Conocer su voz.

1474 Words
Intento ser autosuficiente, me lo repito una y otra vez para no depender de nadie. Después de que Nala se fue por la tarde, me arregle de manera sencilla, sin maquillaje, por supuesto. Sé en donde queda el consultorio de la doctora. Tony modificó mi celular a modo que cada tecla que toco una voz programa dice la letra en voz alta, es como una Siri para personas que no pueden ver. Llamo un taxi y camino usando mi bastón para no tropezar con algún objeto. —Señorita, ¿puedo ayudarle? —Se lo agradezco, señor. El taxista me ayuda a subir al auto, me siento un poco asustada, cualquiera podría aprovecharse de mí en mi estado. Le doy la dirección y me lleva al lugar, al bajar el hombre me ayuda una vez más. —Muchas gracias, señor. —No es nada, buen día. Escuchó que el taxi se marcha, entro al lugar y camino hasta que mi bastón choca con algo, golpeó con fuerza para quitar lo que sea que obstruye mi camino. —Lo siento, señorita. Es una persona, me siento tan avergonzada. —¡Lo siento, lo lastimé! —No, no se preocupe, de hecho fui yo quien se cruzó en su camino, ¿necesita llegar a algún lugar? Estoy en shock, esa voz profunda... yo la conozco. Es esa maldita voz la que me atormenta todas las noches. ¡No, no es así! Solo debo estar confundida, es una coincidencia. —No se preocupe, conozco el camino, gracias. Me aparto y continúo con mi camino al consultorio, puedo sentir los escalofríos que invaden mi cuerpo. —¡Señorita Deva! —Buen día, vine por la cita, espero que no seme haya hecho tarde. —Claro que no, la llevaré a mi consultorio y podremos hablar. Ella coloca su mano en mi hombro para guiarme. Al llegar al consultorio me pide que tome asiento. —Tu bebé es hermosa, ¿cuál es su nombre? —Emily. —Es un hermoso nombre, perfecto para ella. El celular de la doctora suena. —Me permites un momento, Deva. —Por supuesto. Ella sale de la habitación, aún me siento tan extraña al escuchar la voz de aquel hombre. Mi bebé llora, me levanto y me muevo de un lado a otro para que se calme, ella deja de llorar, me acerco a la puerta y escucho a Luisa hablando. —No se preocupe, señor Gray, haré lo que me pide con la madre de su hija. Ese apellido... yo... Flashback. Meses antes del accidente. Recibo la cuna que nos enviaron para cuando nazca la bebé, me siento tan emocionada. Le diré a Tony y podremos armarla. —¡Tony, cariño! Él está hablando en la habitación, y lo hace en voz baja. —Hago todo lo que me pide, señor Gray, su hija estará en perfecto estado como usted lo desea. Espero y él sale de la habitación. —¿Qué haces aquí, hermosa? —¿Quién es el señor Gray? —El padre de una alumna, le doy clases particulares después de la escuela. —Lo entiendo. Fin del flashback. También esa vez con Nala. Flashback. Me acaban de dar la noticia de que no podré ver, me siento devastada. Me siento realmente mal, me levanto para buscar a Nala y Tony, no tiene caso que me quede en este lugar, quiero ir a casa. Toco todo con mis manos hasta llegar a la puerta. Estoy a punto de abrir cuando escucho a Nala hablar. —¡No se moleste conmigo, señor Gray! Esto no fue nuestra culpa. ¡Maldición, me colgó, Tony! Estamos muertos. —No te preocupes, hablaré con él más tarde. Fin del flashback. Ella cuelga y viene hacia la puerta, vuelvo a mi asiento rápidamente. Siento como si todo el ambiente se hubiera puesto pesado, los escalofríos continúan por todo mi cuerpo, es como si algo me dice que salga de este lugar. —Lo siento, mi esposo me llamo y debo ir a casa por algo importante, ¿podría venir otro día? —Está bien, lo entiendo, Deva. —La llamaré pronto, muchas gracias. —De nada, te espero pronto. Salgo del lugar, al llegar afuera puedo sentir ese perfume que al parecer es muy costoso, además de ser un olor que... por alguna razón lo recuerdo. Como podría olvidarlo, yo sentí este perfume cuando tenía quince años. Busco mi celular para llamar un taxi. —¡Señorita! —¡Aléjese de mí! ¡¿Quién es, que quiere?! —Lo siento, no fue mi intención asustarla, soy del servicio de taxis, ¿necesita que la lleve? Pensé que era el otro hombre, pero es una voz diferente. Talvez solo estoy exagerando. —Está bien, gracias. Él me ayuda a subir al taxi, espero no cometer un error. Él me lleva a casa y me deja en la entrada de mi casa. Otra vez siento una sensación extraña, escucho dos autos pasar frente a mi casa casi a la misma vez. Entro a casa y cierro la puerta con llave. —¡Deva! —¡Maldición, Tony! Me asustaste, ¿qué haces en casa tan temprano? —Un alumno se enfermó y tuve otros problemas, no son importantes. ¿Qué haces afuera y sola? Sabes que podrías perderte, es la primera vez que sales sola después del accidente y con la bebé. —Eso no importa ahora, Tony, necesito saber sobre algo, quiero que me digas la verdad. —Me estás asustando, mi amor, ¿qué pasa? —¿Quién es el señor Gray? —Te lo dije la otra vez, es el padre de una... —¡No quiero que mientas! Nala hablo con ese hombre en el hospital después de mi accidente, la psicóloga que atiende a Nala también lo conoce y tú también. —Mi amor, tú escuchaste mal, estás confundida por el accidente. —Yo conozco la voz, esa voz me hablo en la clínica hace una hora, y también la escucho en mis sueños. —Está bien, dame a la bebé y te diré toda la verdad, siéntate, linda. Le doy la bebé y él la lleva a la habitación, después vuelve conmigo, se sienta a mi lado y me toma de las manos. —Lo que te dije es verdad, bueno, te lo explicaré con más detalle. Gray es el director de una nueva universidad, me pidió que formará un equipo y me darán un mejor sueldo. Yo conocí a la psicóloga Luisa por medio de Nala, ya que el nuevo director me pidió que buscará a una psicóloga para los chicos con mala disciplina. Es un proyecto, quería darte la noticia hasta obtener un mejor sueldo. —¿Eso es verdad? —Por supuesto, mi amor. ¿Cuándo te he mentido? —Nunca. —¡Lo ves, nunca! No quiero verte tan molesta, o me obligarás a besarte mucho. —¿Me besarás mucho, cariño? Él besa mis manos y sube hasta besa mis hombros, cuello y labios. —Son las cinco, Deva, ¿quieres que hagamos la cena y un postre delicioso? —Sí, si quiero, como antes, quiero hacer lo mismo que hacíamos antes, Tony, no quiero que no poder ver sea un impedimento. —No lo será, cariño. Tony me carga hasta llegar a la cocina, me sienta sobre la barra mientras él hace la cena. —Pensé que te ayudaría. —Por supuesto que me ayudas, tu belleza me inspira, mi linda y dulce esposa. El celular de Tony suena. —Es solo un mensaje, como te decía, tú eres quien me inspira, mi amor. —Eren tan lindo. —Dejemos esto en el horno, beberemos una copa de vino en la sala. Él me da una copa y me carga hasta el sofá de la sala, hace tiempo que no nos relajamos de esta forma, como solía ser antes. Escuchamos el timbre de la puerta. Tony se levanta para abrir. Escucho a varios hombres entrar y hablar. —¡Tony, cariño! ¿Quiénes son? Él no responde. —Bien hecho Tony, el jefe te dará lo que te mereces por tu trabajo. —Tony, ¿qué pasa, querido? —Eres la propiedad del jefe, él quiere ver a su hija —me dice uno de los tipos. —¡Su hija! ¿Qué estás diciendo? —¡Amárrala, iré por la niña! Un hombre vino por detrás, tomó mis manos, se me acercó y me susurró al oído. —Tony fue contratado para cuidarte, eres la propiedad del jefe, ¿no te acuerdas, niña? Te compro hace años para ser su esposa, pero él te lo explicará mejor que yo, y te vas a dormir un rato y luego lo conocerás. Me pone un pañuelo con un olor fuerte que me marea hasta qué...
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