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— ¿Y cómo estuvo el día? —preguntó él para cortar el silencio entre los dos. Ella solo retiró su mirada hacia otro lugar y retrocedió, Hans notó sus mejillas rojizas, un gesto que, para él, era sexy. ¿Qué pensó al verlo así? ¿Habrá sentido algo? ¿Realmente se preocupó? Todas preguntas pasaron por su cabeza, mientras miró a Emily intentando describirle el día.
—Creo que tendrá una queja mía con la señora Dubois. —Hans alzó sus cejas, pero luego lo retiró al sentir el pellizco del dolor.
— ¿Qué? ¿Por qué? —preguntó rápido, le hizo una seña de que tomara lugar en el sillón individual, ella se sentó y miró que él siguió de pie, comenzó a caminar por la sala, hasta que se detuvo para escuchar a Emily. —Dime…
—Amelie intentó provocarme. —Emily no quería recordar el mal comentario
