Mientras los médicos se apresuraban alrededor de Candy, la mente de Alaric estaba en caos. Las luces brillantes, los pitidos de las máquinas y los sonidos apagados de las conversaciones se mezclaban con los recuerdos aterradores de un pasado que había intentado olvidar. La imagen de su hermana, pálida y sin vida en una cama de hospital después de dar a luz, se superponía a la situación actual, y un frío paralizante se apoderaba de su corazón. Su mente le gritaba que algo andaba mal, mientras su miedo se apoderaba de toco su cuerpo, sentía todo frío y no parecía capaz de reaccionar por sí solo. Alaric sintió una mano en su hombro. Alzando la vista, encontró a Adrien, su expresión era grave pero tranquilizadora. A su lado, Asher lo observaba con comprensión y preocupación. —Esto no es co

