Marko Nos quedamos más de una hora en la fiesta de cumpleaños de Bianca Moretti, y a pesar de ese mal momento con sus padres, Francesca se negó a irse hasta que su mejor amiga no partiera el pastel con ella y yo, no había podido hacer nada al respecto. No lo sabía, pero ella mandaba. La había estado observando de cerca después de su ataque de ansiedad, parecía estar bien, pero no me confiaba. Sobre todo, porque sus padres seguían ahí, asique me pague a ella como una sombra. Y no porque no confiara en que se pudiera defender, me había quedado claro que sí, cuando los enfrento, y yo estaba jodidamente orgulloso de ella por haberlo hecho, pero no confiaba en ellos ni en la forma en que Giulia Salvatore la había estado mirando a la distancia. Había algo tan oscuro ahí que me hizo pensar e

