Eren corría por el bosque haciendo su recorrido habitual en la búsqueda de Lucían, por lo general siempre estaba acompañado de su hijo; pero esa noche no era el caso. Los guardias y él tendrían que apañárselas en caso de que encontraran el escondite de ese bastardo. Pero esa noche parecía imposible de que eso sucediera, puesto que a Lucían parecía que se lo había tragado la tierra. Cuando de la nada, una brisa extraña envuelve el cuerpo peludo del rey. Eren se detiene en seguida y comienza a olfatear. No le agradaba para nada lo que le estaba ocurriendo a Ethan, algo no estaba bien con ese lobo. El lobo alfa se posiciona en dirección a la montaña en la que ese lobo tenía que estar, fija la vista en la cima y se da cuenta de que un acontecimiento nuevo ocurría allí. Hacía muchas lunas qu

