Un año antes
—¿Has tenido noticias de Javier? — me pregunta mi padre mientras vamos llegando a casa, últimamente a papá le ha dado por ir a dar paseos conmigo para ver el atardecer, era demasiado relajante y divertido, me gustaba pasar ratos asi con él ya que últimamente su trabajo lo retenía bastante tiempo
—no, ninguna, hace unas semanas que ya no hablamos— le digo mientras me dejo caer en el sofá
—bueno, ya se comunicará, no te preocupes, se de muy buena fuente que él está bien— me dice despreocupado, como si el si lo mantuviera vigilado todo el tiempo
—¿tu sabes donde está? — asiente completamente tranquilo, doy un bufido, otra cosa que me oculta
—¿me lo ibas a esconder para siempre? — le pregunto volteándolo a ver
—no para siempre, solo hasta que fuera necesario— ruedo los ojo
