Los jóvenes llevaban media hora jugando, donde solo los hombres habían bebido, ya que estas muchachas tenían un historial intachable, habían vivido en un orfanato bajo la tutela de cuatro monjas y solo para entrenarse como hadas, no tenían nada que contar, o eso creían, hasta que llegó nuevamente el turno de Zigor, él había planeado todo, ya que Yannick no quería preguntarle directamente a Calíope a que se refería con su segunda vida, él lo haría, quería saber que eran estas mujeres. — Yo nunca, nunca... morí y renací. —Apenas terminó de hablar, Milos rio, Kilian puso los ojos en blanco por la estupidez dicha y Yannick lo fulminó con la mirada. Mientras Zigor levantó los hombros en un claro gesto de... lo intenté, pero ninguno de ellos estaba preparado para lo que las jóvenes hicieron, el

