Lucian pasó las manos por su cabello.
—¿Puedes dejar de llorar?
—No.
Leonard y Luca miraban a su hermana tirada sobre el sofá. Ludmila había encontrado allí el teléfono de Franco y lo había escondido rápidamente. Lloraba tan fuerte como fuera posible ahogándose entre el llanto de vez en cuando y haciendo que sus hermanos se pusieran incómodos. Luca fue hacia ella.
—Ludmila, entiende que tu comportamiento puede generar malentendidos. Deja de llorar, hemos cometido un error, solo tienes que calmarte. ¿Si?—dijo su hermano menor, mientras le sujetaba las mejillas y besaba su frente.
Fue en ese momento cuando Ludmila se sintió culpable. Sabía que tenía que protegerse, pero igualmente los estaba engañando. El pensamiento la hizo llorar mucho más fuerte y eso provocó que Luca cerrara l
