Shirley El proyecto que tenía se estaba alargando porque los clientes estaban indecisos, no sabían cuál campaña escoger, y yo no tenía una pisca de paciencia, esta era la cuarta revisión y ellos seguían dudando. Así que los referí con mi alterno, él elegiría por ellos, conociéndolo, suele ser muy persuasivo. A la salida del trabajo llamé a Laura para contarle lo que se perdió al irse con su novio, un mini drama que se suscitó en los pasillos del hospital. Ella lo vio como conveniente, hasta de su candidato preferido se olvidó, al igual que Thomas, abogo por Hermes. —Ya Shirley, te ahogas en un vaso, no inventes..., te apuesto que tú te le hubieras colgado del brazo a Hermes si el que salía de esa oficina fuera tu padre, ¿niégalo? —Pero igual no se disculpó —contraataqué. —Hubie

