían la mano de Atlas con cariño. La atmósfera era emotiva y llena de amor.

Cristian entró en la habitación y se detuvo en seco, observando a todos los presentes. Su mirada se posó en cada uno de ellos, y luego preguntó:

—¿Cómo pudieron entrar todos? —Su voz era llena de sorpresa y curiosidad.

—¿Tienes todo este rato con nosotros y ahora es que preguntas?— se burló Sebas

Carly se rió y respondió:

—Es una habitación grande, Cristian. Además, no hay puertas que nos detengan cuando se trata de amor y apoyo.

Kristen sonrió y agregó:

—Ustedes y su magia. Pero gracias por ayudarme con ella. Con mi luna.

De repente, Celeste se acercó a Kristen y lo abrazó fuertemente. Kristen se sorprendió al principio, pero luego se relajó y devolvió el abrazo.

—Llorar no es de débiles, hijo —dijo Celeste con voz suave—. Tienes que llorar para sacar todo lo que tienes adentro.

Kristen se sintió conmovido por las palabras de su tia. Sabía que tenía razón, y que necesitaba liberar sus emociones. Así que dejó que las lágrimas fluyeran, y se permitió sentir el dolor y la tristeza que había estado reprimiendo.

La habitación se quedó en silencio, mientras Kristen lloraba en los brazos de Celeste. Todos los presentes lo miraban con compasión y amor, sabiendo que estaba pasando por un momento difícil. Pero también sabían que estaba rodeado de personas que lo amaban y lo apoyaban, y que juntos podrían superar cualquier obstáculo.

Noah y Coll entraron en la habitación, y se detuvieron en seco al ver a todos los presentes. Noah miró a su alrededor y dijo:

—Lo sentimos por llegar tarde. Es que nuestra querida Gaby estaba hablando con Ascher al parecer están pasando por algo. Pero después hablamos de eso.

Coll se acerqué y dijo:

—¿Quién es la moribunda?

Todos se rieron y se miraron entre sí. Cristian sonrió y dijo:

—Mejor.

Coll se rió y se acercó a Atlas, que estaba rodeada de cables y máquinas que monitoreaban su estado. La miró con curiosidad y dijo:

—No parece tan mal, ¿no?

Noah se rió y dijo:

—Sí, parece que va a sobrevivir.

La habitación se llenó de risas y bromas, y la tensión se alivió un poco. Todos estaban allí para apoyar a Atlas y a Cristian, y estaban dispuestos a hacer todo lo posible para ayudarlos a superar esta difícil situación.