Te ayudo

1017 Words
Shirley Hoy era el último día que veíamos candidatos, me gustaría decir que ya tenía un ganador, lo cierto es que solo terminaría dejando que Thomas lo eligiera, me daba exactamente igual, todos ellos confesaron estar dispuestos a seguir el juego en cualquier farsa que se les incluyera. Así que favorito no tenía hasta el momento y todavía nos faltaba uno más, esta ocasión solo seríamos Thomas y yo, a Laura se le juntó el trabajo por estar saliendo temprano. Al terminar, fuimos como todas las demás noches a cenar a la cafetería del hospital, en esta ocasión no pude reaccionar rápido. —¡Buenas noches! Espero no molestar —conocía ese tono de voz, que venía de detrás de mí. —Por supuesto que no, tome asiento —Thomas invito a sentar a aquel desconocido al que le vomite. —Puse una sonrisa fingida. —Me gustaría aprender a hacer eso —señalo mi rostro, definitivamente, ¡estaba chiflado! —Él es el doctor Hermes Harsley, ella es Shirley Van Decap —por fin Thomas le dio nombre a ese sujeto —no puedo creer que te quedaste en su casa y no sabías su nombre. —No fue una estancia agradable, no me malinterprete, fui un incordio. —Sí, totalmente de acuerdo —en ese momento Thomas se despidió porque fue llamado. Casi quise agarrarlo de la mano para que no me dejara sola con él. Tome mi bandeja —bien, yo también me despido —me observo con cautela. —No, espera, hay algo que me gustaría hablar contigo —seguro ya hizo cuentas y siempre si quiere que le pague, pensé. —¡Acompáñame!, este no es el mejor lugar para ello. Lo seguí, después de todo debía hacerme responsable de mis atrocidades, me dirigió hasta su oficina. —Seré directo... Vi que sigues empeñada en buscarte un novio para la cena con tu familia. —¿Cómo...? —me quede con la boca abierta. —Eso no es relevante, lo que creo que te importara, es saber que estoy dispuesto a ayudarte. —No entiendo... Suspiro y meneo la cabeza —yo te acompañaré a esa cena —muchas incógnitas atravesaron mi pensamiento. —¿Por qué cambio de parecer? —Más tarde te puedo contar la historia, la versión corta es que yo también requiero de una persona que finja ser mi pareja —vaya eso si tenía sentido, por lo poco que había hablado con él era medio estirado y supercuadrado. ¿Funcionaría? Lo recapacité, por qué cambiar mis planes, ya había invertido dinero en los acompañantes y este sujeto ni de chiste me agradaba, si era atractivo, muy guapo para ser franca. Pero su forma de hablar me dejo ver una personalidad, ¡blah!, no, él y yo en una situación normal, no sería creíble. —Gracias por la oferta, pero... —me interrumpió. —No respondas ahora, piénsalo. Yo soy real, un médico exitoso, de buenas costumbres, honesto. Cualquier familia estaría encantada de conocerme —esos comentarios..., ¡rayos! Le falta humildad. —Mi familia no es como cualquiera... ¡Adiós! —Antes de que te vayas, agradecería que no le contaras a Thomas. Mientras bajaba en el ascensor, me reí, la verdad él si era real, no tendría la necesidad de inventarle una vida, solo saber sobre ella y conocerle. Sacudí la cabeza con fuerza varias veces, no, ni lo consideres, no lo conoces, es una locura. Sí, como todo lo que estaba haciendo en mi afán de apaciguar a mis padres. Hermes A veces tus mejores cualidades pueden jugar en tu contra... La curiosidad innata en mí me ha llevado a enormes satisfacciones, solo recientemente he tenido garrafales tropiezos. Desde que vi al trío ir y venir a las mismas horas, quise saber qué era lo que hacían, alguna de ellas estaría aquí por enfermedad, pero se veían muy sonrientes y relajados. Su unión se veía única, si progresaba en mis cursos me gustaría llegar a formar lazos de amistad verdadera, no de las que he tenido la des fortuna de tener. Esas horrendas personas que solo te buscan porque les puedes servir en algo, yo espero llegar a conocer a alguien que sea desinteresado. Casi, fue inevitable seguir a Thomas cuando lo vi dejar el hospital, yo me encontraba leyendo un artículo, solo lo vi atravesar la avenida y entrar en una cafetería. Hice lo mismo, era un sitio amplio y muy concurrido. Encontré a los tres con un hombre al cual no había visto, él lucia fuera de lugar, venía demasiado arreglado para el sitio, me fui a pedir un café, y sin pasar frente a ellos me tomé la libertad de escuchar su conversación, los muebles y las plantas me ayudaban a no ser descubierto. Me situé en una mesa detrás de ellos, de esa forma podía saber de qué trataba su reunión. No tarde mucho en darme cuenta de que era una entrevista, una sonrisa genuina se formó en mi rostro, la amiga de Thomas seguía con la locura de buscar a alguien quien fuera con ella a la cena navideña. Me sorprendió la extensión a la que ella estaba dispuesta a llegar por llevar acompañante, una persona cualquiera simplemente llegaría sola. No sabía toda la situación, quizá le pasaba como a mí. Algo importante para meterse en estos líos. Con mi curiosidad satisfecha, regresé al hospital, al siguiente día volví a observarlos y decidí que podríamos ayudarnos mutuamente, ambos buscábamos lo mismo. Solo que escapo de mi vista el hecho de que ella no quisiera más mi ayuda, por lo que cuando me rechazo, hirió mi ego. No me considero un casanova, pero nunca he tenido problemas para atraer al sexo opuesto, claro mantener una relación eso es distinto. Todas se deslumbran por mi profesión, mi físico, pero al tratarme, la mayoría se van, no pueden seguirme el paso. Requiero de personas inteligentes, con mente abierta y sobre todo dispuestas a aprender, solo que ellas se ven siendo la señora de Harsley, por los beneficios económicos y de estética que conlleva.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD