Capítulo 2

1778 Words
Capítulo 2   Los días han pasado, no he podido olvidar a Minnie, y la razón es porque es hija de Laura, o sea que Minnie es mi vecina ¡Sí! No es que emocione ¡Es molesta! Siempre está abrazándome y es algo que no soporto, me gusta mi espacio. Sin embargo, es divertido tener a alguien con quien jugar… ¡Aunque no me deje usar las dos manos!   — ¡Atrápame! Grita, lanzándome agua con su pistola rosa.   — ¡Conejo! — grito, corriendo tras ella — ¡Ven aquí!   — ¡Niños! — mamá sale al jardín — Les traje limonada   — ¡Sí! ¡Linomada! — celebra Minnie, lanzando su pistola rosa al pasto — Vamos Dany   — ¿Solo limonada? — pregunto, caminando a la mesa — Yo quería un sándwich de jamón…   — No seas tan nimado Minnie sonríe, ruedo los ojos.   — Luego hay que entrar a jugar en el Nintendo — sugiero, sentándome a su derecha — Te venceré en Street Fighter   — Yo quiero ser Chun Li — abraza mi brazo izquierdo — Dany…   — ¿Qué quieres? Pregunto, tomando mi vaso de los Power Rangers.   — ¡Te quiero mucho! Abraza con más fuerza mi brazo.   — ¡Ay! ¡Déjame! — derramo un poco de limonada sobre mi ropa — ¿Por qué eres tan isoportable?   — Porque te quiero — suelta una risita — Eres el niño que más quiero en este enorme mundo…   — Sí, sí… — dejo mi vaso en la mesa, ella de nuevo toma mi brazo izquierdo — Yo también… te soporto…   — ¿Y nos soportaremos hasta que seamos grandes? La miro.   — Yo creo que sí…   — ¿Hasta que tengamos trece?   — Incluso más… — frunzo el entrecejo — ¿Planeas dejar de quererme a los catorce?   — ¿Catorce sigue a trece?   — Solo sé contar hasta cincuenta… once, doce, trece… ¡Sí! Catorce sigue a trece…   — Entonces no… — Minnie sonríe — No planeo dejar de quererte nunca ¡Nunca!   — Pues entonces nos soportaremos hasta ser viejos como nuestros padres   — ¡Sí! Minnie comienza a aplaudir.   — ¿Qué hacen mis niños? — pregunta mamá — ¿Conversaciones serias?   — ¿Podemos comer sándwiches de jamón? Pregunto, mamá solo sonríe.   — Dany prometió ser mi mejor amigo hasta que seamos viejos como ustedes   — ¡Ey! — mamá acaricia mi rostro — No soy tan vieja… — sonríe — Les tomaré una foto…   — ¿Tú también lo prometes? Pregunto, viendo a mi mamá correr dentro de la casa.   — ¿Qué cosa? Pregunta Minnie, acabando su limonada.   — Estar conmigo siempre Minnie me mira fijamente, sonríe y asiente.   — Siempre — alza el meñique — ¿Y prometes nunca olvidarme?   — Lo prometo — engarfio mi dedo al suyo — Y algún día viviremos en mi casa del árbol y comeremos galletas todos los días   — ¡Y tendremos un sofá de peluche!   — ¡Y una enorme televisión!   — ¡Y una piscina de pelotas!   — ¡Y un perro!   — ¡Y un hámster!   — Y le pondremos de nombre Hamtaro Completo, ella comienza a reír.   — Digan “¡Mejores Amigos!” Pide mamá, apuntándonos con su cámara.   — ¡Mejores amigos! Decimos al unísono, el flash se dispara.   — ¿Vamos a jugar Nintendo? Pregunto, Minnie asiente. Saltamos de las sillas y entramos en la casa a la carrera. Subimos las escaleras a trompicones y entramos en mi habitación, Harry me regaló su Nintendo de forma oficial. Enciendo el aparato y coloco el cartucho de Street Fighter, el juego comienza…   — ¡Sí! Grito, saltando sobre mi cama.   — No es juto… Minnie rebota sobre mi cama.   — No seas mala perdedora Conejo…   — Es un juego muy dififil Se cruza de brazos y hace un puchero.   — Oh… Conejo… — dejo de saltar, ella me ignora — Conejo… — mira a otro lado — Conejo… — tomo mi almohada — ¡Conejo!   — ¡Ey! Minnie comienza a reír, toma una almohada y me golpea con ella.   — ¡Ya verás Conejo!   — ¡Ah! — ambos comenzamos a reír — ¡No! — se me lanza encima — ¡Ya verás tú!   — ¡Ey! — rodamos, estamos acostados sobre mi cama — Ya no más golpes… me cansé…   — Yo también… Nos miramos fijamente.   — Minnie… Sus ojos son café oscuro   — ¿Qué…? Está usando el mismo adorno de conejo sobre el cabello.   — Quería decirte algo…   — ¿Qué cosa? Extiendo mi mano y señalo su nariz.   — Tienes un moco… Sonrío, ella se limpia con rapidez.   — ¿Ya está el almuerzo? — pregunta, mirando al techo — Tengo hambre…   — No sé ver la hora… — contesto, imitándola, ella abraza mi brazo izquierdo — ¿Volvemos al jardín?   — ¡Sí! Es verano, pronto entraremos en el pre—escolar, ojalá que vayamos al mismo pre—escolar ¡No porque quiera estar con Minnie! Sino porque… sería más fácil tener a alguien ya conocido. Minerva no me importa… es solo un mueble más para mí… es mi mejor amiga… Corremos escalera abajo, mamá está en la cocina ¡Al fin! Harry está en su club de lectura en la biblioteca y Esmeralda en el ballet, Laura pasará por ambos y los traerá. Mamá y Laura son mejores amigas, creo que es el destino que Minnie y yo también lo seamos.   — ¡Wiii! Minnie abre la llave del agua, la manguera comienza a lanzar agua por todos lados.   — ¡Ah! — grito, mojándome todo — ¡Conejo!   — ¡Piensa rápido! Minnie me lanza pasto encima.   — ¡Ey! Mi ropa se llena de barro, tomo un puñado de tierra y se la lanzo.   — ¡Ah! — chilla, riendo a todo pulmón — ¡Mira!   — ¡Es un arcoíris!   — ¡Oh! Gritamos ambos, corriendo alrededor del arcoíris.   — ¡Niños! ¡El almuerzo! — ambos nos detenemos — Oh dios… — mamá se nos acerca — Están todos llenos de mugre…   — No… — Minnie niega con la cabeza — No es mudre, es lodo…   — Creo que es barro… Susurro.   — ¡Vengan! — mamá nos toma del brazo — Vamos al baño para que se limpien…   — Pero mamá… — protesto, entrando en la casa — Quiero seguir jugando   — No, primero el baño… Entramos en la casa y subimos las escaleras. Mamá entra en el baño y abre el grifo de la bañera, Minnie y yo nos miramos, no es divertido cuando mamá nos baña, nos talla muy fuerte la piel. En lo que va de la semana, al menos tres veces mamá ha tenido que bañarnos. La primera fue porque nos embarramos de témpera, la segunda fue porque hicimos una pelea de albóndigas, y la tercera porque quisimos hacer un pastel… explotó. Es molesto, ni siquiera nos deja jugar con la espuma ¡¿Qué sentido tiene que nos llene la bañera si nos deja jugar con la espuma?! A Minnie tampoco le gusta, mamá jala su cabello cuando le aplica el shampoo. Miro a Minnie, ella también me mira, ambos soltamos un suspiro…   — A ver… — mamá nos quita las camisetas y las coloca a un lado — Con cuidado… — mamá me quita los pantaloncillos, luego le quita los suyos a Minnie — Zapatos fuera… — mamá sonríe — Adentro… Mamá nos carga en brazos y nos mete dentro de la bañera. Esto es humillante, ya tengo cuatro, soy capaz de bañarme solo… aunque no alcance el estante del shampoo ¡En fin! Al mal tiempo buena cara…   — ¡Listo! — anuncia mamá, tomando a Minnie en brazos y envolviéndola con una toalla rosa — Ahora tú…   — Ay… Miro a Minnie, ella está temblando, a pesar de que hace calor y el baño sigue lleno de vapor.   — Ahora vístanse… — mamá nos mira — ¿Podrán solos?   — Sí… Minnie toma mi mano izquierda y juntos corremos a mi habitación.   — Esto es tuyo — le lanzo su ropa rosada — ¿Dónde está mi…? — tomo mi ropa interior del suelo — Mi piel sigue roja por culpa de esa esponja   — Es una lija color amarillo Minnie hace un puchero.   — ¿Ya se vistieron? Mamá entra en la habitación, Minnie y yo asentimos.   — ¿Qué cocinaste? Pregunto.   — Comida, y está rica… Contesta mamá.   — Oh…   — La comida de la señora Knight es deliciosa Asegura Minnie, tomando la mano de mi mamá.   — Que linda niña… Mamá coloca el broche de conejo en el cabello de Minnie. Mamá toma nuestras manos y bajamos hacia la cocina, ha preparado albondigón… odio el albondigón. Minnie corre hacia su puesto, siempre se sienta a mi izquierda ¿O yo siempre me siento a su derecha? Le gusta estar a mi izquierda porque ama abrazar mi brazo ¡¿Qué tiene de especial mi brazo izquierdo?! ¡¿Por qué no el derecho?! Pero supongo que el especial soy yo, Minnie me ama.   — ¿Luego podemos ver televisión? Pregunta Minnie, tomando su cubierto de princesas Disney.   — Sí — contesto, escarbando en la comida — Hay que ver la nueva película de Pókemon   — ¡Sí!   — Recuerden que a las cuatro llega Laura Nos recuerda mamá, sirviéndonos limonada.   — Faltan horas para eso Aseguro, haciendo un ademán.   — ¿Cuántas horas? Pregunta Minnie.   — ¿Qué hora es mamá?   — La una y media…   — Entonces… media… dos, tres… — miro a Minnie — ¿Tres horas?   — Ah… falta mucho… Sonríe, tomando mi mano izquierda ¡Es que esta niña ama estar pegada a mí! Es insoportable. La miro, ella come tranquilamente escuchando las anécdotas de mamá, sonrío… El almuerzo termina y juntos corremos escaleras arriba ¡Amamos ver películas! Lo hacemos todos los viernes desde que nos conocemos. Enciendo la televisión, ella se recuesta en mi cama, le sigo. Hemos traído una enorme bolsa de papas, creo que nos alcanzará para la mitad de la película. Los créditos de inicio comienzan… Los parpados comienzan a pesarme, hemos jugado mucho durante la mañana. Miro a un lado, Minnie ya se ha quedado dormida. Tomo su manta rosa con conejos y la cubro, su mano toma una esquina de la manta y se la lleva a la boca, babea su manta mientras duerme… Creo que yo también dormiré… no falta mucho para que Laura llegue… me dejo caer sobre el colchón, el cabello de Minnie me hace cosquillas… cierro mis ojos…
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD