Habían pasado tres días desde que Ciudad del Bosque había sido atacado por soldados del reino de Fuego, todo salió como el rey Heladio había predicho, los espías le habían informado que la mitad de la ciudad había sido destruida, lo cual le sorprendió, pues le daba cierta sensación de que su ejército era más poderoso que el del reino de Fuego, pero aún así no podía confiarse tanto, pues el rey Fuegosanto era igual o más astuto que él.
Se encontraba en su tienda de audiencias de los cuarteles de guerra, había sido un día agotador pues estaba supervisando de cerca los preparativos para moverse, era de noche y lo último que quería hacer era estar con la reina, aunque tenía la obligación de pasar la noche con ella. La reina se encontraba con el rey con el único propósito de engendrar al varó
