Hans se inclinó para rozar sus labios con los de ella, al terminar, la miró. ―Quisiera tener una respuesta a tu pregunta, ―Emily arrugó su ceño sin dejar de mirarlo, levantó sus dedos y acarició su barbilla, un gesto que a Hans le hizo sentir una calidez en su pecho. ― ¿A mi pregunta? ―susurró Emily. ―Sí. Sé qué tienes preguntas, pero la principal es… ¿Por qué he cruzado la línea entre nosotros? ―Emily detuvo sus dedos en su barbilla, luego el ceño en su frente desapareció. ―Sí. Y otra que se formula en estos momentos es, ―se aclaró la garganta para luego humedecer sus labios. ― ¿Qué es lo que piensas de mí después de esto? Hans suspiró, aún seguía en esa posición, encima de ella, una pierna entre las de ella, la rodilla recargada en la orilla de la cama. Sus dedos acariciaron las mej

