CAPÍTULO 3

1299 Words
Maria Eduarda Llegamos al club unos treinta minutos después, tuvimos que parar el coche unas dos cuadras antes de la entrada, debido a tantos coches importados estacionados cerca, vimos a varias mujeres muy bien vestidas haciendo cola en el club, cuando finalmente llegamos al club, después de esperar una hora en la fila, el personal de seguridad toma nuestras entradas, y veo que saca dos máscaras de dentro de una caja y nos las entrega, dejándonos perplejas. — ¿Por qué las máscaras? — pregunta Hilary. — Ustedes tienen las entradas VIP de nuestro club, donde conocerán nuestro piso exclusivo para nuestros VIPs, donde todo está incluido para garantizar una noche maravillosa. ¡Bienvenidas! Este joven las acompañará para mostrarles el camino. — responde una señorita. Abro mucho los ojos en dirección a Lary que me sonríe. — Nuestra noche será mejor de lo que imaginamos, amiga. Entro con nerviosismo en el club, pero intento controlar mis nervios, pasamos junto a la pista de baile del club que está llena, pero el joven frente a nosotras nos guía hacia un ascensor, tan pronto como entramos, él presiona el botón del segundo piso, dejándonos solo a nosotras dos allí dentro y cuando las puertas se cierran, digo: — ¿Y si hay un secuestrador en el piso de arriba, Lary? — pregunto preocupada. Ella se ríe. — ¿Qué va a ganar un secuestrador secuestrándonos, Madu? — Ah, ¡tu coche! — respondo lo obvio. Ella ríe y niega con la cabeza. — Amiga, tienen varios coches importados afuera, puedes estar segura de que mi coche será la última opción de los criminales. Antes de que la cuestione de nuevo, la puerta del ascensor se abre, dando vista a un ambiente más neutro, la música que suena es alta, pero no tanto como en la parte de abajo, noto que todos aquí también usan máscaras, los camareros muy elegantes pasan entre las personas con una bandeja con bebidas servidas en copas y otras en vasos muy lindos, podría jurar que esto no es un club común. Mi amiga prácticamente me arrastra fuera del ascensor. — Quiero salir de aquí. — digo asustada viendo a algunos hombres en la esquina mirándonos. — Maria Eduarda Santos, vas a disfrutar esta noche, toma, bebe esto. — ella sostiene una copa de la bandeja del camarero. — Gracias. — agradece al hombre y me mira. — Vas a beber un poco, necesitas soltarte amiga y vamos a disfrutar esta noche como nunca. — Pero... — Es la noche de tu renacimiento amiga, vamos, ¡empecemos! — dice ampliando su sonrisa queriendo motivarme. Estoy un poco nerviosa, pero hago lo que ella dice. Después de dos bebidas ya me encuentro bailando en medio de la pista de baile, y mira que ni siquiera soy buena bailando, ya que no lo hago con frecuencia. La noche realmente está siendo perfecta, pero pronto siento que alguien pone la mano en mi cintura, mi cuerpo se estremece por el contacto. Me doy la vuelta rápidamente y me encuentro con un hombre alto de ojos claros; no puedo ver su rostro, pues él también lleva una máscara que cubre casi todo su rostro, pero veo su boca muy bien delineada y sus dientes blancos sonriendo para mí. Una de sus manos fuertes está firmemente en mi cintura y no puedo moverme, en realidad, creo que ni quiero. — Qué morena tan hermosa he tenido el placer de encontrar esta noche. — La voz grave viene muy cerca de mi oído solo para que yo escuche. Siento el medio de mis piernas contraerse. Dios mío, ¿qué es esto? — me pregunto aún inmóvil con las manos de ese hombre sobre mí. Le sonrío sutilmente, muerdo mi labio inferior antes de mirarlo de nuevo y responder: — Solo estaba bailando. — digo lo primero que viene a mi mente, pues ni sé cómo actuar ahora. Él pasa la lengua por sus labios antes de decir: — No, estabas dando un espectáculo, pero tampoco es para menos, una morena linda como tú seguramente llamaría toda la atención. Siento mis mejillas se sonrojan. — Disfruta, Madu. — Hilary habla cerca de mi otro oído. — Cuida bien de mi amiga, muchacho. — Hilary le dice al joven que sonríe. — Está en buenas manos. — asegura sin soltarme. Me siento aún más avergonzada. — ¿Vamos a beber un poco? — pregunta ofreciéndome su bebida. Asiento con la cabeza aceptando la bebida, seguramente me hará sentir más ligera, porque en este momento estoy aún más tensa. En cuanto pruebo su bebida, noto que es más dulce que todas las demás que he probado; él también bebe inmediatamente después. — Ahora vamos a bailar, morena. — dice el hombre. Solo recuerdo empezar a bailar con ese hombre, él me besa y mi cuerpo empieza a calentarse, luego salimos hacia un pasillo entre caricias y muchos besos. Al día siguiente... Me despierto al día siguiente por la mañana, con el día comenzando a aclarar, con el sol saliendo. Noto que aún llevo la máscara, miro mi cuerpo y veo que estoy desnuda, varias marcas de chupetones están por todo mi cuerpo. — ¿Qué pasó? — pregunto en un susurro. Me giro hacia el lado y veo que hay un hombre durmiendo a mi lado, no puedo ver su rostro porque duerme con el brazo sobre su cara, pero su cuerpo también está desnudo y puedo ver su hermoso cuerpo. Me levanto rápidamente de la cama, asustada, buscando mi ropa. ¡Eres muy atractiva, morena! — recuerdos de la noche comienzan a inundar mi mente. Oh, ¿qué es esto que estoy sintiendo? — pregunto mientras siento su cercanía nuevamente, pero la sensación es buena. ¡Te estoy llevando al paraíso, hermosa morena! — me susurra al oído con voz ronca mientras acelera sus movimientos. Expulso los pensamientos y salgo rápidamente de la habitación, dejando al hombre dormido en la cama, y me doy cuenta de que estamos en un cuarto en la misma discoteca. Puede que no recuerde mucho, pero las marcas en mi cuerpo confirman que fue la mejor noche de mi vida. Tomo un bus y voy a la casa de Hilary, en cuanto toco el timbre, mi amiga aparece y abre los ojos de par en par. — Ya estaba a punto de mandar a toda la policía de Filadelfia a buscarte. — ella mira las marcas en mi cuello. — Pero veo que tuviste una noche fantástica — dice riendo. — Me fui con un desconocido, Lary, ¿y cómo me dejaste salir con él? — pregunto con los ojos abiertos de par en par. Ella suspira. — Cuando te busqué ya no estabas en la discoteca, me preocupé y te busqué por todos lados, pero nadie te vio, así que vine a casa, por si aparecías, si eso no ocurría iba a llamar a la policía, pero ahora cuéntame todo lo que pasó. Me acuesto en su cama. — Ni siquiera recuerdo mucho de que paso noche, tengo la mente en blanco y me explota la cabeza. — Calma, voy a buscar una pastilla y vamos a intentar hacer que recuerdes. Hablo con mi amiga, y le cuento las partes que recuerdo, Hilary solo dijo que es muy triste que no recuerde la mejor noche de mi vida, y en el fondo yo también pienso eso, solo sé que me acosté con un hombre fantástico, cuyo nombre no sé, no vi su rostro, y probablemente nunca lo volveré a ver, ya que no pretendo hacer esta locura nuevamente, así que nunca más pondré mis pies en esa discoteca. Lo que no sabía era que esa noche sería inolvidable, pues siempre tendría recuerdos de ella en el futuro. Continuará...
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