Nate El golpe que sacudió la puerta me despertó de un salto, arrancándome de los recuerdos de Lena que habían invadido mi sueño. Parpadeé, tratando de ajustar mi vista a la luz que se colaba por las rendijas de las persianas. Salté de la cama, vestido solo con los pantalones del pijama, y me apresuré a ponerme la camisa que había dejado tirada en una silla la noche anterior. Abrí la puerta y me encontré con el profesor Merrick. Su rostro, normalmente sereno, ahora mostraba una mezcla de urgencia y esperanza que no pude ignorar. —Sé cómo volver a casa, cómo reparar los planos, —dijo, casi sin aliento, mientras entraba en la habitación y comenzaba a caminar de un lado a otro como un león enjaulado. —¿De qué habla? —pregunté, aún tratando de quitarme el peso del sueño de los ojos y la m

