Trigésimo tercero

1202 Words
Me detuve, no pude seguir, salí del baño, camine 2 pasos y me detuve. Yo soñé con la entrada de mis 15 años, éramos el abuelo y yo, nosotros dos íbamos a entrar en mis 15, pero no llegó, no llegó a mi cumpleaños, no llegó ni siquiera a la vuelta de la esquina. Él falleció antes, él partió antes y no podía seguir, recuerdo cuando el bromeaba y decía que no llegaba a mis 15 y quién iba a pensar que sería así... Flashback - Abuelo, vos vas a entrar conmigo en la entrada de mis 15 - Le sonreí y seguí comiendo. Me miró por encima de los lentes, bajando el periódico y me respondió. - Pero mija, no sé si llego para tus 15 - Respondió sonriendo y dejando el periódico para ponerse a comer lo que la abuela le había dado. - No digas eso Miguel - Le reprende la abuela pegándole con el trapo de la cocina. - Y si es la verdad Juli, no sé si llego - Le dijo para molestarla y eso lo sé porque giro su cabeza hacia mí y me guiñó el ojo. Ellos siguieron peleando por un buen rato, mientras yo me imaginaba la comida con el abuelo. Fin del flashback Y aquí estoy, parada a mitad de camino, pensando y recordando lo que viví con el abuelo, cada palabra, cada detalle, cada regalo, cada sonrisa del abuelo era cálida y especial. Mis ojos se llenaron de lágrimas en ese momento, pero no era momento de mostrar debilidad, el abuelo se había ido y yo tenía que salir y caminar hacia el lugar en donde me estaban esperando. Respire hondo, inflé mi pecho y puse mi mejor sonrisa, aunque sabía que el abuelo no me iba a acompañar, sabía que me estaba viendo en donde fuera que estuviese y seguramente estuviera orgulloso de mí, esta vez me tocó salir sola, la próxima saldré acompañada y no hablo específicamente de cumpleaños, sino de boda. Comencé a caminar otra vez hacia la puerta y cuando llegué a ella vi lo oscuro de la noche, las estrellas brillaban con intensidad y había una fresca brisa que chocaba contra mi piel produciendo un escalofrío y que todos y cada uno de mis pelitos corporales se erizaran provocando así, la piel de gallina. Baje el escalón y comencé a caminar por el pasillo, escuchando la música y viendo la decoración y las personas cada vez más cerca. Cuando estaba a centímetros de salir del pasillo todos se pararon y miraron hacia mi dirección, aplaudiendo y chiflando como nunca, llegué al centro del lugar, todos estaban al rededor como en una media luna y vi a mamá y a papá y ellos a mí y estoy segura de que ellos entendieron la tristeza de mis ojos, porque vinieron a mí y me abrazaron, no pude llorar, solo sonreír y dejarlo pasar, para seguir con la fiesta y no terminar todo acá. Se despegaron de mí y mamá se alejó un poco para dejar que papá me tomara de la mano y coloca su mano en mi cintura, el vals, es lo único que pienso y comienza a sonar la música característica del vals, comienzo a desplazarme de un lado hacia el otro, nos paran para sacarnos una foto y seguimos, esto es nuevo para mí y me siento extraña. Mamá se adelanta y es cuando me doy cuenta de que papá me suelta y bailo con mamá, nos acomodamos y salimos otra vez con el mismo paso, hacía un lado, hacia el otro y nos detenemos, nos sacan la foto y seguimos, me sacan mis tíos y llega quien yo esperaba, Ema. Ema llega y toma mi mano, me da un beso y todos comienzan a chistar y a toser, otros a reír y nosotros nos sonrojamos y yo sonrío, para luego comenzar el vals nuevamente, hacía un lado, hacia el otro, hacia atrás, hacia el frente, nos toman la foto y seguimos un rato más hasta que llegan mis amigas y se repite el mismo patrón, luego de bailar con todos el vals comienza la música movida, en donde todos vamos a bailar y movernos toda la noche. La noche pasa y entre música, comida y charlas pasa la noche, una noche especial, una noche única, una noche inolvidable para mí, aunque falta una persona fue la mejor noche y digo fue porque como todo, las cosas llegan a su fin. Comenzaron a bajar la música y mamá se acerca a mí a hablarme. - Hija, vamos a cortar la torta, mañana trabajamos y ya es bastante tarde - Me susurra al oído y por mera inercia miro la hora y ya eran las 3 de la mañana, entonces asiento con la cabeza y camino hacia la mesa donde está la torta y me pongo detrás, todos me miran y anuncio. - Vamos a sacar fotos y a cortar la torta - Hago una seña con las manos y todos entienden y se amontonan cerca de la mesa para pasar a sacarse la foto. Comenzamos, mis tíos, mis primos, mis amigas y por último pero no menos importante mi familia. Luego de unas 100 fotos ya con ojos cansados y con sueño, cortamos la torta. Mientras pasa una canción para este momento y las copas para brindar. "Quiero brindar por mi gente sencilla, por el amor, brindo por la familia". Esa es una parte de la canción que sonaba y que la guarde para mí, era linda la letra, te hacía sentir parte de una familia y mostraba a una familia perfecta ante los demás, sí, ante los demás porque a puerta cerrada no éramos perfectos, éramos los más imperfectos del planeta, mamá era una mujer que gritaba en vez de hablar, si tenía que darte un golpe para que te callaras lo hacía, no tenía problema alguno. Luego estaba mi hermano, un niño caprichoso que si no le dabas lo que quería lloraba, se enojaba o incluso te insultaba. Mi abuela, quien iba a pensar que en su propia casa esconda la comida o que si se levantaba de mal humor golpeaba todas y cada una de las cosas que por su camino se cruzaba. Y por último lo tenemos a mi padre, solo con decir eso sobran las palabras, ¿No?, En caso de que no les cuento, un señor que abuso de su hijastra porque le tenía mucho cariño y era la manera de desquitar los engaños que su esposa le hizo en el pasado, sí, perfectamente imperfectos. "Ves que yo te lo decía, al final se puso bueno Como dice el abuelo, "En el fondo nos queremos"". Y era cierto, el abuelo siempre decís que a pesar de todo nos queríamos. La canción terminó, todos aplaudiendo y sonriendo, cortamos la torta y empezamos a repartir, ver a la familia reunida eso sí era alegría pura, pero no mires los defectos de cada uno porque ahí se termina la alegría. Y no, no es que yo no tenga defectos, si los tengo, y muchos, no saben cuántos... Solo describo a mi familia para entenderme y saber que tan mal estoy comparada con ellos.
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