Una mariposa en proceso...

Vigésimo segundo

Ema salió y cuando me vio afirmada en el marco de la ventana solo sonrió y se paró frente a mí.

- ¿Nos vamos señorita? - Fue tan sutil y lo dijo con una voz tan seductora, que me tomo por sorpresa.

- Eeeeeh, sí, vamos - Le dije tratando de escabullirme lo más rápido de esa situación comprometedora.

- Ya deja de huir, sabes que te gusta - Menciona mientras se ríe a carcajadas por mi mirada de odio.

- Si, pero cálmate. Además hay algo que quiero hablar contigo - Le digo sería y mirándolo, vi en sus ojos un pequeño destello de preocupación y su cara transformada en completa seriedad.

- Habla entonces, ¿qué ocurre? - Me dice, con un tono y una actitud completamente diferente a la de hace unos 5 segundos.

- Es sobre mamá y papá, quieren conocerte - Le digo y él traga grueso.

- ¿Ahora? - Asiento con la cabeza y él mira al frente - De acuerdo, me amarán - Dice, mirándome y dándome una sonrisa ladina, yo le respondo rodando los ojos.

- Siempre tan humilde - Y al decirle esto le doy un pequeño golpecito en el brazo y como siempre don dramas se queja.

- Y tu siempre tan violenta - Dice riendo y quejándose por un golpecito - Y si, humildemente orgulloso - Me dice y le regaló una hermosa mirada de odio, a veces es insoportable - Ts, es mentira, no te enojes conmigo princesa - Con eso, me enamoró, ese tono de voz dulce y meloso que tiene, me hace enloquecer. Espero que todas las peleas que tengamos no sea así, porque voy a perder muy fácilmente mi enojo...

Sonrío de labios cerrados ante su comentario y con toda su coquetería y altanería me responde.

- Sabía que no podías resistirte y según un episodio de Los Simpson, tú ya no puedes estar enojada conmigo porque te reíste - Menciona y se empieza a reír haciéndome negar con la cabeza y reír con él.

- Entonces, ¿vamos hacia allá? - Le digo mirándolo con un poco de miedo, sé que él cree que es normal mi familia, pero se metió en una más complicada.

- Vamos allá - Me dice y me guiña el ojo.

Íbamos caminando hacia casa y comenzamos a hablar de mi familia, de su familia, de lo diferentes que éramos y de las cosas que nos unían, lo que a mí me faltaba él lo tenía y lo que a él le faltaba yo lo tenía, era mi complemento y yo el suyo, éramos perfectos juntos. Cómo el Yin y el Yang, que sin uno el otro no es nada, solo él y yo, eso quería para mi vida, lo quería a él. Llegamos al portón de casa y nos adentramos, íbamos rápido, pero a la vez lento, era muy raro, ver el pasillo que hay del portón a la puerta de casa, se me hizo eterno, cuando llegue frente a la puerta la abrí y no se escuchaba ningún ruido, estaban todas las luces prendidas y cada uno en su habitación, entré a la habitación de mamá y ambos estaban ahí, me miraron los dos cuando entré y mire hacia atrás y Emanuel estaba parado al lado de la puerta viendo la foto de mi abuelo, volví mi mirada a mamá y papá que aún me miraban y hablé.

- Ema está acá - Ambos se miraron y se levantaron de la cama. Salieron de la habitación y vieron a Ema en la misma posición que yo y mis padres me miraron y hablaron.

- Bienvenido Emanuel, pasa por aquí - Mamá ya sabía el nombre, ya ella estuvo investigando y bueno, se sabe muy bien como es una mujer investigando.

Ema solo dijo "Hola" y asintió con la cabeza y paso hacia la cocina, dónde mamá le había dicho que pasara, si me preguntan que pasó con Alex no sabría que decir, solo se perdió, creo que se evitó las presentaciones y fue directo a la cocina, esto es estúpido. Intenta hacerse el protector y todo el asunto, cuando él es el malo, cuando él es quien está haciendo todo mal, en fin, no sé que se cree, pero dejaré esos pensamientos y críticas mías para otro momento, cuando pasamos todos a la cocina mamá y papá me miran y lo miran a Ema, Ema me mira a mí y yo los miro a ambos, a mis padres y a Ema, hasta que Alex rompe el silencio.

- Ella, ve a fuera, tenemos que hablar con el muchacho, luego lo vas a ver - Me dice Alex con un tono rudo y expresión dura, yo miro a mamá quien con la mirada me dice que vaya, que todo va a estar bien, por último miro a Ema quien tiene cierto miedo en sus ojos, pero se muestra valiente ante ellos, doy una última mirada a todo el lugar y salgo hacia afuera.

[...]

Hace un buen rato estoy afuera, en la vereda precisamente y si, la curiosidad me ha ganado y e intentando entrar para ver de qué hablan, pero la expresión de mi padre a la hora de decirme las cosas me asustó un poco y no entré, por miedo, llevo bastante raro caminando de acá para allá, hasta que un "Hola" me saca de mis pensamientos y freno en seco, mis ojos se iluminan y cuando veo de quién se trata solo frunzo el ceño, creí que era Ema, pero no, es mi vecino.

- Hola, Rama - Respondo casi cortante y él me mira con una ceja levantada.

- ¿Qué pasó?, ¿por qué estás caminando de allá para acá como loca? - Me dice y al saber que me estaba vigilando desde su ventana lo cuestiono.

- ¿Me estabas vigilando? - Le digo a Ramiro con las manos en la cintura y mis ojos entrecerrados.

- Si, pero porque llevabas rato así y no me aguante y salí a ver qué era lo que pasaba - Me dice nervioso y rascándose la nuca.

- Te cuento, pero vamos a sentarnos ahí enfrente - Le señalo el cuadrado gigante de pavimento que había en la vereda de enfrente, es decir a la entrada de su casa.

Cruzo la calle con él y me siento y me doy la oportunidad de suspirar.

- Saca todo eso que te está preocupando, porque no es normal verte así de preocupada - Me mira y en sus ojos veo preocupación y comienzo a contarle, luego de que me prestara bastante atención y de ver pasar por sus ojos distintos tipos de emociones culminé contándole que hago acá...

- Entonces él está ahí adentro y quién sabe que es lo que le están diciendo o haciendo, me sacaron y no me dejaron estar con él, así que supongo que querrán hacerle un interrogatorio supremo - Culmino y él se ríe.

- Yo no me atrevería ni porque me dieran una paliza a entrar a hablar con tus padres - Me dice y se vuelve a reír, como si fuera un chiste, el chiste aquí es que cuando ambos teníamos entre 8 y 10 años él quería ser mi novio, él intentó besarme en un cumpleaños, creo que fue el de mi hermano y en ese preciso momento llegaron mis primas, justo un segundo antes de que lo hiciera y él como todo un cobarde salió corriendo y nunca más le permití darme un beso, y aún sigue dolido, por eso es que se ríe de lo que está pasando.

- Porque sos un cobarde, justo como lo recordaba - Le digo, mirándolo fijo y riéndome de él, sé que odia que se lo recuerde, pero perdió un buen partido, lástima, me agradaba, no como novio, pero si como amigo, quizás en años más adelante me hubiera atraído, pero ya es tarde, Ema y yo estamos formalizando las cosas y realmente me encanta esto.

- ¿Tenías que recordarlo? - Asiento y me río de él - Ya te dije que no quería que ellas nos vieran, porque sabía que después iban a molestarte y le iban a contar a toda tu familia - Me dice y suspira.

- Ya pasó, solo es divertido escuchar tu parte de la historia y compararla con lo que realmente pasó - Le termino diciendo para volver a reírme de él.

Luego de superar este tema, comenzamos a hablar de sus estudios y los míos, me dijo que en un tiempo se va a ir del país, no se a donde, pero se va a estudiar allá y ya se queda a vivir con su madre allá, ya que la casa en la que están ahora tienen que venderla. Estuvimos un rato más hablando de varias cosas hasta que le dije que ya me tenía que ir, porque en cualquier momento salía Ema, nos despedimos y yo volví a mi eterno sufrimiento.

Con respecto a Ramiro era un amigo de la niñez, estuvimos siempre juntos en todo, jugábamos juntos, íbamos a pasear juntos, yo siempre le tuve mucho aprecio, pero como un amigo, creo que él desarrolló otros sentimientos con respecto a mí y yo no los supe ver o quizás los vi y no quise aceptarlos, en aquel tiempo no me gustaban las personas gorditas, Ramiro siempre fue gordito y nunca me gustó, si bien era discriminatorio no iba a mentir, no me gustaba porque era mi vecino, mi amigo y tenía un físico que a mí no me traía, solo eso. Ya había pasado casi 2 horas desde que Emanuel estaba allí adentro, no sé que estaba pasando, pero si no salían yo iba a entrar y no iba a ser nada bueno.

Me senté porque ya estaba algo cansada y al poco tiempo Ema salió, estaba bien, por lo menos no recibió golpes, lo que me preocupa es su cerebro, que lavado de cabeza le hicieron a mi bebé hermoso, eso me está matando, cuando lo veo a la luz él estaba bien, tranquilo, nada que le afectara, estaba normal, pero con un brillo diferente en sus ojos. Me pare y fui a abrazarlo rápidamente y él me correspondió el abrazo, entonces hablé con él.

- ¿Qué sucedió?, ¿está todo bien?, ¿qué te dijeron?, ¿tú estás bien? - Le pregunté mientras lo tocaba y veía que estuviera completamente sano, él solo me detuvo las manos y me miró.

- Está todo bien, preciosa - Me miro tranquilo y sonrió, con esas palabras que dijo y su sonrisa ya me derretí, es increíble este hombre, solo lo abrace y supuse que aún no quería hablar del tema, así que solo deje eso a un lado y hablamos de otras cosas, por un corto tiempo, porque se tenía que ir.

- Ya te tienes que ir, ¿verdad? - Él me miro y asintió.

- Si preciosa, pero mañana nos vamos a ver, lo único que te puedo decir es que me dijo que te cuidara, tu padre me dijo que no quería verte llorar, después habló sobre las intenciones que tenía con vos, me explico cómo eras vos y como ellos te cuidaban, me dijeron que no querían que tuvieras novio hasta los 18, pero que llegue yo y eso tuvo que cambiar, a grandes rasgos es eso, no te preocupes pequeña, mañana hablaremos con más tranquilidad, ¿si? - Asentí con la cabeza y le di un beso y me fui hacia mi casa.

Una vez entré y fui a mi habitación mamá entro también y me dijo que el muchacho había sido increíble, que era un buen partido y tenía un gran corazón, que lo cuidara, porque estos chicos de ahora no eran cómo él, que él era especial, así que tenía que cuidarlo, con eso me dejó feliz, pero pensativa a la vez, porque Alex le diría a Ema que no me quería ver llorando, si él es el único que me ha hecho llorar durante 7 u 8 años seguidos...