capitulo 3

890 Words
Antes, Jazmín pensó que esas palabras harían que Natalia entrara en un ataque de ira. Pero para su sorpresa, en realidad le sonrió y le contestó amablemente: -Gracias por tu preocupación. Todos estamos bien. Sin conseguir provocar a su hermanastra, Jazmín enarcó una ceja y continuó burlándose: -Has pasado de ser la hija de una familia rica a una vagabunda de la noche a la mañana. Ahora te vistes con ropa barata y tienes un trabajo humilde. ¿De verdad crees que te voy a creer cuando dices que te va bien? A pesar del desprecio que acompañaba a sus burlas, Jazmín no pudo ocultar los celos que brillaban en sus ojos. La razón de su envidia era que Natalia no parecía ni un poco derrotada. Al contrario, pensó que la forma en que se comportaba ahora era incluso más segura y elegante que antes. Jazmín podía ver lo impecable que era la piel de Natalia, incluso sin ningún tipo de maquillaje en la cara. Todo eso se combinaba para darle un aspecto aún más juvenil, ya que tenía una especie de brillo interior. Era el tipo de aspecto que el dinero no podía comprar. Incluso con su rostro fuertemente maquillado, no había forma de que Jazmín pudiera eclipsar la belleza de Natalia. Además, Natalia se limitó a sonreír en respuesta a los insultos de Jazmín sin decir una sola palabra. Su sonrisa era tan segura que la hizo sentir muy inquieta. -¿Por qué sonríes? -preguntó Jazmín. -No es mucho. Sólo estaba pensando en que deberías dedicar tu tiempo a idear más diseños en lugar de quedarte aquí compadeciéndote de , m1. Aunque Natalia había estado en el extranjero durante los últimos años, se había enterado de algunos de los rumores que corrían por la industria de la moda, rumores sobre lo que Jazmín había estado haciendo. Mirando a Jazmín, que en ese momento echaba humo por la ira, Natalia sabía que sus palabras habían dado en un punto sensible con su hermanastra. -¡Tú! -gritó Jazmín mientras cerraba los dedos ,.., en un puno. Al mismo tiempo, una voz infantil gritó dulcemente: -¡Mamá! Mami. Desde el otro extremo del pasillo, dos niños pequeños aparecieron de repente de la nada. Eran un par de gemelos, un niño y una niña. Al oír que sus bebés la llamaban, Natalia no perdió más tiempo discutiendo con Jazmín. Pasó junto a su hermanastra y se dirigió hacia los niños. La menor de las dos, Silvia, se abalanzó hacia su madre y le dijo: -Mami, la tía Joana te está buscando. -Muy bien. Vamos a buscarla entonces. -Natalia acarició el suave y sedoso cabello de su hija. Agarrando a una niña con cada mano, las condujo lejos de aquel lugar. Mientras tanto, Jazmín miraba a las dos niñas muy sorprendida mientras veía a Natalia alejarse. «Hacía varios años que no nos veíamos, pero ¿ahora tiene hijos?» El chico, Claudia, se giró de repente para mirar a Jazmín, y sus oscuros ojos se fijaron en los de ella. Aquella mirada era tan intensa y familiar que ella respiró con fuerza al darse cuenta. «Su rostro ... ¡es casi idéntico al de Hugo! De hecho, ¡esa mirada suya es igual! ¿No me digas que estos niños son suyos?» El color se le fue de la cara al pensarlo. No esperaba que una noche fuera todo lo que necesitara Natalia para quedarse embarazada. Justo en ese momento, una ola de terror y horror amenazaba con ahogarla. «Si Hugo es su padre, ¡su mera existencia es una amenaza para mí! No, ¡eso no puede ser cierto! ¡Tengo que llegar al fondo de esto!» Por un momento, el miedo y la ansiedad llenaron su mente, abrumando todo su ser. Inconscientemente, agarró su bolso con tanta fuerza que sus dedos se pusieron blancos mientras intentaba pensar qué hacer. Girando sobre sí misma, estaba a punto de perseguir a Natalia cuando el grito de Penélope la detuvo en su camino. -¡Jazmín, aquí estás! -Cuando Penélope se dio cuenta de la cara pálida de Jazmín, miró preocupada: -¿Te encuentras mal? -Estoy bien -respondió Jazmín con rigidez. No quería que nadie más supiera lo que había visto antes. Como Jazmín se negó a hablar, Penélope dejó de lado el tema. Entonces recordó: -Jazmín, esta noche hay una cena en la ciudad. Si no nos vamos ahora, seguro que llegarás tarde. Llegar al centro de la ciudad desde aquí llevaría alrededor de una hora de viaje. Al oír eso, Jazmín se sintió visiblemente descontenta de que su asistente le diera órdenes, por lo que espetó: -¿Desde cuándo puedes decidir mi horario? -El señor Thompson también va a estar allí - añadió Penélope en tono exasperado, y Jazmín no tuvo nada que decir en respuesta a eso. Durante los últimos cinco años, se había esforzado por mantener su imagen ante Hugo. Por lo tanto, no permitiría que el más mínimo defecto lo arruinara todo. Después de sopesar los pros y los contras, decidió que no merecía la pena. Apretó los dientes mientras miraba en la dirección a la que se dirigía Natalia. «Me saldré con la mía, Natalia ... confía en mí. .. Lo haré ... » Unos segundos después, se marchó de mala gana con Penélope.
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