Continuaron corriendo, buscaron un caballo que estuviera solo y descarriado en el camino, encontraron a uno en medio del caos con el uniforme del ejército de fuego casi al final del camino. Los soldados finalmente terminaron huyendo debido al dragón al ver la furia saliendo de su boca. Ambos subieron al animal y cabalgaron el resto de la noche. Eira no tenía idea de hacia dónde Mishal los estaba guiando. La princesa se encontraba inmersa en sus pensamientos mientras avanzaban en la oscuridad tratando de esquivar a los soldados de ambos ejércitos.
Las conjeturas del lunar de Rubí y Leonardo en relación con la estatua del rey Leodegario saltaban una y otra vez en su cabeza, en algún momento tendría que aceptarlo. Por otro lado Mishal cabalgaba de prisa tratando de en algún momento de llev
