Una mariposa en proceso...

Vigésimo sexto

Semanas después

Hoy es un día especial, hoy cumple años Ema y hoy voy a conocer a mi suegra. Estoy que corro por las paredes de los nervios, no estoy tan segura de ir a conocer a su madre, me da cierto miedo, ¿y si no le caigo bien?, ¿y si me odia?, ¿y si no le quiere cerca de su hijo?, ¿y si resulta ser una bruja y no me quiere?

- ¡Ya deja de pensar en eso Isabella! - Mi mamá me sacude y me saca de mis pensamientos.

- Es que tengo miedo, mira si le caigo mal o... - Me corta poniendo su mano en mi boca.

- Ya, cállate, termina de arreglarte que quiero sacarte una foto - Mamá a veces es algo estresante, hoy está en esos días en donde todo es amor, pero hay días en los que ni siquiera te mira.

Voy a arreglarme para ir al cumpleaños de Ema. Me pongo un jean azul oscuro, una remera blanca con un corazón en medio, una chaqueta de jean y un pañuelo rojo con rosas negras, en mis pies un par de sandalias rojas con plataforma negra, el cabello en una media coleta y el resto del pelo suelto y mi cerquillo a los costados de mi cara. Listo, estaba pronta para ir a enfrentar el mundo, incluso si mi suegra me lo impedía.

- ¿Estás lista Ella? - Pregunta viéndome lista y asiento - Bueno, es hora de irnos y tranquila estás preciosa y de seguro te va a amar esa señora - Me dijo mi mamá mientras sonreía y me acomodaba el cabello.

Mientras íbamos saliendo los nervios me tenían muy mal, de verdad tenía miedo, conocer a la madre de mi futuro novio era difícil. Hablé con Emanuel diciéndole que ya iba a su casa, últimamente con Ema hemos estado increíblemente bien, hablamos siempre, nos vamos juntos siempre, hace unos días me invitó para ir a visitarlo a su institución de estudio a lo cual le respondí que no, porque tenía miedo de conocer sus amistades, pero ya iré, de sorpresa voy a caerle.

Llegamos, llegué a su casa, estoy bajando de la camioneta de mis padres y Ema abre la puerta y baja por las escaleras para saludarme, mamá se baja del auto a saludarlo, papá obviamente que no y hablan entre ellos mientras yo observé la bonita casa que tienen.

Es una casa de un piso, con escaleras hacia la entrada, tienen una rampa para subir las motos al patio de la casa y desde acá veo a dos preciosos caniches, uno blanco y otro n***o, observo cada detalle y veo que está casa tiene algo especial, todavía no sé que es, pero tiene algo diferente.

- ¿Vamos? - Salgo de mis pensamientos inmediatamente para ver la camioneta de mamá y papá irse y a Ema tan sonriente, asiento y vamos subiendo las escaleras para entrar, él golpea la puerta y le abren, pasa él y paso yo.

La casa por dentro es aún más bonita, es humilde, pero bonita, en el centro del comedor hay una mesa cuadrada de vidrio, con sillas de madera haciendo juego. Hay un par de sillones de cuero, color marrón y una estufa a leña que para este entonces sirve mucho porque hoy hace frío, cuando terminé de detallar todo me centre en las personas que allí había, estaba su mamá, su padre y su hermana más chica, por un momento baje la cabeza y vi que tenía el regalo de él aún en mis manos y lo puse sobre la mesa y se lo di, lo mire y él me vio con una sonrisa de boca cerrada y me señalo a su madre, cuando levanté la cabeza me estaba mirando.

- Hola - Dije básicamente en un susurro, creyendo que no me oirían, pero creo que sí me oyeron.

- Hola, ¿Cómo estás?, bueno te voy a ser sincera, - Ay no, ya no me quiere - yo no quería que Emanuel tuviera otra novia, pero ya estás acá, así que adelante - Solo di una sonrisa no muy satisfecha, estaba roja y mis mejillas ardían, pasé por completo a la casa y la saludé, saludé a su esposo y su hija se perdió, no sé dónde quedó. Cuando me senté quedé pensando y analizando.

"Yo no quería que Emanuel tuviera otra novia" que linda relación vamos a tener con mi suegra, ya me odia y ni siquiera me conoce. En eso que van pasando los minutos comienzan a hablar conmigo y a presentarse.

- Yo soy Mabel, la madre de Emanuel, él es Fernando, el padre de Emanuel y después está Liliana que es la hermana más chica de él - Me dice señalándolo a Ema y yo solo sonrío - Vos sos Ella, ¿verdad? - me pregunta y yo afirmo, pero le digo mi nombre entero.

- Isabella, me llamo así, pero la mayoría me dicen Ella - Digo y todos me quedan mirando, menos Emanuel que está arreglando el fuego, para que no se apague y por mera inercia desvió mi mirada hacía ahí, esto es incómodo.

- ¿Qué estudias? - me pregunta su padre de manera media brusca y por como es su fachada creo que él ya es así, así que lo ignoro por completo y le contesto.

- Ahora estoy estudiando en la misma institución que Ema, nada más que él va de tarde y yo de mañana - Respondo con un poco de vergüenza y bajo la mirada enseguida. La conversación queda ahí, porque comienza a llegar más gente, Ema termina con el fuego y se sienta a mi lado.

- Tranquila, porque los que vienen ahora son mis amigos, mi hermana y mi cuñado - Es lo que me dice y yo solo asiento.

Cuando abren la puerta entra una muchacha joven de unos veini tantos años, es baja de estatura tiene un hermoso pelo que baja hasta su cintura, va acompañada de un muchacho que sobrepasa un poco su altura, lleno de tatuajes y usa lentes. Cuando voltea su cara hacia mí esta chica me observa y recorre un miedo interno, la chica es una persona normal, pero hay algo en ella que me hace tenerle miedo, no sé si es porque sea su hermana o que, pero me da miedo, se acerca a mí y lo único que hago es sonreír, porque no sé que decir.

- Hola, soy Melissa, la hermana de Ema, un gusto - Me dice la chica, muy simpática a la hora de hablar, pero verla da miedo.

- Buenas, un gusto, soy Oliver - Me dice el cuñado de Ema.

- Un gusto conocerlos - Es lo único que puedo decir y sentir que el miedo corre por mis venas.

La noche pasa tranquila, todos hablando y Ema y yo estamos comiendo hasta que me ofrece un recipiente con maní, con gusto lo acepto, pero mi mano me traiciona y comienza a temblar, justo cuando creo que nadie me está viendo Ema me ve y empieza a reírse por lo cual lo golpeó y le susurro un "No es gracioso" y él más se ríe llamando la atención de todos y yo queriendo morir de vergüenza.

- ¿Qué es tan gracioso? - Pregunta Fernando viendo que Emanuel no deja de reírse.

- Es que le ofrecí maní a Ella y me dijo que si quería, entonces le acerque el recipiente y - se ríe - fue a agarrar y le empezó a temblar la mano - estalla en risas - y fue muy gracioso porque en serio le temblaba mucho la mano - se vuelve a reír dejándome a mí en ridículo y todos ven que estoy rojo tomate y lo miran a Emanuel con el ceño fruncido.

- Ay Emanuel, no es gracioso, mírala como está pobre, déjala tranquila - Dice Mabel, la mamá y yo le doy gracias por defenderme y no darle la razón a este idiota que solo sabe hacerme pasar vergüenza, y todos le dicen algo parecido a lo que su mamá me dijo y cuando se calma mira y yo solo niego con la cabeza y miro la televisión, él me abraza y yo me quedo intacta, porque odio que hagan eso.

- Ay preciosa, no te enojes, es un chiste - Me dice y se vuelve a reír, como si realmente fuera gracioso.

- Me enojo si, porque para mí no fue gracioso, estoy nerviosa y vos te reís de mi nerviosismo - Le digo, mientras los otros hablan de otras cosas.

- Pero te estoy jodiendo cariño - Me dice y me da un beso y vuelve a reírse, me está costando mantener mi puño quieto.

Solo me quedo inmóvil mientras él toma mi mano y la besa. Después de esa vergonzosa escena que pase ya no quiero comer más nada mientras Emanuel me obliga a comer porque dice que tengo que comer.

Seguimos hablando y por allá Fernando quiere sacar fotos, entonces lo primero que hace es venir hacia nosotros.

- A ver, pónganse juntos que les saco una foto - Entonces Ema se acerca más a mí y pasa su brazo por mi hombro, Fernando toma la foto y el flash me deja cegada un momento y pestañeo, nos muestra la foto y asiento con una sonrisa en señal de aceptación.

- Una foto con la yerna Mabel - Le dice Fernando y Mabel lo reta.

- No seas bruto Fernando, es nuera no yerna. - Y se ríe viniendo hacia mí y sacando a Ema de su lugar para sentarse ella a mi lado, yo solo me rio y niego con la cabeza - ¿Ya sacaste? - Le pregunta Mabel.

- Espera, que se trabó está porquería - Dice y le da unos golpecitos al celular - Ahora sí, ponete ahí - Le dice y ella se acerca más a mí para sacar la foto, y lo mismo, el flash volvió a cegar mis ojos por segunda vez. Mabel se para y va a ver la foto.

- Que linda que salimos - Me muestra la foto y yo veo blanco, pero le digo que "si" con la cabeza en señal de que si salimos lindas.

Y así transcurrió la noche con la familia del que va a ser mi novio, ¿o ya es mi novio?, bueno no sé. La cuestión es que así pasamos la noche, comiendo y hablando, Ema no sé despegaba de mí y yo no me despegaba de él, de vez en cuando me preguntaban algunas cosas, pero nada fuera de lo normal...

Hoy dije que había algo especial en esta casa y es eso, es amor, amor de familia, amor hogareño, algo que en mi casa no existe, amo este lugar y me encantaría venir una y mil veces aquí, se siente tan bien que podría quedarme fías igual y no notaría la ausencia de mis padres.

Cuando llegó la hora de cortar la torta, todos le cantamos a Ema, le sacamos fotos, sacaron fotos con todos y luego comimos la torta, era exquisita tenía relleno de dulce de leche, frutillas y durazno, era una bomba. Cuando llegó la hora de irnos Ema me llevo en la moto de su madre, Mabel nos dijo que tuviéramos cuidado y se despidió, subimos en la moto y comenzó a ir hacia casa, mientras íbamos hablábamos y nos reíamos porque fue un momento especial pero a la vez incómodo, porque no me gustó cómo comenzamos con mi futura suegra, pero nos llevaremos bien, espero...

Llegamos a casa y lo primero que Ema hizo fue darme un abrazo, un beso y darme las gracias por haber ido, terminamos de despedirnos, él me dio un beso en los labios, uno beso en la frente, se despidió y se fue, yo por otra parte entre a casa súper feliz por haber conocido a la familia de Ema y saber que no les caí tan mal, al final Mabel me terminó saludando bien y hablo conmigo de buena manera, así que supongo que nos llevaremos bien